La muerte de John Lennon

Irina Pino

John Lennon en La Habana.

HAVANA TIMES — Una muerte a los 40 años, puede ser algo normal, –aunque no debería serlo–, morir al inicio de la madurez, cuando la savia de los años irrumpe con un segundo florecimiento, es demasiado injusto.

Pero la muerte de John Lennon a los 40 años, no es un hecho trivial, ni siquiera lógico; que además de haber sido devastador, ha estado siempre en mi memoria reflexiva. Recuerdo que escuché la noticia por la radio, creo que muy tarde en la noche.

Había estado escuchando un programa musical, y en una pausa lo dijeron. Apenas lo creí, por supuesto, solo era una chica soñadora de 15 años. Solo llegué a enfrentarlo, cuando al otro día vi a mi hermana y a su novio llorar; ellos también eran fans de los Beatles.

En casa de Salvador se hacían fiestas y se escuchaban aquellos discos de acetato maravillosos, incluso él con algunos amigos, formaron una banda con guitarra, bajo y batería, y montaban las canciones de los inglesitos con fervor casi místico. Traducían y analizaban sus letras con ayuda de libros y diccionarios de inglés. Aquellas sesiones eran muy divertidas en cierto sentido, pues sonaban a cualquier cosa, menos a los Chicos de Liverpool.

Hoy lo he recordado especialmente, pues he visto Chapter 27 y The United States VS John Lennon, –por segunda vez–. La película sobre Mark Chapman, su asesino, y el documental donde se narra su activismo político a favor de la paz.

La primera es una disección de la mente del perpetrador del crimen y su malsana obsesión por destruir al músico. El influjo que ejerció sobre él la novela de J.D Salinger The catcher in the rye, y su punto de referencia Holden Caufield, el personaje protagónico.

Confieso que sentí temor y dolor, al ver aquel retrato discordante, que con frialdad virulenta, pudo concretar aquel plan.  El documental, es un valioso material por las entrevistas realizadas a personas que lo conocieron y hechos que marcaron la historia de Lennon, como el hostigamiento a que fue sometido durante los años 60´s. Una prueba estimable para los que amamos su música y su original personalidad.

Mi experiencia con sus canciones es peculiar, además de mi admiración por aquellas letras de contenido amoroso, también me interesé por su gradual transformación en temas surrealistas, de humor sarcástico, y las más comprometidas y revolucionarias.

Inmediatamente a su muerte, empecé a escribir un diario. Quise comenzar hablando de aquella tragedia, y hasta le puse por nombre Strawberry fields forever, a modo de ofrenda hacia su persona.

Este era una especie de estudio metafórico de mis impresiones con respecto a cosas que me hacían a pensar con “detalles”. Adentrarme y examinar los universos que me rodeaban, y tratar de entender las razones ocultas que nos hacen actuar entre los extremos del bien y el mal, como si fueran los límites de cada lado de una cuerda.

Aun escribo regularmente en esta libreta que ya cuenta con varios volúmenes.

Aunque Lennon permaneció fiel a sus ideas, y logró despojarse de la violencia, esta misma violencia lo desmembró inesperadamente. Abogaba por el amor, la paz y la comprensión, pensamientos luminosos que podrían acompañarnos si nos proponemos darle una oportunidad a la paz que habita en cada uno de nosotros, y lograr proyectarla hacia los demás.

Irina Pino

Irina Pino: Nací en medio de carencias, en aquellos años sesenta que marcaron tantas pautas en el mundo. Aunque vivo actualmente en Miramar, extraño el centro de la ciudad, con sus cines y teatros, y la atmósfera bohemia de la Habana Vieja, por donde suelo caminar a menudo. Escribir es lo esencial en mi vida, ya sea poesía, narrativa o artículos, una comunión de ideas que me identifica. Con mi familia y mis amigos, obtengo mi parte de felicidad.

Irina Pino has 301 posts and counting. See all posts by Irina Pino

15 thoughts on “La muerte de John Lennon

  • Hola Irina. Muy sensible tu escrito de hoy. Cuando murió Lennon -sin ser un super fan de los Beatles, aunque sí un rockero empedernido hasta el día de hoy- me sentí que se me desgarraba algo de mí y de mi generación. Después cuando supe los detalles de su muerte, me sentí algo peor porque pensaba – y aún pienso- que alguien con ese gran sentido de la vida no debería morir de esa forma tan estúpida. Me asombra la impresión que te causó el análisis de la mente de su asesino Mark Chapman y te digo -de antemano- que, entonces, te dará un síncope cardiáco el día que puedas analizar el cerebro makiavélico de quien nos tiene encerrado por más de 55 años en el ostracismo. No digo libretas, llenarás tomos de mala razones tanto para él, sus oportunistas seguidores y nuestro sumiso pueblo por aguantón y pen…..

  • Ya yo no se que pensar, si es que los cubanos estaran aptos algun dia para poder tambien disectar la siempre malsana obsesión del comandante en jefe por destruir hasta la fibra mas sensible del cubano, asi como Chapman malsanamente obsecionado destruyo al musico, ese dictador vitalicio que tiene Cuba tambien hizo hasta lo mas macabro por destruir a un grupo de inglesitos que lo que cantaban eran cancioncitas de amor, que ni siquiera eran americanos como para tenerle ese odio malsano.

    En los tiempos en que todos los jovenes del planeta disfrutaban de la gloria de los Beatles, al joven cubano que cogieran con uno de “aquellos discos de acetato” en su posecion, se les llevaba para campos de concentracion por desviacion ideologica.

    Esto lo traigo a colacion, porque cuando en Cuba se hable de John Lennon, se tiene que mencionar por obligacion, esta etapa tan obscura y siniestra de la gestapo castrista, vaya para que la historia sea completa y se tome al escribidor/ra como serio/a.

  • La vida es irónica: Despues de que le jodieron la vida a tanta gente por oír a Lennon, lo único que faltó en Cuba fue que le dieran el carnet del partido post mortem

  • Irina:

    El caso de John Lennon, durante su estadía en EEUU en los años 70, demostró de modo fehaciente que las infames “cacerías de brujas” iniciadas a instancias del senador republicano Joseh McCarthy en la década de los 50, seguían vigentes entonces, con apenas un poco de maquillaje, para encubrir las formas. Los respectivos jefes de entonces del FBI, John Edgar Hoover, y de la CIA, Richard Helms, crearon un programa de colaboración entre ambas entidades, a tenor del cual reportaban de conjunto y directamente a la presidencia de EEUU, con vistas a adoptar posturas comunes. Este triunvirato determinó que Lennon era un enemigo público, por el mero hecho de que el cantante estaba planificando un concierto intinerante de artistas para protestar contra la guerra en Viet Nam, a la cual el presidente Richard Nixon no ofrecía otra salida que seguir aumentando los bombardeos.

    Corría 1972, año en que Nixon se preparaba para la reelección. Un disidente como Lennon resultaba una piedra en el zapato, pues el británico tenía muchas posibilidades de movilizar a buena parte de la juventud antibélica en un voto contra Nixon. La suerte estaba echada. El Servicio de Inmigración inició el proceso para deportar a Lennon, y la CIA-FBI lo convirtieron en pieza central de su programa de vigilancia, a todas luces ilegal, sobre la “ciudadanía descontenta”, algo como lo que acaba de denunciar Edward Snowden. Es bien conocido que por aquel entonces Elvis Presley se brindó de voluntario para “echar pa’lante” a otros artistas.

    Lennon finalmente logró establecerse años más tarde en EEUU, en buena medida gracias a la batalla que dieron en su favor – y más aun, en favor de hacer valer la Constitución de EEUU – numerosas entidades – con especial destaque para la Iglesia – y personalidades de la sociedad civil. Por eso este capítulo de la historia estadounidense rebasa con creces lo anecdótico y la personalidad misma de Lennon.

    En cuanto a Cuba, nunca se prohibió expresamente a los Beatles – quiero decir, con un úcase escrito -, pero lo cierto es que la “bancada extremista” se despachó con ellos y con sus seguidores, en procura de un declarado purismo ideológico, que al final resultó poco menos que papel mojado. La eventual llegada a cargos del Estado y entidades afines de figuras como Abel Prieto, Francisco López Sacha y Guillermo Vilar, entre otros muchos fans del cuarteto británico, ayudó al gradual desmontaje de aquella “conspiración de los puros”. La estatua de Lennon en el Vedado es un reconocimiento tácito al rechazo a la ojeriza antibeatleriana y un merecido – si bien tardío – homenaje a aquella época tan convulsa. Falta que en Washington también se disculpen con una estatuilla junto al Potomac.

  • Ay Isidro!, Ustedes y sus obseciones con las estatuillas y los carteles, tu no sabes que aqui la gente esta un escalon mas arriba que eso?, que con una ley, por ejemplo, ya todo esta resuelto. Para que quiero un monton de cartelones por doquier, una saturacion de consignas que yo personalmente las considero una forma de public nuisance, una violacion a mis derechos de vivir sin que me acosen visualmente y constantemente con estos carteles tan desagradables, y aun peor sabiendo de que es mentira.

    Si tu crees que “rindiendole tributo” a John Lennon con una estatua es la prueba de como se enmiendan los errores, estas en tu derecho, fijate si no surte efecto, que en el articulo ni mencion a las trangreciones cometidas por ese gobierno en nombre de Lennon, ESE ES EL UNICO LEGADO que hay de El y de Ellos en el pais, No se menciona lo que paso en Cuba por ponerse los espejuelitos a’ lo John Lennon y , Si se le echa fango lo mas que puedas al sistema americano, al cual Lennon jamas lo hizo , vaya que mas valen las acciones que una mierdera estatuica, aqui El establecio su hogar con su Yoko y nacio Julian en NY, y aqui viven todos, porque con todos los errores cometidos y que cometen los enmiendan, lo plasman en un papel y nadie legalmente los puede violar jamas, porque es el mejor pais del mundo.

    Preguntate si con poner esa estatua significa el fin ” a los hostigamientos” en Cuba, que — nunca jamas se violaran los derechos de los cubanos a hacer o ha consumir la musica que desee- tu sabes bien que esa estatua no tiene ningun sentido, como a proposito tampoco la foto de James Brown, a no ser que por esa cuadra hayan hecho “algo” relacionado con la “raza” y lo cogerian de ej. por lo de, que “Im black and proud”, ese regimen se limpia el ass con la estatua y si le tiene que arrancar la cabeza a Gorky o a los Aldeanos lo hace, y que se llevara preso al que tenga a Chirino con “ya viene llegando’ en el malecon. Acuerdate que uds. viven en un pais lleno de mentiras, en un pais inventado como lo expuso Veronica el otro dia. En fin, que cada cual viva feliz con lo que se le haga normal.
    Saludos.

  • Ah, estimada Miranda, temo que aquí te quedaste un tanto en la superficie, mirando la estatua, sin percibir lo que hay detrás de ella. ¿No te llama la atención que en cierta coyuntura, tanto los sectores del gobierno como de la inteligencia de ambos países, percibieran algún tipo de amenaza social derivada de la figura de Lennon o de los Beatles? Ello habla muy claro del efecto transformador y de la enorme fuerza cultural (e incluso contracultural) que los Cuatro de Liverpool ejercieron en casi todo el mundo, saltándose barreras políticas e ideológicas. Interesante fenómeno ¿verdad? Pero también observa que en ambos países hubo personas opuestas a ese hostigamiento al fenómeno Beatle, o al ostracismo a que se quiso condenar a Lennon, según el caso. Y a la larga, en ambos países, obviando diferencias lógicas, estos defensores se han ido imponiendo. ¿Recuerdas aquel adagio de que una gota tras otra llega el día que abren un hoyo en la roca?

  • Gracias Isidro por comentario. Es cierto que pasaron hechos desagradables con respecto a la música de los Beatles, que nunca se olvidarán, pero después vinieron estos artistas y escritores (Leo Brower, Sacha, Ernesto Juan Castellanos, Guille Vilar, y muchos otros que rescataron su valor dentro de la música. Se hicieron conferencias, ponencias, ensayos, por varios años. Se hizo la hermosa estatua de John en el parque que lleva su nombre, y en la esquina de al lado está el Submarino Amarillo, local creado en homenaje a los Chicos de Liverpool, donde se toca su música y se los evoca continuamente. He estado desde su inauguración y voy con frecuencia, ¡es muy bello!! También existe un local que se llama La Caverna.

  • Pero despues de los Beatles llego jimmy Hendrick , Led Zeppelin , Black Sabbat , etc y todo volvio a ser negro.

  • Parece que se ha olvidado los pantalones tubos descocidos o cortados, los pelados al rape a los que nos peinamos como ellos, el envio a la UMAP de los pepillos mas rebeldes etc… A mi nadie me lo contó, lo vivi.

  • Es que no hay un momento donde puedan ser capaces de ‘aceptar’.

    Oigan como compusieron la cosa:
    *Se hizo la hermosa estatua de John y un parque que lleva su nombre e hicieron un bar y le pusieron yellow submarine, (que se jodan a los que metimos en la UMAP por oir a Lennon, con la estatua los redimimos)

    *después vinieron estos artistas y escritores “Leo Brower, Sacha, Ernesto Juan Castellanos, Guille Vilar” (me imagino que todos perros defensores del dictador)

    *Se hicieron conferencias, ponencias, ensayos, por varios años. (solo para advertirles y dejar claro que solo los artistas que comulgaran con la linea del dictador tenian cabida) Conozco infinidadas de ex-alumnos del ISA y de la ENA y gente que trabajo en el ICR , y a Todos y a cada uno de ellos lo obligaron a exiliarse porque sufrieron los mismos abusos que sufrieron los que oian a los inglesitos.

    Conclucion: la hermosa estatua y el submarino amarillo y las ponencias, son las fachadas con las que el tirano marea a los ilusos.

    Ah!, y muchas Gracias Irina por tu post ! El agradecimiento debe ser a todos los lectores.
    Se nota que estas bien lejos del nivel de Peace & Love en el que estaban los Beatles especialmente John Lennon.

  • Miranda, Miranda…

    Dices: ….Leo Brower, Sacha, Ernesto Juan Castellanos, Guille Vilar” (me imagino que todos perros defensores del dictador)

    Estás acudiendo a tu subjetividad exacerbada (“imagino que…”) para descalificar a cuatro importantes figuras de nuestras artes y letras. Entiendo que al lanzar pareceres de ese corte no haces más que enrarecer el ambiente que a otros nos está costando mucho desbrozar. Y es que la tarea de entendernos, o al menos de dialogar civilizadamente entre TODOS los cubanos, requiere como preámbulo que hagamos dejación de los juicios a priori, si es que queremos algún día avanzar para bien.

    En lo que me toca, te puedo asegurar que he sido testigo presencial de fuertes discusiones sobre el tema entre políticos y creadores, y estos últimos, al menos en una gran parte, distan de ser carneros o entes sin opinión propia. Por muchos motivos que sería exhaustivo enumerar aquí, debates de esa índole no salen a relucir en público, pero de que existen, eso te lo puedo asegurar. Ya llegará la hora de que afloren a la luz.

    Pero entretanto, un poco de beneficio de la duda ante el que piensa diferente puede traducirse en bálsamo propicio que alivie la roña de la sospecha.

    Saludos

  • Isidro por favor , “los que vinieron despues a rescatar el valor dentro de la musica”, tu sabes muy bien que fueron los que fidel aprobaba , como los escritores Garcia-Marquez (por eso dije perros-aduladores del dictador), en ningun momento ningunie su arte, no los conozco a ninguno, solo a Leo Brower y por su hija Alina, que tenia un gig de jazz aqui en downtown y se, – for a fact – que su padre es castrista hasta la medula,

    Nada que para hablar de los Beatles en Cuba, es un -must- que se condene la represion de esos tiempos, seria el balsamo para todos los aquejados, para mi no, despues de todo la Beatlemania yo la coji aqui cuando llegue y en realidad fueron los -filmed promotional clips- que ponian en el Ed Sullivan Show, ya los Beatles no daban tours, o si no de seguro los hubiese visto como a los que vi, no es ron`a lo que me da, sino que la historia se debe decir completa, hay que aprender ya que a la historia no se le quitan pedazos, y mucho menos quererla remendar despues con un parche y aqui no ha pasado nada.

  • Lo que me asombra de cierta intelectualidad cubana es como apoyan a una dictadura de la peores, sin nigun tipo de pudor,Aquellos que se suponen amen las libertades individuales aprueban sin ningun escrupulo que se les caiga a golpes a mujeres indefensas cuyo delito es cdesfilar en silencio con una flor en la mano. Me asombra con el descaro que reclaman su derecho a opinar mientras alaban a un regimen donde dicentir es un delito. Mi opinion es que un hombre libre no puede apoyar ningun tipo de dictadura a no ser que sea un hipocrita arribista o que se considere superior a los demas lo que entra en contradicion con las supuestas ideas igualitaristasde la dictadura militar cubana.Esos mismos intelectuales son los que firmaron una carta apoyando el hundimiento del remolcador 13 de marzo donde ninos inocentes fueron barridos por las mangueras de agua presion …Va a ser dificil que los padres de esos chicos quieran dialogar con aquellos que mataron a sus hijos.

  • Miranda:

    En la “Cuba soñada” todos tendremos cabida.

  • Jose Luis, como me acaba de decir Isidro, en la Cuba son`ada tendremos cabida todos.

    Todos los que han sido probados que han matado, como se sabe quienes fueron los que no le dieron agua por 18 dias a Orlando Zapata, el que les rompio los dientes a Biscet y tambien a Yoani, los que hundieron el remorcador, los canallas que ultrajaron a todos los muchachos que cogian con los discos de los Beatles y en la UMAP abusaron de ellos dandoles golpes, y por ser homosexuales, hoy son hombres todavia jovenes de 60an`os y los canalla eran mas o menos de esa edad tambien que podran estar vivos, porque todos esos desmanes ya han sido “reparados”, ya mariela ‘reparo’ lo de los gays, diciendo que ‘alguien que no sabia lo que estaba haciendo se volvio loco y lo hizo”, las represiones a los fans de los Beatles, le pusieron la estatuica (lo mas ridiculo que se puede hacer) y listo. Si tu eres de los que piensa retirarte en Cuba, vete acostumbrando a la idea que los que tienen que pedir perdon somos nosotros por la ofensa de haber sido anticastristas.

Comentarios cerrados.