Contribuir a la educación del niño

Jorge Milanes Despaigne

Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 24 mar — La directora informó que hoy no podían recepcionar los niños del círculo infantil por falta de agua, que llamaran al día siguiente para saber si se había superado tal carencia. Ante esta situación, Nora no tuvo otra alternativa que venir al trabajo con Samuel.

En el camino nos saludamos. Me doy cuenta que Samuel es un niño adelantado para su edad, muy elocuente. Su madre trata de educarlo lo mejor que puede, aunque luego se encuentre con “manifestaciones contradictorias nacidas en el ambiente del círculo.”

Llegando a la cafetería de la esquina, el niño dijo a su mama que allí vendían galletas dulces muy ricas, que le gustaban mucho, que su papa siempre pasaba por allí y se las compraba. Yo lo escuché con simpatía.

Era casi imposible resistir al pedido, porque a mí también me gustan.

“Espérenme aquí, enseguida regreso. — dije mientras me separaba de ellos.”

En la cafetería compré galletas para los tres, las mismas que tanto gustan al pequeño. Aunque a Nora no disfruta igual el dulce, me las aceptó.

El niño caminaba pegado a la acera, devorando las galletas una por una, mientras se iba acercando a un anciano, quien al parecer se sienta habitualmente en el contén a observar todo lo que pasa. Y reparó en el niño, tan gracioso, educado, limpio…

“Me das una galleta de esas…” le pidió el anciano, en juego.

“No” —le contestó tajantemente el niño, quien se adelantó y continuó diciendo.

“Estas galletas no son para negros” ripostó, ante el asombro de todos.

La madre, con repentino impulso, tomó de las galletas del niño, regresó donde el anciano y se las ofreció. Él no quería aceptarlas, pero Nora lo convenció de contribuir a la educación del niño.

Jorge Milanes

Jorge Milanes: Soy animador turístico y relacionista público. Hace 45 años que nací en un pequeño pueblo costero del este de la Habana llamado Cojímar. Me gustan mucho los viajes y las aventuras, ya conozco bastante sobre mi país y me gustaría conocer otras naciones. Disfruto leer, cantar, bailar, la alta cocina y hablar con gente interesante, que brinde sabiduría y alegría.

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7 thoughts on “Contribuir a la educación del niño

  • Palabras fuertes para un nino tan chiquito, si en casa no se habla en ese modo la mama tiene que ver como se habla en el circulo

  • ¡Madre mía! ¿Qué no está pasando?¿Volvemos a 1912?…Buena entrada, Milanés…

  • esta raro eso porque los niños no son afectados por ese tipo de prejuicios de tan pequeños.

    aunque en cuba si hay racismo y mucho.

  • Anonimo depende del contexto social donde vive el nino, de los adultos que lo rodean, la forma de expresarse que usan los adultos despues los ninos lo repiten aunque si no entienden lo que quiere decir razismo

  • Uy, qué espantaditos, ahora resulta que nadie se percata de que esta mierda simplemente se volvió light, se disfrazó tantito, se coloreteo por mero encima y nada más; clasismo, racismo y todos esos ismos producto de la paupérrima cultura y supina ignorancia nunca se erradicaron en la Isla.

  • “NOS” está pasando…

  • Mark, precisamente porque viene de atrás, porque se sigue soslayando el problema, porque ya está calando con otras dimensiones entre los más jóvenes, es que hay que gritar y tratar de atajar el problema. Quedarnos callados es lo peor…

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