De Colombia a La Habana, y el sueño de ir a Santiago

Jorge Milanés

Viendo la calle. Foto: Juan Suarez

HAVANA TIMES – Por las calles de mi Habana anda con sus cejas pronunciadas, como rayos de sol, con ese bigote grande y esos cabellos plateados por el tiempo y las brisas colombianas. 

El ha sufrido períodos difíciles, amores, besos queridos y también ha extrañado los platos más deliciosos de su tierra.

En esta isla ha visto bailar una salsa, cantar, jugar ajedrez, dominó, béisbol, leer, escuchar el silencio y las voces múltiples de lo(s) cubano(s).

El aire enamorado lo trajo al encanto de lo diferente, de lo diverso. La emigración.

“¿Has estado en los Carnavales de Santiago de Cuba?” —le pregunto en medio de una conversación. Su  mirada es precisa.

“No.., no he tenido la oportunidad de ir. ¿Por qué?” Contesta y pregunta firmemente, en tanto persiste en mi la duda sobre su respuesta y curiosidad.

Colombiano, si amas a Cuba, a su gente, a su música, te propongo que vayas a los carnavales de Santiago, para que disfrutes los encantos de la tierra caliente, como muchos también le llaman.

“Es que aquí muchas personas imaginan que los extranjeros residentes tienen dinero suficiente y no es así. Esa imaginación económica desbordada que se tiene en Cuba de los emigrantes, particularmente a mi como colombiano, me ha traido muchas situaciones incómodas. Con frecuencia escucho frases como: Que ridículo, no deja propina, para qué vino a Cuba si no tiene dinero, dejar su país para venir a pasar trabajo…”, replica con cierto enojo.

“Vengo de un pueblo humilde y mi condición es la misma, pero como emigrante, hacerla valer es muy difícil. Siempre que camino por las calles de La Habana me quiren timar con las mismas propuestas que les hacen a los turistas: tabaco, restaurantes, taxi, habitación, entre otras y en ello va la comisión que no puedo asumir”, agrega.

“Es casi imposible que no suceda —continua diciendo—, a pesar de mi comportamiento austero y mis frecuentes visitas a los mismos lugares públicos para que se me conozca. Recibo una pensión que me permite cubrir las necesidades, no los deseos y gustos”.

Para él, ir a Santiago de Cuba implicaría asumir todos esos retos, con un comportamiento entre extranjero y turista nacional. En cualquier caso, tendrá que limitar sus necesidades y, tal vez, si Dios quiere, tenga el placer de visitar la connotadamente hospitalaria Santiago de Cuba.

 

Jorge Milanes

Jorge Milanes: Soy animador turístico y relacionista público. Hace 45 años que nací en un pequeño pueblo costero del este de la Habana llamado Cojímar. Me gustan mucho los viajes y las aventuras, ya conozco bastante sobre mi país y me gustaría conocer otras naciones. Disfruto leer, cantar, bailar, la alta cocina y hablar con gente interesante, que brinde sabiduría y alegría.

Jorge Milanes has 224 posts and counting. See all posts by Jorge Milanes

3 thoughts on “De Colombia a La Habana, y el sueño de ir a Santiago

  • Esos comentarios denigrantes hacia el amigo colombiano denotan lo equivocado que estan algunos cubanos y su poco conocimiento de como funciona el mundo de verdad. Pensar que cada extranjero es un cajero automatico caminante que puede ser desplumado a cada paso ha sido la razon por la que muchos turista que nos visitan sean tan suspicaces y reacios a dejarse engatusar y expoliar por los inescrupulosos y desafortunadamente, amplifica la nocion de la pedigueneria de los cubanos. Tambien denota una colosal ignorancia cultural, pues si bien es cierto que los estadounidenses estan acostumbrados a dejar propinas en los restaurantes ( siendo en US la propina un componente esencial en el ingreso de un mesero debido a su bajisimo salario basico) no funciona asi en otros paises, como por ejemplo Australia, que es el caso que conozco. Ademas, la propina es un premio a un buen servicio, no una limosna con escopeta y algunos cubanos se las quieren dar de vivos con el vuelto (me ha pasado a mi) a la hora de traerlo, asi que cada vez que puedo, les dejo el dinero exacto y la propina la dejo si considero que se la gano.

  • Al menos este retirado puede tomarse una vacaciones fuera de su pais. Y los nuestros que?

  • También, viajan a Europa, a los “yunaiteds”, y resto del mundo; y sus familiares cercanos viven a todas leches viajando y gastando dinero (público, seguramente)… ¿o de cuáles “retirados” estamos hablando?

Comentarios cerrados.