Un atún sobre la acera

Isbel Díaz Torres

Casi cien personas se aglomeraron en la avenida del puerto.

Casi cien personas se aglomeraron en la avenida del puerto, para asombrarse ante el trofeo de una buena pesca.  Se trataba de un gran atún de más de dos metros de largo, pescado a las afueras del Malecón habanero.

“Eso está entre las 400 y las 500 libras.” aseguraba uno con poca pinta de pescador.  Los expertos jugaban a adivinar el peso y la especie.  Según la Enciclopedia Encarta, “atún” es el nombre común no de uno, sino de varios peces de la familia de los Escómbridos, así que no era tan difícil acertar.

El ejemplar en cuestión era bien hermoso.  Lástima que estuviera muerto.  Era de un metálico color azul en el dorso, como pueden ver en la foto, y el vientre era plateado.  Muy llamativas me resultaron lo que parecían pequeñas aletas amarillas a cada lado de la base de la cola.  En realidad se trata de quillas óseas, formadas por extensiones de las vértebras caudales del animal.

Estos animales son una maravilla de la naturaleza, que logran altas velocidades gracias al diseño hidrodinámico de sus cuerpos.  Ello les permite escapar a sus depredadores y emprender largas migraciones para llegar a sus zonas de desove y alimentación.

La cara de asombro y la excitación entre los pescadores que llegaban, me hace pensar que no es nada común capturar este tipo de pez en el malecón.  La contaminación que durante años ha afectado a la Bahía de la Habana y sus alrededores, ha impactado muy negativamente en la fauna marina.

No obstante la belleza del animal, no se nos escapa la expresión agónica de su rostro.

Es visible una cierta recuperación del lugar, debido a inversiones millonarias y también a la crisis económica, que impide la llegada de barcos mercantes con la periodicidad que muchos quisieran.  No obstante, los rumores de un posible traslado de las funciones hacia la Bahía del Mariel, al Oeste de la capital, parecen tener fundamento.

Para capturar este atún es muy posible que “Victoria” (la sencilla embarcación de estos pescadores) haya debido alejarse un poco de las oscuras aguas de nuestra bahía.  Con la llegada del verano, estos peces se acercan un poco a las costas para el desove.

No obstante la belleza del animal, no se nos escapa la expresión agónica de su rostro.  Sucede que carecen de mecanismos para mantener el flujo de agua a través de las branquias, por lo que deben permanecer en continuo movimiento.  Si dejan de nadar, mueren por anoxia, lo cual debe ser un final muy triste.  Por eso es tan tenaz la lucha con el pescador.

¿Se han puesto a pensar en un ser vivo que no puede dejar de moverse? Es maravilloso y terrible.  Pienso en los problemas que tendría con la policía en La Habana, siempre limitando el movimiento de la gente (recordemos que hasta la lenta velocidad de desplazamiento puede ser sospechosa para ellos).

“Victoria.” la sencilla embarcación de los pescadores.

Por principio, estoy en contra de la pesca deportiva.  Me parece aberrante buscar placer en el asesinato de otro ser vivo.  Hay casos donde los procedimientos son extremadamente violentos.  Eso da señales del tipo de sociedad que hemos diseñado, apurados por ganar, dispuestos a sacrificar lo que sea.

Pero el que caza o pesca para vivir posee otro espíritu.  Esa persona es menos hipócrita que el que compra el pescado congelado en la pescadería, o el que mira a otro lado mientras le dan la puñalada al puerco, para después comerse el filete en la mesa.

El que caza o pesca para vivir sabe del dolor del animal, y sabe de su propio sudor para lograr el sustento.  Comerse eso que mató lo hace curtirse como ser humano, y aprende a respetar a su presa.  Espero que los dos hombres que pescaron el atún puedan comer bastante de él, o sacarle buen dinero para sus familias.

Cuando tomé la foto, iba a dejar fuera la sangre sobre la acera, pero aparté ese hipócrita que llevo dentro e hice la foto completa.  Espero no herir sensibilidades.

 

Isbel Diaz

Isbel Díaz Torres: Pinar del Río y La Habana son mis ciudades. En una nací, el 1º de marzo de 1976, y en la otra he vivido desde siempre. Soy biólogo y poeta, aunque eventualmente he sido músico, traductor, profesor, informático, diseñador, fotógrafo, o editor. Soy un gran inconforme y defensor de las diferencias, quizás por haber sido desde siempre un “niño modelo” muy reprimido. Nada me subyuga más que lo desconocido, la naturaleza y el arte me funcionan como fuentes de misterio y desarrollo. Un sorprendente activismo ha nacido en mí en los últimos tiempos. Aunque no estoy muy seguro de cómo utilizarlo, siento que es una energía noble y legítima. Ojalá tenga discernimiento para manejarla.

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4 thoughts on “Un atún sobre la acera

  • Isbel te tengo que corregir, la pesca deportiva es otra cosa, consiste en pescar y enseguida liberar el pescado, no se mata y no se lleva para la casa, se deja otra vez libre, lo se p’q mi hijo es un apasionado de pesca deportiva

  • Hola Giraldilla. Utilizo el término “pesca deportiva” en contraposición al de “pesca comercial”, y lamento decirte que esa práctica que señalas no siempre es así. En determinados lugares lo único que se limita es el número de peces que pueden capturar los pescadores. También se limita el tamaño.
    La pesca deportiva no es un esparcimiento sin mayor impacto ecológico, ya que representa el 23% de la captura de peces explotados en exceso en EE.UU., según un estudio publicado por la revista Science.
    “En el golfo de México los pescadores aficionados echaron el anzuelo y la red al 64% de los peces cuyas poblaciones esta muy disminuida por la captura en grandes cantidades”.
    “Los investigadores analizaron datos del Servicio Nacional de Pesquerías Marinas de EE.UU. En lo que se refiere a las poblaciones mas afectadas, la pesca deportiva capturo el 23% de todos los peces en el ámbito nacional, y esa proporción subió al 38% en la región desde Carolina del Norte a la costa este de Florida, y al 64% en las costas del golfo de México”.
    “El manejo actual de la pesca deportiva se enfoca en el control del número de capturas por parte de los pescadores individuales, pero no restringe el número de personas a las que se permite que pesquen”.
    “La pesca, tanto deportiva como comercial, tiene los mismos efectos demográficos sobre la población de peces, según el estudio. Esas practicas truncan las estructuras de tamaño y edad de las poblaciones, reducen la biomasa y alteran la composición de la comunidad”.
    En cualquier caso, yo quizás sea un poco hipersensible, pero que claven un anzuelo en mi boca, me saquen del agua, me agarren y me hagan sentir a punto de morir, para que luego me tiren al mar, no me hace tampoco mucha gracia, sobre todo para que unos tipos pasen unas vacaciones entretenidas.

  • Fascinante tu artículo.
    Isbel, ¿sabías tú que un atún de este tipo, y tamaño, vale no menos de 50.000 dólares en los mercados de Tokio?
    Aparte del varo largo de los japoneses, que les permite semejante desembolso, son cotizados a un precio tan alto porque después le sacan el triple o más haciendo sushi, que como tu sabes emplea piezas de pescado, entre otros ingredientes, que son pequeñas.
    Si a ese par de compatriotas pescadores alguien les hubiera contado lo que vale el pescado que capturaron, yo creo que se quedan con la boca más abierta que el animal mismo.
    Parece increíble, pero es cierto.

  • Hola Andrónico,
    Así mismo es. Pero no te preocupes, que de todos modos ellos lo venderán bien caro (para nuestros precios) acá. En realidad la carne del atún es muy sabrosa, y la gente lo sabe.

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