Sueños de mi sobrino
Jorge Milanés Despaigne
HAVANA TIMES — “En Cuba yo paseaba por las calles a cualquier hora y no tenía problemas, pero aquí las cosas son diferentes. Después de las 9:00 de la noche, no se puede salir si no es en carro”.
Mi sobrino, desde los veinte años, ha tenido bien definido su proyecto de vida. Se ha propuesto tener un empleo que le brinde el dinero necesario para ayudar y mantener a su familia, practicar el rastafarismo y pertenecer a una organización ecologista.
Hasta hace dos meses, de todo eso solo había conseguido convertirse en un Rasta. En cuanto al trabajo, bastante mal, pues el salario no resolvía nada.
Su padre, arquitecto, se dedicó por completo a él, enseñándole todo cuanto podía sobre la profesión, de la cual aprendió mucho. No obstante, pronto se dio cuenta que los conocimientos trasmitidos por su padre no tenían aplicación en un país subdesarrollado. Creo que eso lo desmotivó un poco.
“Tío, papá y tu han hecho, y están haciendo, todo por esta familia, me parece que ahora ha llegado mi turno. Desde aquí aportaré, mientras pueda, lo que nunca pude allá. Si no hubiera tomado esta decisión, ¿cómo podría? Solo con amor no se vive”, dijo mi sobrino.
Hoy, en su cumpleaños veintiocho, me llama desde Ecuador. Me cuenta que está trabajando por el día, y las noches las aprovecha pasando un curso relacionado con la arquitectura.
“Otra cosa, en Cuba con un peso recorres la Habana. Aquí no se puede salir a la calle sin suficiente dinero, porque todo cuesta de verdad”.
En Ecuador, mi sobrino ya ha cumplido dos de sus más grandes deseos, ahora solo le falta comenzar a colaborar en favor del medio ambiente.
y ?
menos mal que pudo ir a soñar a ecuador pues si se queda en cuba lo que tendria son pesadillas !!!
Conozco a tu sobrino, ¿por fin terminó la casa en Ecuador?