Un viaje a la flor en la sombra
Jorge Milanés Despaigne
HAVANA TIMES — “Es una mujer excepcionalmente bella pero, ya no me motiva, creo que es mejor dar definitivamente un giro a mi vida.”
Me dice preocupado Oliver, uno de mis colegas de trabajo con quien de vez en cuando converso y me cuenta de su niñez en la Isla de la Juventud, de cuando se mudó con sus padres para la provincia de Pinar del Río, donde conoció a Sandra, la chica que se enamoró de él.
Con mucho sacrificio logró estudiar en la universidad de La Habana –me cuenta. Y luego, les propuso a sus padres mudarse a la capital, donde hoy vive pero sin Sandra.
La distancia y el tiempo le han hecho recordar el pasado.
“Hice muchos amigos y amigas cuando estudié en la universidad, –recuerda, mientras fija la mirada que se pierde en la distancia a través de la ventana.
“Esos recuerdos me matan. Los más bellos son los de Pinar del río.”
Hace silencio…
“Mis primeras experiencias sexuales, fueron muy intensas”, continúa.
“Sentía que el pecho me apretaba, me faltaba la respiración, no podía pensar. Y qué decir de mi corazón.
“Era raro que en las noches no nos perdiéramos en esas locuras, y al amanecer regresábamos a casa exhaustos.
“Sus padres no pudieron imaginar cuanto nos amábamos, porque nuestro fuego y locura era solo en privado”, concluye mirándome fijo a la cara.
La interesante historia me hace buscar por momentos la conexión con la mujer, quien no obstante su belleza, él no amaba. ¡Qué difícil se muestra su presente!
“¿Sabes una cosa…? Yo necesito regresar para comprobar aquello que una vez fue, no quiero continuar en este letargo. Me voy a Pinar del Río, ¿Qué crees de mi idea?” concluye.
“Si algo seriamente te preocupa creo que debes ir para que te asegures de tus sentimientos”, le contesté.
Hoy jueves mí colega me pidió que le llamara a un número telefónico para verificar si todavía vivía en el mismo lugar y, marqué…
“Pregunta por Ángel”, me dice.
“Con Ángel por favor”.
“No se encuentra, está para casa de la novia. Desea dejar algún mensaje”.
“No gracias, luego repito la llamada”, colgué.
“Ya sé que es el mismo número de siempre, Me voy a Pinar del Río este fin de semana. Gracias”, concluye mi amigo.
“Creo que voy entendiendo tu closet”, le contesté.
Excelente. Jorge, has pensado en reunir todos tus pinceladas habaneras y editar un e-book? Eso esta de moda ahora y dólar a dólar se llena la alcancia socio. Los cuentos cortos son muy gratos para leer durante los tediosos viajes al trabajo.