Exclusión en espacio de debate habanero
Isbel Díaz Torres
No fue gratuita la alarma de los intelectuales cubanos cuando en el 2007 vieron reaparecer el fantasma de Luis Pavón Tamayo en la TV nacional. Las filosofías y prácticas de ese connotado censor se expanden aún hoy entre los funcionarios estatales cubanos.
Pavón fue uno de los líderes del llamado proceso de “parametración” que afectó a amplios sectores de la cultura cubana en los años 70. La censura y la exclusión de artistas, trabajadores y estudiantes por sus preferencias políticas, religiosas o sexuales, estaban a la orden del día.
Lo sorprendente es que la reciente experiencia que sufrí, junto a otros compañeros, a la entrada del ÚLTIMO JUEVES, reproducen aquella lógica gris. En este espacio mensual de debate de la Revista Temas, funcionarios del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos impidieron arbitrariamente el acceso de una decena de personas al lugar.
Quien parecía estar al frente de estos funcionarios era una persona que “casualmente” se apellida Pavón. El desatino del “portero” llegó a tal punto que incluso vetó la entrada de personalidades de renombre en el mundo intelectual cubano. Entre ellos se destacan el escritor Edel Morales y el investigador Rodrigo Espina. Con estos dos importantes intelectuales este funcionario tuvo momentos de declarada violencia verbal y física.
Para mí está claro que tanto yo, como la prensa extranjera acreditada, como el resto de los presentes impedidos de acceder teníamos el mismo derecho que las personalidades referidas. No obstante, recalco estos dos casos pues el sucedido puede representar una amenaza a la estabilidad de este interesante espacio de debate público. La situación se agrava cuando sabemos que Rodrigo Espina es además, hermano de una de las panelistas (la socióloga Mayra Espina) y él mismo ha sido parte del panel de Temas.
Esta no es la primera vez que sucede algo así; a mi cuenta es la tercera ocasión (aunque pudieran ser más). La convocatoria que siempre emite Temas explicita que el acceso es libre. El argumento invariable que han utilizado en todas las ocasiones es decir que “el local está lleno.” Tal declaración es estrictamente imprecisa, cuando lo que realmente sucede es que todas las sillas están ocupadas. En esos casos es usual que las personas permanezcan de pie en el amplio espacio disponible, o sentadas en los escalones de la pequeña escalinata que divide el espacio en dos.
Durante mi larga espera en la entrada recibí informaciones de amigos que permanecían dentro y me confirmaban la disponibilidad de espacio. Yusimí, una de las amigas que esperó un buen tiempo afuera, logró entrar y al culminar el debate reafirmó que había suficiente para las cinco personas que quedábamos afuera.
El triste espectáculo del compañero Pavón, quien después de finalizado su trabajo regresó a nuestro grupo, donde aún permanecía Espina, para invitarnos a fajarnos, fue el colmo del maltrato y la violencia. Nosotros, tan cercanos al dos de octubre, Día Internacional de la No-Violencia, rechazamos la invitación. Las enseñanzas de Gandhi son muy valiosas como para tirarlas a la basura por un desinformado agente.
Lo verdaderamente preocupante es en qué están transformado el útil espacio de Temas. ßmoved to end of paragraph Además de los sucesos en el exterior, supimos que a nuestro amigo Ramón García Guerra le negaron su participación en el panel. Es muy sintomático que un socialista libertario sea así públicamente excluido. La invitación a participar había sido formulada a Ramón de manera pública en un correo electrónico con copia a varias personas, emitido por Rafael Hernández, director de la revista.
Nota: Las fotos pertenecen a sucesos similares en octubre del año pasado
Quien es este Sr. Pavon, y para quien el trabaja, y por que Rafael Hernandez acepta esa clase de actuacion en una reunion donde usted fue invitado.
No es Pavon, es el sistema. Un sistema represivo que se endurece segun comienza el ajuste social e detrimento de los trabajadores y sin posibilidad para la protesta. Cada vez que hay un problema, Rafael se va de viaje, huyendo de su responsabilidad y figurando como intelectual progresista, pero es parte de ese aparato. Por cierto que Rafael hernandez envio un mensaje sarcastico a Ramon invitandolo a hablar y bulandose de el, y lo hizo publico. Esperemos que se disculpe tambien en publico. Luchas por esos espacios democraticos y socialistas tiene que ser el deber de los intelñectuales comprometidos, pero que viajan menos y reciben menos dadivas que rafael hernandez.
cuba… sí, en minúsculas, pero muy minúsculas.
Interesante y honesta tu descripción sobre ese triste evento. Yo estaba entre los excluidos, entre los –ustedes no pueden pasar, está cerrado por capacidad. Quizás hasta compartimos muecas… Permanecí fuera hasta el final y fui testigo de cómo el guardia de apellido Pavón regresó para agredir verbal y físicamente a Rodrigo Espina. Un dato que quiero añadir: en los debates de Último Jueves la entrada siempre ha sido libre. Trabajo en el ICAIC. Al día siguiente de este evento, me hallaba en el Café de 23 y 12 cuando se me acercó el guardia Pavón y me dijo que pasara por su oficina para conversar (Dpto. Seguridad y Protección, ICAIC, creo). Al rato regresó al café y me dijo que si él hubiera sabido que yo era trabajador del ICAIC me hubiera dejado entrar al panel, porque él no era un monstruo, él era un ser humano, pero tenía que cumplir con su deber, porque se esperaba la presencia de disidentes… (no estoy citando todas sus palabras porque no las recuerdo textualmente).
Tengo entendido que en varias ocasiones el director de la Revista Temas ha tratado de que esto no se repita, sin embargo, hay algunos “seres humanos” que deben cumplir con su deber. Es una pena que en el Dpto. de Seguridad y Protección de una institución tan importante halla personas que tengan, como parte de su contenido de trabajo, dañar y sabotear los espacios de debates socioculturales.