Cuando tener poco es una alternativa

Kabir Vega

Minimalism A Documentary About the Important Things (2017)

HAVANA TIMES – Este quizás no sea un post agradable para los lectores que nacieron y se criaron en el confort de una sociedad capitalista. Voy a comentar sobre el audiovisual “Minimalism a Documentary about the important things” (Minimalismo, un documental sobre las cosas importantes).

Antes de ver el documental, ni siquiera sabía que existiese dicha tendencia, que es un ejemplo de sensatez para detener el desenfreno que ha puesto en riesgo el futuro del planeta.

Sin embargo, solo puedo sentir que el Minimalismo es un proceso de concientización incompleto.

No es que sus impulsores estén equivocados, de hecho, concuerdan con algunos de mis principios. Pero creo que sus practicantes ignoran qué es la verdadera abstinencia.

Puedo entender que en países sobreabastecidos, donde el consumismo se vuelve parte de la rutina, las personas más sensibles consideren toda una aventura el intentar vivir con menos. Pero eso es solo la mitad de los matices que tiñen esa realidad tan convulsa.

Cuba es un país cuya población, desde 1959, ha vivido con las alas cortadas, confinada a una vida subminimalista, sin ninguna posibilidad concreta de prosperar, viviendo día a día con lo mínimo sin poder garantizar siquiera, a veces, la comida para el día siguiente; sin embargo, al mismo tiempo, muchos cubanos viven dependientes de la hipocresía y banalidad que los rodea y se vuelven incapaces de admitir su pobreza.

Por ello un verdadero minimalista no es aquel que rechace el confort y el consumismo sin más, antes debería conocer a aquellos que no tienen nada y lo que significa para ellos esa permanente realidad. Es importante que entiendan qué significa que la pobreza sea la única opción.

Un fragmento del documental ilustra lo que me refiero. Varias personas hacían la prueba de “333”, que consistia en vivir durante 3 meses con solo 33 prendas de ropas.

Para ellos era una prueba suprema, casi una experiencia espiritual. Vestir tal mínima cantidad de ropa y que encima ni sus amigos o compañeros de trabajo notasen que había estado alternando las mismas prendas en esos 3 meses.

Volviendo a Cuba, solo pondré ejemplos de lo que he vivido, no necesito mencionar países en peor estado económico.

Desde la infancia podías memorizar no solo lo que había en tu armario, sino también los de tus familiares, amigos e incluso compañeros de escuela. La mayoría nada más tenía un juego de ropa bonito para salir a los lugares elegantes, hasta cuatro medianamente decentes para andar por la vecindad y toda la ropa vieja que no se hubiera podrido aún era la que se usaba para vestir dentro de la casa.

Ni hablar de los zapatos, que muchos solo tenían un par para todo el año escolar y algunos ni eso, tenían que cuidarlos durante tres, cuatro o hasta los cinco años de la carrera.

Todavía en verano podías disimular la escasez, pero cuando llegaba el invierno, hasta los más pretenciosos se descubrían al usar un solo abrigo durante toda la estación. Menos mal que en Cuba el invierno dura poco.

Otra propuesta de los minimalistas es la de ofertar casas súper pequeñas, con la ventaja de que pasan a ser realmente del comprador y no son una sucesión de créditos y angustias por años que implican el riesgo de perderse (la casa y los pagos abonados) de un golpe. Las minicasas, diseñadas para aprovechar el espacio al máximo, incluyen muebles plegables y multifuncionales.

Claro, eso siempre será una elección y si en el futuro los habitantes cambian de opinión, pueden regresar a una espaciosa casa o apartamento rentado o comprado a plazos. Ellos nunca sabrán lo que es una vivienda de menos de 100 metros cuadrados donde conviven más de diez personas (todos de la familia), de cuatro generaciones diferentes.

Por todo eso es a lo que me refiero con una concientización incompleta, antes de rechazar el consumismo y confort excesivo, es importante descubrir a aquellos que han vivido marginados de la prosperidad. Incluso para el mismo disfrute de vivir con poco, es imprescindible ver la realidad en todas sus dimensiones.

 

Kabir Vega

Soy un joven cuyo desarrollo en la vida no ha sido lo que consideramos normal o apropiado, pero no me arrepiento. Aunque soy muy reservado, disiento de muchas cosas de forma implacable. Considero que la sociedad, y no solo de Cuba, está errada y necesita cambiar. Amo a los animales en ocasiones incluso más que a mi persona ya que ellos carecen de maldad. También soy fan de la tecnología y del mundo Otaku. Empecé en Havana Times porque me permitía contar algunas vivencias y quizás incentivar algún cambio en mi país. Puedo ser ingenuo en mis argumentos, pero soy fiel a mis principios.

Kabir Vega has 83 posts and counting. See all posts by Kabir Vega

2 thoughts on “Cuando tener poco es una alternativa

  • Muy bueno, muchas gracias.

  • ..y al final todo no es más que un artilugio para seguir consumiendo.
    Sí había escuchado de esta “tendencia”, es risible esa moda ahora de colocar nombres y categorías a cualquier comportamiento o grupos de personas, como si estuviesen descubriendo el agua fría.
    Digo lo del artilugio para seguir consumiendo porque puedes estar seguro de que ya se estará estableciendo un mercado para los “minimalistas” con tipos de casas, de ropa, autos. Todo hecho para que la gente continúe comportándose como esclavos que juegan a rebelarse, pero a la larga no dejan de ser esclavos. Al final solo está ese enorme vacío de quien no sabe en qué centrar su existencia y hace que esta gire en torno a lo material: lo tengo o no lo tengo, eso me define como persona.
    Buen post!

Comentarios cerrados.