“Bucear” en Cuba para salvar la cultura

Isbel Díaz Torres

Discos y revistas en la basura.

HAVANA TIMES — Quiero contarles primera experiencia “buceando”, que es como popularmente se conoce en Cuba la actividad de buscar y reutilizar objetos en los depósitos públicos de basura. El suceso tuvo lugar hace unas pocas semanas, a apenas una cuadra de la Universidad de La Habana.

Cargábamos Jimmy y yo una reja de uso, que una buena amiga nos regaló para la puerta del cuartico donde vivimos, cuando nos topamos con un contenedor de basura repleto de viejos discos de acetato y revistas.

Sin pensarlo dos veces solté la reja y me puse a husmear entre los discos. Un melómano como yo no podía resistirse a la tentación, aún cuando no tuviera tocadiscos en casa.

No estaba solo en esa tarea. Un hombre maduro también se afanaba en la esquina, solo que él buscaba las revistas, que también eran numerosas. Antiquísimos ejemplares de Bohemia, que durante décadas se ubicó entre las mejores publicaciones periódicas de la isla (e incluso del continente), ahora agonizaban allí.

El interés de mi colega de buceo no era intelectual, sino que las revistas le servirían para venderlas en “Materia prima”, y sacarle algunos quilitos. Yo miraba con tristeza el fin de aquellos ejemplares, pero me concentraba en los discos de acetatos.

Colecciones completas de los más importantes jazzistas estadounidenses del siglo pasado, de la RCA Victor, se amontonaban unas sobre otras, despojadas de sus carátulas, en paquetes de nylon.

Ediciones rusas de las más insospechadas piezas de la música clásica de concierto, ejecutadas por virtuosos de todas las naciones, brillaban allí.

Yo, músico frustrado y melómano empedernido, apartaba con fruición los discos de Chopin, Schubert, Beethoven, Rachmaninov, Ravel, Stravinski, Mahler, Bach, Schumann, Tchaikovski, Mozart, y muchos otros, mientras Jimmy me preguntaba dónde iba a escucharlos.

Encontré hasta una edición de “Música Electroacústica (Time)”, dirigido por el maestro Juan Blanco, donde cuatro jóvenes músicos cubanos comenzaban sus audaces experimentos sonoros allá por el año 1986.

Disqueras soviéticas, estadounidenses, alemanas, españolas, o cubanas, estaban representadas allí.

Un par de infantes tambien trabando en el buceo.

Otros discos, con himnos, canciones patrióticas de Juan Almeida Bosque, y hasta la grabación de un discurso de Ernesto Che Guevara, no parecía que fueran a ser rescatados por nadie.

Dos niños llegaron después, y también cargaron con una significativa cantidad de revistas, para venderlas a los “libreros”.

Una pareja formada por una cubana y un español, también se incorporaron. No paraban de exclamar que aquello les parecía un asesinato, que era increíble que en un país de tanta cultura hubiera alguien que tirara aquellos valiosos objetos. Escogieron cuatro o cinco discos, y se retiraron sin salir de su asombro.

Por mi parte, después de separar gran cantidad de discos, me vi obligado a hacer una segunda selección y eliminar buena parte, pues no podía cargarlos todos. Así, me colgué la mochila repleta a la espalda, agarré la pesada reja que traía, y me alejé con Jimmy.

Al día siguiente, bien tempranito en la mañana regresamos, seguros de que el gran volumen no podía haber sido retirado por las personas, pero era demasiado tarde. Por la madrugada había pasado el camión de la basura, y no dejó más que discos partidos tirados en la calle, y carátulas de la augusta Bohemia, aplastadas por las ruedas de los autos.

Junto a mi buen amigo Mario Castillo, se nos ha ocurrido fundar un espacio para escuchar música de estos viejos discos. Ya tenemos el aparato, un tocadiscos regalo de otro amigo. Ahora solo nos faltan las bocinas, y seguir buceando en busca de fonogramas olvidados.

Isbel Diaz

Isbel Díaz Torres: Pinar del Río y La Habana son mis ciudades. En una nací, el 1º de marzo de 1976, y en la otra he vivido desde siempre. Soy biólogo y poeta, aunque eventualmente he sido músico, traductor, profesor, informático, diseñador, fotógrafo, o editor. Soy un gran inconforme y defensor de las diferencias, quizás por haber sido desde siempre un “niño modelo” muy reprimido. Nada me subyuga más que lo desconocido, la naturaleza y el arte me funcionan como fuentes de misterio y desarrollo. Un sorprendente activismo ha nacido en mí en los últimos tiempos. Aunque no estoy muy seguro de cómo utilizarlo, siento que es una energía noble y legítima. Ojalá tenga discernimiento para manejarla.

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8 thoughts on ““Bucear” en Cuba para salvar la cultura

  • En Cuba ya sólo queda gente mediocre, indolente y apabullada por la subsistencia diaria. Los geniales se fueron. Unos para el cementerio y otros para el Yuma (resto del mundo). ALERTA: Los que quedamos estamos en proceso de involución. !Qué triste realidad!

  • cronista, a lo mejor no leas este porque ya hayas tomado la decision de tirarte de un puente o alguna salida por el estilo, pero toda esa gente que paro para salvar aquel tesoro deshechado te parecen indolentes tambien?…como te atreves a describir la realidad con un solo atributo?..cronista de que eres?….saludos

  • Que terrible me hubiera gustado estar allí para bucear,,,,,,,,ya casi ni se ven los discos y tirarlos como si nada me parece como decia la pareja en la nota un asesinato…Bien lo tuyo Isabel!!!!!

  • ….porque ese “interes” en hacer problemas del pais ,problemas del sistema,problemas del gobierno lo que son simples problemas de particulares???…un fulano,que era el DUEÑO de esos discos y revistas,decidio echarlos a la basura por una decision personal….otros fulanos que pasaban por ahi decidieron recoger los discos y revistas por que les parecieron utiles por diferentes intereses particulares…los recogieron para darles diferentes usos segun sus necesidades y aficiones…que tienen que ver el pais y su cultura con lo que fue un simple buceo entre aficionados????

  • De acuerdo con Eduardo, sin embargo, la manera de escribir de isbel , sin duda, atrapó mi atención y su lectura me hizo sentir un poco de nostalgia por aquellos tesoros musicales que al final bajo las llantas de un camión de basura.

  • Hiciste bien Isbel, hoy los puedes disfrutar y además es posible que esos discos en el futuro los puedas vender a buen precio, o simplemente donarlos. Lástima lo de las carátulas.

    Seguro que podrás conseguir que alguien te grabe en usb algunos capítulos de cazadores de tesoros y de el precio de la historia. Increíble lo que la gente guarda, bota y lo que algunos compran.

  • Eduardo, quizás el país pudiera tener un centro dedicado a recibir antigüedades para uso colectivo. Otra cosa que el país, o la ciudad pudieran tener es un mercado de pulgas donde periódicamente la gente fuera a vender lo que ya no quiere y a comprar lo que le interese.

    Son cosas que sirven, no hay por qué echarlas a la basura.

  • Quien hizo aquello no pudo ser mas que un come mierda o alguien que en afan de venganza corrio con saña a tirar todo cuanto pudo de alguien mas… man, si te es posible indicame algunos titulos de discos de jazz que hayas encontrado ahi botados, se agradecera.

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