6 de Noviembre: nueva efemérides en Cuba
Isbel Díaz Torres
Este 6 noviembre se cumplió un año de la marcha contra la violencia protagonizada por un grupo de jóvenes en la céntrica avenida 23.
En aquella ocasión los que participamos sentimos fuertes emociones, pero pienso que cada cual tuvo sus propias motivaciones y explicaciones de lo sucedido. La difusa, secreta y amplia convocatoria puede explicar tal diversidad de versiones y de participantes.
Conversando recientemente con un amigo que no es cubano, él me decía no comprender la relevancia de una marcha tan corta. Para él, caminar cinco cuadras con un mensaje tan universal, no tendría muchos méritos.
Los carteles de “NO + VIOLENCIA” hacían que la gente en la calle se preguntara: ¿violencia de quién? ¿contra quién? Ese simple hecho de que las personas se formulen preguntas fue, a mi juicio, una ganancia del evento. Pienso también que fue un mérito de los organizadores no dar las respuestas. Debe llegar el momento en que comencemos a construir nuestras propias soluciones.
Por otra parte, un mensaje como la No Violencia, fue y sigue siendo vital para una sociedad en tensión como la nuestra. El conflicto entre las transformaciones planificadas y ejecutadas desde la administración de país, y las respuestas que surgirán de la gente, augura una situación compleja. Tal panorama tiene a la Violencia como una tentadora solución.
La emoción de protagonizar una marcha organizada autónomamente, mezclada con el miedo generado por la presencia profusa de agentes de la seguridad vestidos de civil, me hacía tener los nervios de punta. Será un momento inolvidable en mi vida, eso es seguro.
Pero también pasará como un momento donde una parte de la sociedad dejó clara su postura civilizada y de llamado al diálogo. Las recientes imágenes de video que muestran tropas cubanas con indumentaria antimotín asaltando una universidad en la provincia de Matanzas, demuestran que no fue trivial aquella marcha del 2009.
En este 2010, el 6 de noviembre fue recordado con varias actividades que cubrieron los principales parques de la avenida 23 todo el fin de semana. Durante el día y la noche se desplegó todo el conocido y eficiente andamiaje de tarimas para conciertos, sillas, venta de libros, juegos deportivos, música y ofertas gastronómicas. El motivo público era celebrar el día del estudiante (que en Cuba se celebra ¡¡¡el 17 de noviembre!!!).
El motivo subterráneo, sin embargo, era hacerle frente a “los disidentes que harían provocaciones,” según comentaron personas que trabajaban directamente en la organización de la “celebración.” El mismo comentario me llegó también a través de un miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas que estudia en la CUJAE. Los miembros de esta organización política fueron citados para el lugar con varios días de antelación.
Esa es la lectura que hace la burocracia de aquella marcha. ¡Qué pena! Quizás pensar en todos los recursos gastados para evitar que un grupo de jóvenes camine cinco cuadras, puede dar una mejor explicación a mi amigo extranjero sobre los verdaderos méritos de esta acción.
En cualquier caso, quiero extender mi abrazo a quienes organizaron aquella bella marcha hace un año. Ni siquiera tengo la total certeza de quiénes fueron pero, al menos yo que asistí medio despistado mientras avanzábamos cantando canciones de los Van Van y Silvio Rodríguez, comprendí que era gente de bien.
No sé qué es peor, si vivir la etapa del miedo gubernamental ante las movilizaciones ciudadanas, (de cualquier índole) o ese «comemierdismo» del aparato político administrativo que se traduce en la total indiferencia ante las muestras de repudio por el status quo, ya sea teniendo a cientos de miles de individuos inconformes frente al palacio de gobierno o bloqueando las principales arterias de circulación vehicular de las ciudades; o aún más, bloqueando de tajo las actividades en la universidad más grande del país o volviendo terreno intransitable un estado completo del país, todo como medio de denuncia y exigencia de respeto y salvaguarda de lo que por ley «nos corresponde». Como sea, la sociedad civil siempre tendrá estos mecanismos de recriminación y demanda, en mayor o menor grado, y aquellos que deberían antender, en nuestra América Latina, siempre han estado en el dilema: REPRIMIR O IGNORAR.
SI ES A LA NO VIOLENCIA POR USA EN SUS ATAQUES Y AMENAZAS, OK. SI ES NO VIOLENCIA HACIA LA MUJER Y LOS NIñOS, OK. SI ES NO VIOLENCIA HACIA OTRA ORIENTACION SEXUAL, OK. SI ES NO VIOLENCIA HACIA LOS MARGINALES QUE LE CAMBIAN LA VIDA A UN INDIVIDUO Y A SU FAMILIA, OK.
La vida es un compromiso y creo en los que no se doblegan … he leìdo tu artìculo y puedo inferir y entender tus razones … pienso que la Revoluciòn como proceso y el revolucionario, como comportamiento supone comprender el significado y las consecuencias … quien sabe y piensa tiene conciencia de que, contra quienes, a favor de quien y para quienes se vuelven nuestras aspiraciones … estoy muy convencido que reprimirse es resultado de una actitud individual que claro, condiciona una realidad especìfica … ¿poquè digo estas cosas? porque estuve entre los que estaban y observaban … y a pesar de ser militantes desde dos compromiso, no fui convocado por nadie … no digo que pudo ser … pero quien no tiene derecho a desconfiar desde una lògica de estilidad … que no ha sido inventada y que està en los anales de la historia … no dejo de decir con vergüenza irrevocable que fui y soy profesor de marxismo leninismo e historia y ello me ha servido para entenderte a ti y a otros que tienen como aspirarciòn independencia, desarrollo y justicia … creo en la lucha, y creo tambièn que la violencia es uno de los conceptos nobles que se manipulan … razòn y ciencia, conciencia y comprotamiento para transformar mi realidad es siempre una actitud violenta contra la realidad que nos asiste y que lastima intereses especìfico … de que parte estamos? … No creo en la desactivaciòn de los que contruyen un sueño, el mejor de los mundos es la màs hermosa utopìa realizable que debe ser aspiraciòn del hombre … pero Varela, el prebìstero, el primero que nos enseño EN pensar tambièn decìa, saber decir y hacer lo que mi tiempo exige diga y haga … entiendo los fines y una sociedad participativa es por esencia una sociedad revolucionaria … buròcratas no hay en Cuba, conceptualmente ese es uno de los mitos que nos construyen, como el cuento de las dictaduras, las democracias e inclusive lo afrocubano … sobre esto ùltimo pregùntale al mulato Maceo o al negro Quintìn Bandera si eran afrocubanos o Cubanos, podrìa ser un buen comienzo, los documentos de la Pichardo hablan de ello … En Cuba existen funcionarato … que pueden representar la Revoluciòn y no ser revolucionario o serlo y representarlo, si quieres vuelvo … pero amen de leer y entender tus lìneas … el enemigo no siempre es el parece e imaginamos, los tèrminos no siempre son revolucionarios, aunque la finalidad pudiera hermanarnos …
Un saludo desde la Revoluciòn y por ella siempre
Ocalderòn
Jorge:
comienzas tu comentario con un «si» condicional… es decir, si es No Violencia por esto, ok, si es por esto otro, ok… pero me quedé con deseos de saber en qué casos desapruebas la No Violencia (o apruebas la Violencia, que es lo mismo). Saludos
Orlando:
No comprendí su comentario.