No hay problema con el sexo

Irina Pino

Foto: Juan Suárez
Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES — Para ella el amor es de dos, no importa con el sexo que comparta.

Desde su adolescencia se inclinó por tener novios del sexo masculino. A ella le gustaba un muchacho de su escuela secundaria, y comenzó a tener relaciones sexuales con él. Fue la primera en su clase que presumía de no ser virgen. Lo cual le trajo no pocas enemistades e intolerancia por parte de sus compañeras.

Así transcurrió su etapa juvenil. Se mantuvo como heterosexual, hasta que en un taller de teatro conoció a una chica, con la que hizo una amistad muy particular. Salían juntas a todos los lugares, compartían sus inclinaciones artísticas y otras afinidades.

Llegaron a tener sexo y a ella le gustó la experiencia. Fueron pareja por algunos meses, hasta se quedaba a dormir en su cuarto. Pero una mañana la madre irrumpió de improviso y las vio desnudas y dormidas en la cama. Se armó tremendo escándalo y botó a la chica de la casa.

Más tarde sus padres se reunieron y acordaron llevarla a un psiquiatra, pues su hija se tornó agresiva y no quería ni hablarles. Luego caía en una depresión y no deseaba ni levantarse de la cama. Ella misma llegó a sentir culpa, e incluso hizo intento de suicidio cortándose.

Cuando la convencieron y la pudieron llevar a una consulta especializada, el psiquiatra les informó que no se asombraran porque su hija podría ser bisexual, aunque siempre los bisexuales se inclinaban más por un sexo que por el otro. Entonces todo resultó peor.

Comenzaron a limitarla en sus amistades, en sus salidas, le hicieron la existencia prácticamente un “yogur”. Hubo lo que se le suele llamar intransigencia. No había forma de quedar bien. Si llevaba un chico a la casa, sus padres estaban contentos, pero algo recelosos. Luego, cuando se terminaba la relación e iniciaba otra con una muchacha, entonces le reprochaban su lesbianismo. No podía ni tener amigos.

Continuó asistiendo a las terapias y se fue recuperando. Terminó sus estudios y se convirtió en una profesional.

A lo largo de varios años, tuvo amores con mujeres y hombres, aunque se limitaba de llevarlos a su casa. Cuando nos encontrábamos por la calle y conversábamos siempre salía el tema sexual, me confesaba que se hallaba cómoda con los dos sexos. Que el amor no debe escoger sino por las cualidades, las afinidades, los gustos y la sensibilidad. No importa en qué cuerpo se esconda. La mirada debe ser profunda y desprejuiciada. Los valores humanos y espirituales son los más importantes.

Mayra, que así se nombra esta amiga, se cansó de hablar con sus progenitores y de explicarle que sus preferencias sexuales no tenían nada anormal. Incluso le trajo libros y documentales donde se hablaba de la sexualidad con carácter científico, pero todo fue inútil. No lograron entender, o no quisieron. Las ideas equivocadas y el asco prevalecieron por encima de las razones.

De alguna manera, la convivencia con ellos comenzó a ser sumamente chocante. Por lo que decidieron hacer una permuta por dos y darle a la hija una vivienda independiente. Ahora reside con una pareja femenina y llevan más de tres años juntas.

Los padres siguen pensando que algún día ella encuentre a un buen hombre, se case, y tenga sus hijos como Dios manda. Y al fin puedan ver una familia normal. Mientras se limitan a observar a esta singular pareja, que según todos sus amigos comunes, se quieren, se complementan, y viven en un hogar saludable.

Los vecinos, que antes la miraban mal, y se pasaban el tiempo haciendo comentarios maliciosos sobre su vida libertina, ya no la critican tanto; se limitan a decir: “parece que encontró a su media naranja”.

Irina Pino

Irina Pino: Nací en medio de carencias, en aquellos años sesenta que marcaron tantas pautas en el mundo. Aunque vivo actualmente en Miramar, extraño el centro de la ciudad, con sus cines y teatros, y la atmósfera bohemia de la Habana Vieja, por donde suelo caminar a menudo. Escribir es lo esencial en mi vida, ya sea poesía, narrativa o artículos, una comunión de ideas que me identifica. Con mi familia y mis amigos, obtengo mi parte de felicidad.

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4 thoughts on “No hay problema con el sexo

  • Irina que relajo el de tu amiga, oye y tu y yo no podemos conocernos ???? [email protected]

  • . . . . “No importa en que cuerpo se esconda”. . . .Ahora se porque hay gente que se acuestan con vacas, puercas y todo tipo de animales.

  • Y con niños, no hay límites.

  • “Cuando nos encontrábamos por la calle y conversábamos siempre salía el tema sexual, me confesaba que se hallaba cómoda con los dos sexos.”

    Medular lo suyo, harto grosso el diálogo entonces… ño, parte el alma HT con estas cosas.

Comentarios cerrados.