¿Dónde está la falta de valores en Cuba?

Por Jorge Milanés

Parada de buses en La Habana.

HAVANA TIMES — La demora, la impaciencia y hasta la violencia son protagonistas, hoy en día, de toda situación que atraviesen los cubanos. Es perceptible la cantidad de personas que se concentran, por ejemplo, en las paradas habaneras a esperar los ómnibus.

“Hace dos meses que pusieron las guaguas nuevas, y ya están fuera del horario programado. Como dice un refrán: escobita nueva barre bien, comentó una señora que llevaba varios minutos en una parada. Allí también había un joven con delgadez extrema que igualmente esperaba por la guagua. Llevaba una bolsa en su único brazo.

Minutos más tarde llegó el transporte, deteniendo la marcha varios metros antes de la parada. El chico delgado intentó alcanzarlo, pero ante la avalancha de personas, el chofer tardó unos segundos en decidir si abría o no las puertas. 

En medio de aquella situación, observé cómo el muchacho se desenvolvía para abordar el ómnibus, y apenas lograba estabilizar su cuerpo. Decidí echarle una mano, pero un anciano desesperado apareció, sin pudor alguno, para desplazarlo con el codo. La gente protestó, pero aun así el anciano logró desestabilizar al muchacho, que cayó en el contén.

La bolsa que portaba en su brazo fue a dar al  césped y de un pozuelo se regó el almuerzo que el joven llevaba para el trabajo.

No pudimos más que ayudarlo, en tanto las ofensas que gritaban los pasajeros desde el ómnibus hicieron que el agresor corriera calle abajo.

“Chofe, continúe, dijo el joven acompañando la frase con un gesto de la mano. 

“Luego dicen que la juventud está falta de valores”, dice uno y otros le hacen coro.

Estadísticas publicadas en los medios, así como recientes estudios demográficos, revelan que la población cubana está envejecida. Eso ya no es un secreto. ¿Será por ello que se hacen más visibles los comportamientos impropios de las personas con edades avanzadas?

Tradicionalmente la falta de valores es asociada a los jóvenes por su exceso de vigor e inexperiencia. Pero en Cuba hace ya mucho tiempo que se vienen notando casos como el aquí descrito. Los ancianos de hoy son los jóvenes de ayer. Los jóvenes de los años 50 y 60. ¿Será que la pérdida de valores que sus mayores achacaron a esa generación en sus tiempos es la que hoy se impone?  

Cuando pequeño siempre escuché que “la juventud está perdida” y otras frases por el estilo. Tanto, que en algún momento llegué a pensar que la ética y los valores eran privativos de la gente mayor, como si con los años se adquirieran.

Continúo observando a ese segmento poblacional, porque dentro de poco yo también estaré entre ellos y espero no parecérmeles demasiado.

Jorge Milanes

Jorge Milanes: Soy animador turístico y relacionista público. Hace 45 años que nací en un pequeño pueblo costero del este de la Habana llamado Cojímar. Me gustan mucho los viajes y las aventuras, ya conozco bastante sobre mi país y me gustaría conocer otras naciones. Disfruto leer, cantar, bailar, la alta cocina y hablar con gente interesante, que brinde sabiduría y alegría.

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5 thoughts on “¿Dónde está la falta de valores en Cuba?

  • Los valores se empiezan a inculcar desde la casa y se desarrollan durante toda la vida, pero también se pierden o se distorsionan. Lo que viste no es más que la manifestación externa del fenómeno. Ve a la raíz. En Cuba hay una soiciedad profundamente falta de valores en la cual algunos los mantienen siempre, nunca los han tenido, otros fueron educados o adoctrinados en los valores equivocados, y otros los han perdido por la sencilla razón de que el medio social contribuye en un sentido o en otro. Hoy por hoy la población cubana por lo menos la de 30 años abajo es maleducada e inculta en su mayoría. Y el que quiera comprobarlo no tiene más que salir a la calle y observar y oír.

  • Jorge, discrepo de lo que dices, no porque dude de la veracidad de tu post, sino por ser imparcial en el criterio, si bien es real que existe una pérdida de valores en nuestra sociedad, no creo todas las personas de la tercera edad obren de esta manera, existen personas ancianas muy respetuosas y jóvenes igualmente serios, como también existen esas personas indolentes, que creen que por ser ancianos, reaccionan de esa manera. Es lamentable lo que le sucedió a ese joven.

  • La falta de valores cubana comienza -hoy día- desde la casa, se acentúa en las escuelas y se “oficializa” en las sedes del gobierno. Cuando yo era niño- y ya existía esa cosa llamada “revolución”- por ejempo: no podía llevar a mi casa nada sin justificar de dónde y cómo lo había sacado, en las escuelas se enseñaban conocimientos y asignaturas prácticos para la vida; no que si los 5 “héroes” o tal “valiente” General -de la nomenclatura actual en el poder- hizo ésto o aquello-… -, se hacían (todavía) leyes que beneficiaban al pueblo y no solo protegían -al descaro- al grupúsculo en el poder. Todavía no se humillaba – al menos, abiertamente, a quien disentía. Ni mucho menos se le pegaba a mujeres públicamente. Pero todo se fue trastrocando en pos de la “protección” a “Revolución de los humildes….” y TODOS lo permitimos. En la actualidad isleña, todavía hay algunos hogares donde se enseñan valores, quedan (quizás) algunos profesores -en activo- con decoro y nada más, pero ¿son mayoría? Lamentablemente ¡No! El daño antropológico post revolucionario ya está hecho y costará muchísimo arregarlo en un futuro de libertad. He viajado mucho por países pobres del mundo, especialmente por Latinoamérica y, en más o menos todos; se repiten los patrones de los problemas económicos y sociales, pero el nivel de “chancletería y vulgarización social y colectiva a todos los niveles” solo es concebible y endémico de Cuba y ahora se va, poco a poco, traslandado a la provincia de Venezuela. Y lo más triste, en el saco de aberraciones sociales incurren; tanto jóvenes como mayores; constituyendo una verdadera jungla de supervivencia zombi, donde el más listo del momento; se lleva la -pírrica y enclenque- “victoria”. El Lapón Libre.

  • Yo tengo 54 y nunca he empujado a ningun anciano ni a joven en una guagua. Respeto a la gente. Pero impera una violencia terrorífica en cualquier sitio, sobre todo en las guaguas llenas. La sociedad está enferma, se está destruyendo. Hay que tratar de alejarse de estos sitios terribles, no coger guaguas llenas si puedes caminar hasta el lugar deseado. Hay que armar un tratado de medidas para enajenarse y poder sobrevivir en una sociedad desmenbrada. Rodearse de amigos, de gente amada que te ama, buscar la energía positiva, vivir en armonía, o intentarlo con muchas ganas.

  • ¡Felicitación! ¡Eminente su respuesta!

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