El machismo no cabe en una foto

Isbel Díaz Torres

La foto ganadora (602) de Jaime Prendes.
La foto ganadora (602) de Jaime Prendes.

HAVANA TIMES — El machismo fue uno de los tópicos incluidos en la reciente convocatoria del concurso de fotografía de Havana Times.

Por supuesto que no es posible reflejar en una imagen un proceso tan complejo como el machismo, que pudiera considerarse hasta un tipo de ideología afincada históricamente en el sistema mundo. Es por eso que estoy seguro que fue todo un reto para los fotógrafos participantes plasmar semejante cosa en un objeto fijo bidimensional.

Las obras finalistas de modo general me parecieron de una correcta composición e interesante uso de los colores y la luz. Una bella factura estética.

No obstante, es mi criterio que en muchos de los casos reflejaron una comprensión no muy clara del machismo, y más allá, una confusión acerca de cómo funcionan las masculinidad y los roles de género.

Me parece justo que la 602 fuera la foto ganadora, pero comentaré algunas de las otras.

Las fotos 691 y 965 nos muestran hombres en una relación violenta con los animales. Tal conducta es reprobable en sí misma, pero ni es exclusiva del género masculino ni refleja por sí sola una relación de opresión hacia las mujeres.

Foto (507) by Felix Lupa.
Foto (507) by Felix Lupa.

Las fotos 507 y 561, por otro lado, apenas exponen a hombres solos, como si esa fuera condición suficiente para expresar el machismo. Se trata de un sistema de relaciones. No basta con tener tatuajes o fumar tabaco, para concluir que se participa de la misoginia o el machismo imperante.

De hecho, la foto 000561 me parece una hermosísima imagen que capta nuestra humanidad, el desgaste que sufren nuestros cuerpos con el paso del tiempo, la vida sacrificada de un trabajador.

Por su parte, las fotos 551 y 993 muestran a dos personas que hacen alarde de atributos culturalmente identificados con el género masculino, como son los deportes de lucha. A estas alturas del siglo XXI difícilmente se pueda creer que tales ejercicios sean exclusivos del género masculino, y mucho menos que por sí solos sean expresión de superioridad sobre las mujeres.

No obstante, la práctica de deportes violentos es uno de los elementos que han servido para expresar machismo, por ejemplo, hacia los sujetos homosexuales, erróneamente identificados con fragilidad, lo que implica un rechazo de todo aquello que sea considerado “no masculino”. La misma lectura pudiera hacerse hacia las mujeres.

Las fotos restantes sí muestran relaciones entre los géneros.

Las fotos 44 y 1476 exhiben los tipos de colaboraciones que pueden encontrarse al interior de las parejas. En la primera, una mujer ayuda subir la cuesta a un hombre que lleva una carga en un triciclo, lo cual cabe en el tema propuesto por ser justamente lo opuesto al machismo, dado que evidencia la capacidad femenina de hacer trabajos que impliquen duro esfuerzo físico.

La segunda es quizás una de las fotos más interesantes, pues muestra el caso opuesto: el hombre lleva al niño y el resto de la carga, mientras la mujer no expresa compromiso alguno en colaborar. Por una parte, el machismo imperante exige al hombre ese tipo de conducta, pero lo interesante es que aquí uno de los sujetos opresores es justamente la mujer, que como bien sabemos, participa activamente en la construcción de los sujetos sociales.

Digo que es de las más interesantes, porque muestra la gran complejidad de los roles de género, y cómo ambas partes son a la vez objeto y sujeto de la opresión. Y si es así ¿puede hablarse en este caso de machismo? Yo creo que sí, pero también creo que “sí” es una respuesta insuficiente y demasiado cómoda.

Una de las imágenes más conflictivas, en mi criterio, es la 35, donde un hombre mira a una mujer que pasa. La “vacila”, como decimos en Cuba. Sé que en los ámbitos feministas (sobre todo, fuera de la Isla) está casi establecido que vacilar a las mujeres es una expresión de machismo, que es una forma de acoso sexual, y en general de violencia.

La foto de mención especial (35) tomada por Alan Freidlob.
La foto de mención especial (35) tomada por Alan Freidlob.

A mí, no obstante, me gustaría matizar esa postura. Primero porque es en extremo simplista, y porque es una muestra clara de cómo el feminismo ha dejado pendiente muchos temas o los ha tocado de manera muy superficial.

Los humanos somos seres eróticos, y no creo que el solo hecho de admirar la belleza de un hombre o una mujer sea un acto violento. En la foto presentada, definitivamente no lo es. No hay evidencia de acoso, la mujer no está siendo intimidada ni forzada, el hombre no la agrede, ni siquiera le habla, solo la admira.

Justamente, uno de los peores elementos del machismo es promover la inferioridad de la sexualidad femenina como sujeto pasivo, negar el deseo femenino. De modo extensivo podemos decir, entonces, que debemos reivindicar el derecho para ambos géneros a ser sujetos activos, y no reprimirnos sexualmente.

Es más, la mujer cubana, en determinados espacios, se muestra sexualmente desinhibida, y admira la belleza masculina sin ambages ni doble moral. También las mujeres lesbianas “vacilan” a otras mujeres de manera sistemática, lo que para mí es una expresión de liberación, cuando no implica violencia.

No es posible considerar que toda expresión de masculinidad (entendida en su modo más tradicional) o virilidad sea automáticamente una expresión de machismo. Y creo que eso sucede justamente por una escasa comprensión de qué cosa son las masculinidades, e incluso, qué cosa son las feminidades.

No es posible continuar la lucha contra el machismo ocultando la participación real de ambos géneros en la opresión mutua, y tampoco es posible ocultar bajo la lucha antimachista nuestro desconocimiento del otro o la otra.

¿Es la violencia parte de los códigos eróticos? ¿Puede ser eso, en efecto, deconstruido? ¿Toda expresión viril es machista? ¿Qué elementos de las conductas masculinas erotizan a las mujeres o a los gays? ¿Y viceversa?

¿Es posible renunciar a la necesidad de ser aceptado socialmente? ¿Hay un modo único de ser mujer u hombre? Si son varios ¿Hay algunos que sean válidos y otros no? ¿Cuáles?

Como gay soy víctima del machismo, pero como hombre soy víctima del “hembrismo”. Tengo más preguntas que respuestas. Sé que es complejo, pero me niego a los reduccionismos, a las caricaturas, y al silenciamiento de esa parte de la discriminación que es políticamente correcta.

Isbel Diaz

Isbel Díaz Torres: Pinar del Río y La Habana son mis ciudades. En una nací, el 1º de marzo de 1976, y en la otra he vivido desde siempre. Soy biólogo y poeta, aunque eventualmente he sido músico, traductor, profesor, informático, diseñador, fotógrafo, o editor. Soy un gran inconforme y defensor de las diferencias, quizás por haber sido desde siempre un “niño modelo” muy reprimido. Nada me subyuga más que lo desconocido, la naturaleza y el arte me funcionan como fuentes de misterio y desarrollo. Un sorprendente activismo ha nacido en mí en los últimos tiempos. Aunque no estoy muy seguro de cómo utilizarlo, siento que es una energía noble y legítima. Ojalá tenga discernimiento para manejarla.

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