Los Cambios en mi barrio, uno de los mejores

Ya no se ven barrenderos por parte alguna; tampoco brigadas de Áreas Verdes que vengan a cortar la hierba en los barrios.

Por Irina Pino

HAVANA TIMES – Si fuéramos a hacer un recuento de las cosas que han cambiado desde la pandemia, podemos hacer una larga lista. Por ejemplo, en mi barrio, en calle C, ya no existe la tiendecita.

Allí solía comprar con frecuencia, porque a veces había productos que faltaban en el centro comercial La Puntilla. Durante la pandemia, comenzaron las irregularidades, los empleados sacaban mercancías en cajas, y la gente se percató de que se las llevaban para revenderlas.

Entonces, aquello explotó y la cerraron. Estuvo varios años así, hasta que la convirtieron en la empresa ALMEST, que pertenece a las Fuerzas Armadas (FAR).

El CUC se convirtió en MLC. El dólar sube y baja, sin embargo, es la moneda más importante. La moneda nacional está devaluada, 100 pesos es como si fueran 10 pesos. Un cartón de huevos cuesta más de 3000 pesos.

Para qué hablar del Parque Cero, que ha estado por años sin iluminación. Ya ni siquiera cuenta con bancos para sentarse. Todos fueron sustraídos. Algo increíble.

En las esquinas, los latones de basura no tienen tapas. Después que pasa el camión de la basura, y se empiezan a llenar otra vez, pasan los buzos a registrarlos y a cargar con todo lo que les convenga. Arman tremendo reguero y los dejan inclinados en posición horizontal. La basura se riega, porque ellos tiran afuera lo que no les interesa.

Ya no se ven barrenderos por parte alguna; tampoco brigadas de Áreas Verdes que vengan a cortar la hierba en los barrios. Está tan crecida que apenas se puede caminar en las aceras.

Antes, los domingos, los vecinos se movilizaban para hacer ese tipo de trabajo, sin embargo, ahora sólo lo hacen las personas a quienes les interese tener el frente de su casa limpio y agradable. Sobre todo los que tienen negocios privados de cafeterías, restaurantes y otros.

Cada día se nota más el aislamiento entre la gente. Se destruye la arquitectura más antigua, dando paso a un entorno de construcciones que han transformado a la Habana en una ciudad fea.

En mí misma, han ocurrido cambios también, salgo menos al Submarino Amarillo, y a la Casa de la Amistad, sitios donde se reúne la gente a olvidarse por unas horas del caos existente.

No es solamente porque han subido los precios del cover y de las bebidas; sino porque la mayoría de mis amigos se han ido del país. El ambiente no es el mismo. Aquella vibración natural desapareció.

A la cinemateca tampoco voy. La última vez que fui, llegué a mi casa con picazón. Creo que cogí sarna de alguna butaca. Realmente pasé días muy mal, incómoda, untándome pomada en la piel y lavando la ropa con agua hirviendo. Lo que sucede es que entre los cinéfilos que asisten hay mendigos que, evidentemente, no se asean y llevan la ropa mugrienta. Es una lástima, porque es un ámbito especializado en proyectar cine clásico.

Por lo que mis opciones se reducen a comprar materiales cinematográficos en una videoteca particular; y a visitar el bosque de La Habana y el Parque Almendares. No he dejado las caminatas ni los baños de mar, por suerte la costa está muy cerca de donde resido.

De vez en cuando, hago fotorreportajes en iglesias, y en sitios donde pueda ir caminando, porque el transporte además de caro está escaso.

La vida nos quita, pero nos compensa por otro lado. Disfruto hacer más cosas con mi hijo, hablamos de diferentes temas, compartimos series y películas; ahora estamos viendo por segunda vez Lost, pues la vimos cuando era un adolescente. Cada noche vemos dos o tres capítulos. Anteriormente fue Juego de tronos.

Lo que sí extraño, son las reuniones con los amigos que aún viven en Cuba, pues se han transformado en pláticas por Whatsapp, como si viviéramos en países diferentes. Y todo por culpa del maldito transporte.

Está sucediendo algo raro en las noches, después de las diez, se escucha un toque de tambor que dura varias horas. Por su cercanía, asumo que venga desde la costa. ¿El ritual será para que ocurran cambios para mejorar?

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One thought on “Los Cambios en mi barrio, uno de los mejores

  • Esta publicación me ha dejado un sabor amargo y mucha tristeza,por tí,por todo mi pueblo cubano,aún así me gusta tu prosa..

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