¡Soy Abakuá!

abakua
Foto: Elio Delgado Valdes

Jorge Milanés Despaigne

HAVANA TIMES — “Acere, lo pinché con la cuchilla, porque a los Abakuá no nos pueden dar, quien me ponga la mano encima… lo mato!”, dijo en alta voz uno de los jóvenes que venían en la guagua.

Su compostura –como la del grupo que le acompañaba- era bastante distorsionada y grosera, lo que provocó la atención de todos los pasajeros. Al sentirse censurados visualmente, otro respondió:

“¿¡Qué…!? ¿Nunca han visto un Abakuá?”

“¡Sí, lo he visto, pero no tantos idiotas juntos!” –contestó un señor a mi lado, quien durante el viaje me explicó ciertos puntos al respecto.

No se puede creer en el basamento de esta tendencia social negativa que últimamente toma fuerza en algunos grupos de adolescentes en Cuba. De repente, puedes encontrar una bronca, y sin saber los motivos, a nombre de los Abakuá, hasta tú puedes quedar involucrado.

Esta Sociedad Secreta surge en la primera mitad del siglo XIX, como respuesta al peligroso contexto social que vivían los negros en Cuba, sirvió como medio de defensa en escenarios hostiles a los esclavos y negros, aunque fueran libertos.

Si bien es cierto que su surgimiento tuvo el fundamento de no renunciar a cultos y costumbres, y contribuir a su supervivencia, su discreción les ganó un respeto y un prestigio a nivel social, que llega hasta nuestros días, aunque haya practicantes que no sean fieles a la tradición. Otro tanto ocurre con muchas religiones traídas de África.

Algunos jóvenes, han creído que ser Abakuá es sinónimo de fuerza, masculinidad u hombría, mostrando actitudes negativas basadas en falsas leyendas con tendencias racistas que condenan, y descreditan esta manifestación sincrética, cultural, que tiene aportes importantes dentro de la cubanía.

La práctica del Ñañiguismo –como también se le conoce y a sus miembros se les dice ñáñigos- es hoy día incomparable a la del contexto histórico en que surgió. Ha evolucionado y está en un proceso constante de investigación por parte de equipos multidisciplinarios, debido a que en el pasado, para su ingreso, existieron complejidades de género y de color entre otros. Pero en la actualidad nada se puede mantener en secreto.

Jorge Milanes

Jorge Milanes: Soy animador turístico y relacionista público. Hace 45 años que nací en un pequeño pueblo costero del este de la Habana llamado Cojímar. Me gustan mucho los viajes y las aventuras, ya conozco bastante sobre mi país y me gustaría conocer otras naciones. Disfruto leer, cantar, bailar, la alta cocina y hablar con gente interesante, que brinde sabiduría y alegría.

Jorge Milanes has 224 posts and counting. See all posts by Jorge Milanes

5 thoughts on “¡Soy Abakuá!

  • que se puede esperar de gente q se oponga a la mamadera?

    Saludos, Luis

  • La juventud se sienten bien en grupos afines como este de los abakua, tambien en otros con trasfondo religioso y los más arriesgados en grupos opositores o revolucionarios, es parte natural de la vida. Aunque imagino que en otro contexto más sosegado y menos marginal los intereses son distintos. Tiene la culpa un muchacho de Jesus Maria de querer ser abakua desde chiquito?, no lo creo, es lo unico que ha visto creciendo. Aunque las condiciones sociales no justifican todas las decisiones de las personas, que son en ultima instancia responsables de sus vidas

  • Parece que con la hermandad abakuá está sucediendo algo similar al uso (abuso) actual del islamismo: los violentos la están monopolizando.

  • Es muy facil monopolizar con violencia la religion ya que esta desligada totalmente de la razon. Ver ejemplos mediavales de la iglesia catolica y los mismos mal nacidos del estado islamista

  • Entre sus preceptos los abakua tienen: ser buenos hijos, ser buenos padres, ser buenos ciudadanos, ser hombres (considerado como no prestarse a bretes, abusos, chivaterías y otros, ayudar a sus hermanos en cualquier situación). Recuerdo haber leído un texto que relataba que, durante el fusilamiento de los estudiantes de medicina por el coloniaismo español se efectuó un intento de rescate en la propia explanada de la Punta, protagonizado por integrantes de la religión abakúa, a la cual pertenecía (o al menos simpatizaba) uno de los condenados. Lamentablemente en nuestra patria ( y en otras partes del mundo) se desvirtuan las creencias religiosas en ocasiones, eso se ve por ejemplo en personas que se “hacen santo” para sentirse protegidos en sus fechorías, o en cristianos que se dan golpes de pecho, pagan diezmo, se pasan el día metidos en la iglesia y, en la concreta, no son capaces de dar un pedazo de pan a un mendigo.

Comentarios cerrados.