Tres días en Cuba, y ya me quiero ir

Por Irina Pino

HAVANA TIMES – Cuando los cubanos residentes en el extranjero arriban a su país, son como Santa Claus, aparecen cargados de regalos para sus familiares y amigos.

Pero los “regalos” son para suplir las necesidades, las carencias, e incluyen medicinas, alimentos, misceláneas y electrodomésticos.

Mi amiga Carla llegó de Miami la semana pasada. Esta vez vino con las libras exactas, para que no le sucediera lo que le pasó en 2019, cuando una empleada le preguntó que para quién eran tantos chocolates, y ella le respondió que para su abuelita de 83 años.

La mujer no la dejaba tranquila metiéndole la mano en sus bultos con la intención de sacarle algo. Entonces le dio un paquete de café. Después de eso, ni siquiera le pesó la maleta.

Los trabajadores aduanales tienen sus tácticas, se percatan cuando el recién llegado viene con exceso de equipaje y empiezan a sacarle cosas de las maletas, a joder, entonces si le das cualquier artículo o dinero, puedes pasar tus valijas sin problemas.

Aquella imagen de la terminal 3, destartalada y sucia, no se le va de la mente. Y los empleados como parásitos, dispuestos a chupar la sangre de los forasteros.

La listica mía no era muy larga, consistía en medicamentos, comida, ropa para mi hijo, un herraje para la taza del baño, y aseo. Es que si me pongo a pedir todo lo que realmente hace falta, habría que traer un mall de los Estados Unidos.

Cada vez que salíamos se asombraba del grado de deterioro en que se halla la ciudad. La veo cada vez peor, me dice, la suciedad, los salideros, los huecos en las calles, las colas kilométricas, con la gente tirada una encima de otra.

Fuimos al mercado de 70 a comprar alimentos, y de regreso tomamos un taxi. La distancia desde el centro comercial hasta mi casa no es larga, pero cuando el taxista le pidió 500 pesos por la carrera (eran las 7 de la noche), se quedó fría. Luego le preguntó si aceptaba 5 dólares. El tipo dijo que le servía igual.

Y se entiende, porque el cambio del USD en la calle es un dólar por 100 y 110 CUP. Lo mismo en la mano, que por transferencia a la tarjeta de MLC. Y se augura que seguirá subiendo.

La estancia de Carla no fue turística, la mayoría del tiempo estuvo entregando encargos de medicinas para sus amigos.

Un día antes de irse, Carla salió con otra amiga suya que tiene un auto. Andaban por El Vedado y decidieron tomar un refresco en una cafetería. Al regreso, se percataron que habían forzado la puerta del auto. Se robaron el paquete de medicinas que le había traído para sus hijos, que estaba en el asiento trasero. También se llevaron el espejo retrovisor y unos caramelos que tenía en la guantera.

La muchacha se echó a llorar, lo sintió más por las medicinas. Fue un acto vil, porque eran medicinas para infantes.

En estos momentos los medicamentos en el mercado informal tienen precios astronómicos, figúrense que una pastilla de Azitromicina puede costar mil CUP, o sea, el tratamiento completo son 3 mil pesos.

Todos esos problemas estresaron a Carla, que estaba loca por irse. Le llenaron la cabeza con las historias de los atracos de motos eléctricas, en pleno día, con golpes incluidos a sus dueños; los arrebatos de celulares por la calle; además de ver con sus propios ojos a la gente matándose en las colas para comprar pollo, los precios inflados, los videos de los familiares de las personas presas. En fin, la miseria material y espiritual.

Cuando nos despedirnos, me abrazó, su voz sonó triste: tres días en Cuba y ya me quiero ir. No sé cuándo regrese. Cuídate, nos vemos por WhatsApp.

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Irina Pino

Irina Pino: Nací en medio de carencias, en aquellos años sesenta que marcaron tantas pautas en el mundo. Aunque vivo actualmente en Miramar, extraño el centro de la ciudad, con sus cines y teatros, y la atmósfera bohemia de la Habana Vieja, por donde suelo caminar a menudo. Escribir es lo esencial en mi vida, ya sea poesía, narrativa o artículos, una comunión de ideas que me identifica. Con mi familia y mis amigos, obtengo mi parte de felicidad.

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3 thoughts on “Tres días en Cuba, y ya me quiero ir

  • Que triste Irina. He escuchado historias parecidas de cubanos que vienen de visita y la situación que encuentran les genera gran estrés.

  • Absolutamente cierto. Un país de mierda.

  • Yo fui en el 2002 despues de 47 años, por diez dias, perdi 15 libras, los primeros dos dias pensé que me iba a dar depressión despues realice que no podia solucionar los problemas a todos. Hice lo mejor que pude, me dicen que todo esta peor 20 años despues.

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