De posadas a cuartos “mata-jugadas”
Jorge Milanés
HAVANA TIMES — “¿Osmel, tú conoces a alguien que alquile cuarto por noches? “
“¿!Dónde se matan-jugadas!?” -me responde argumentando la pregunta.
“Te pregunto, porque como tu casa está ubicada en la Vía Blanca, pudieras tener uno de esos negocios”.
“No, no tengo recursos para eso, tampoco he estado en ninguna ni conozco a nadie que alquile. La primera vez que quise ir a una posada le pedí dinero a una de mis tías y me lo dio, pero finalmente la muchacha y yo decidimos ir a un monte. ¿Qué te parece?” -concluyó.
Luego de unas risas le dije:
Ahora en La Habana no abundan, pero en los años 80, las posadas o aposentos que era donde las personas satisfacían sus necesidades sexuales, estaban por donde quiera y, a diferencia de los hoteles, tenían precios relativamente módicos.
“El Amanecer”, “11 y 24”, en el Vedado, “Las Casitas de la Vía Blanca, “La Venus”, “Villa Ensueño” y “La Monumental”, la de “Vento y Santa Catalina”, estaban entre las más conocidas por su buen servicio; otras no, pero de cualquier modo las personas iban.
El tiempo demostró que la vivienda es uno de los graves problemas a solucionar en el país, de ahí que, de estas posadas las que estaban en buen estado constructivo, el gobierno las convirtió en fondo habitacional o en albergues para las personas que no tenían viviendas.
Surgieron entonces estos cuartos “mata-jugadas”; que hoy es un servicio de alquiler de habitaciones por cuenta propia con el mismo propósito, que aunque ya existían, eran ilegales.
Aquí una noche cuesta, 120.00 cup / 5.00 cuc., aunque también se puede pagar por hora, en acuerdo con el propietario. Por lo general, todas tienen baño, agua, y las de mayor categoría, un pequeño refrigerador con alguna u otra bebida.
Hay otros lugares donde las personas satisfacen sus necesidades sexuales pero ese es otro tema a tratar.