¿A dónde se fueron las vacaciones?
HAVANA TIMES – Históricamente las vacaciones siempre han sido esperadas por todos, por los estudiantes, por sus padres y hasta por quienes no tienen hijos. Y es que quién no aprovecha los meses de verano para salir de esa rutina aplastante que es el día a día de trabajo.
Recuerdo que de pequeña iba con mis padres al campismo; para quienes no saben lo que es “el campismo”, es un sitio donde por lo general siempre hay playas o piscinas, ríos, hermosos valles donde se hacen excursiones, incluso se rentan (o se rentaban) caballos, botes, en fin, un sitio para despejar y disfrutar en familia o con amigos. La nostalgia siempre me invade cuando rememoro aquellos años de infancia donde para mí, el solo hecho de tener el mar cerca y disfrutar de sus aguas, la arena y de todo lo que implicaba, era mera felicidad.
Ahora todo eso ha cambiado y mucho; al menos yo, no disfruto de la agradable sensación de los pies descalzos en la arena hace casi tres años. A inicios de estas vacaciones, dieron mucha promoción de varios campismos a lo largo y ancho de todo el país. En ellos presentan las mejores imágenes y a las personas se les ve felices, pero, la realidad es bien distinta.
La última experiencia que tuve con un campismo, ya siendo adulta, hace apenas unos tres años, fue muy mala. En la cabaña (habitación) donde me hospedé casi nunca había agua, la nevera no enfriaba y el ventilador estaba en pésimas condiciones, al igual que la iluminación. La piscina no tenía agua y para colmo, los precios de todos los servicios eran súper elevados.
Tampoco había ningún tipo de entretenimiento en las noches, más allá de la compañía de quienes fuimos, jugar cartas y conversaciones interesante. Solo un día, de los cinco que estuvimos, nos dieron un recorrido por el lugar, bastante lindo y con mucha afluencia del turismo. “Viñales”, ubicado en la provincia de Pinar del Río, cuenta con una naturaleza maravillosa, cuevas que cuentan su historia y algunos ríos en donde, finalmente pude junto a mis amigos, mitigar el calor y disfrutar de sus cristalinas aguas.
Realmente, los cubanos de a pie, tenemos pocas opciones para veranear. El protagonismo se lo sigue llevando el turismo, pero tampoco puedo decir que ha sido un mal verano, excepto por las altas temperaturas. He dedicado tiempo a ver películas, ya que me considero una cinéfila; conocí la ciudad de Bayamo (ya lo mencioné anteriormente en otro post) ciudad hermosa y llena de historia y cultura.
Trasladarse hasta la playa, incluso la más cercana, cuesta. El transporte público es inexistente y los carros de alquiler muy caros… Ya las vacaciones casi se acaban, y me quedo con ganas de sentir el sol en la espalda, verlo esconder tras el horizonte, y las olas del mar bajo mis pies.