¿Está muriendo la cultura Otaku en Cuba?
Kabir Vega Castellanos
HAVANA TIMES – Para los fanes del anime, el manga u otras ramas de la cultura japonesa, siempre es difícil encontrar eventos de ocio que se centren en estos temas.
Freak Zone, uno de los grupos más conocidos, fue el que durante mucho tiempo satisfizo esta sed de los jóvenes de La Habana. Sin embargo, la frecuencia de sus actividades fue disminuyendo, además de que cuando se programaba un evento era muy común que se cambiara la sede, con las consecuencias lógicas de descoordinación y pérdida de público.
Ahora se están circulando textos que intentan explicar las razones de la inestabilidad de este grupo gestor: que el director se robaba el dinero, así como donaciones extranjeras, fenómeno que lamentablemente no es raro entre los proyectos alternativos, y hasta en las instituciones del país.
Sea cual sea el motivo, este año es como si hubieran dejado de existir.
Nihon Bunka es otro grupo igual de popular que trataba con mucho empeño de mantener una estabilidad semanal u organizar eventos ocasionales. Sufrieron la maldición de oscilar entre diversos municipios, varios de ellos muy aislados. Con las conocidas dificultades del transporte urbano, quedaron fuera muchos que hubieran querido participar.
Según explican en el mismo texto circulante, por conflictos de burocracia y regulaciones legales, inconformes con el número y la calidad de los eventos, terminaron hartándose e hicieron oficial su retirada de las actividades públicas.
Se cierne entonces la segunda mitad de agosto, quedando desterrada la ilusión de un 4to Festival Otaku y quizás la desaparición del proyecto completo.
Aunque hay grupos menores que aún tratan de mantener vivo el género, una vez más muere en Cuba la iniciativa de desarrollar la cultura alternativa, no importa si la oficialidad no es capaz de llenar ese vacío.