Recortes en el sistema de ópticas de La Habana

Jimmy Roque Martínez

HAVANA TIMES – Por orientación de los Lineamientos del PCC, el Ministerio de Salud Pública cubano inició la compactación de sus servicios: el traslado de varias consultas de cada policlínico a solo uno o dos unidades en cada municipio.

Aunque esta estrategia aleja los servicios de la población, aumenta la demanda, y elimina puestos de trabajo, muy pocas comunidades se han opuesto frontalmente.

Ahora se está pensando en una nueva compactación para el primer semestre de 2016, esta vez en el sistema de ópticas de La Habana, según comentan trabajadores del sector en la capital.

En la actualidad existen de tres a seis ópticas por cada municipio habanero. Cada una cuenta con recepcionista, operario de corte y monta, almacenero, administrador, y algunas incluyen el puesto de reparador.

La idea de la Empresa provincial de Ópticas de La Habana es dejar solo una óptica municipal, que se llamaría “cabecera”, donde trabajarían varios operarios de corte y monta. Habría, además, una almacenera, una recepcionista y un administrador.

El resto solo prestarían el servicio de receptoras, con una recepcionista y un administrador.

Los espejuelos a los que anteriormente se les montaban los cristales en esas entidades ahora tendrían que ser trasladados a la “unidad cabecera” para realizar este trabajo, y luego ser traídos de vuelta a la “receptora”.

Con esta medida se suma un paso más de demora a la hora de terminar los espejuelos, y lo más grave: se eliminarían varios puestos de trabajo, pues quedarían sin empleo los almaceneros de las ópticas receptoras.

El cronograma oficial de entrega de espejuelos es el siguiente:

• Los bifocales demoran en ser entregados al cliente siete días
• Los monofocales: dos días
• Los progresivos: siete días.

Esta programación por lo general no se cumple y la demora es mayor. Hay usuarios que reportan haber esperado un mes para recibir algo tan imprescindible como son los espejuelos. Con el nuevo sistema es muy probable que se extienda aún más el cronograma de entrega real.

Aún está por verse qué sucederá con los almaceneros que queden sin su trabajo.

Seguramente, como ha sucedido en casos anteriores, les propongan un empleo poco atractivo para garantizar que ellos solos pidan la baja de su empresa, y así desentenderse de ellos. De ese modo se evitan tener que despedirlos directamente.

La otra opción es convertirlos en “disponibles”, término utilizado por los burócratas para llamar a los despedidos luego de este tipo de compactación.

De acuerdo con el Código Laboral vigente, la empresa estatal solo paga un mes de salario íntegro a quien ha quedado “disponible”. Después de ese tiempo, la persona no recibe un centavo más de la entidad.

La burocracia cubana sigue ensayando nuevos métodos para el despido cauteloso de los trabajadores y, de paso, continúa demostrando su incapacidad para organizar la economía nacional.