Transgénicos a la vista (I)

Isbel Díaz Torres

Ya se siembra maíz transgénico en Cuba. La información ha levantado una ola de opiniones en contra. Me llama la atención que no apareció publicada en Granma, principal periódico nacional, sino en el también oficialista Juventud Rebelde.

Utilizando la fórmula triunfalista de nuestra prensa, se nos quiere hacer creer que los transgénicos son la solución a los problemas agrícolas del país.  Una información dosificada, parcializada y manipulada es todo lo que se ofrece al púbico cubano. Mientras tanto, la mayor parte del debate ocurre en publicaciones digitales.

Ante la propuesta estatal de sembrar 200 caballerías de maíz transgénico en la provincia de Sancti Spíritus, llegó a mis manos la alerta ecologista de Narciso Aguilera Marín. Esa fue la primera protesta pública en esta polémica, a la que posteriormente se han sumado otras voces.

El Dr. Carlos G. Borroto, quién está al frente de las investigaciones, publicó en el sitio web Rebelión una respuesta a Aguilera. A pesar de las limitaciones del Jefe del Programa Nacional de Biotecnología Agropecuaria, es meritorio que se haya atendido este reclamo.

No obstante, la prensa escrita hasta el momento se mantiene al margen. No es sorprendente que otra vez dejen fuera de la controversia al resto de la sociedad. La falta de debates públicos en Cuba forma parte de la lógica en que vivimos hace años. El tema pareciera de incumbencia solo para los científicos e intelectuales, sin involucrar al resto de la sociedad civil o al simple ciudadano.

Recientemente, la de voz del filósofo cubano Eduardo Francisco Freyre Roach ha puesto más condimento al dilema. Freyre, quien es profesor en la Universidad Agraria de La Habana, estudia desde hace años los temas de bioética, agricultura sostenible y sociología agraria en Cuba. Sus trabajos publicados son imprescindibles para comprender la actual problemática.  Recientemente tendría lugar la presentación de su libro “Transgénicos: que se pierde, que se gana. Textos para un debate en Cuba,” la cual fue inesperadamente suspendida.

Yo me pregunto entonces ¿se trata de un debate “respetuoso y basado en elementos científico técnicos,” como dice  Borroto, o se trata simplemente de negar información a la gente?