Escenas cotidianas
Irina Pino
HAVANA TIMES — Mi hermano se ha mudado a mi apartamento. Desavenencias con su pareja provocaron la ruptura de la relación. Por lo que me ha pedido una estancia temporal.
De esto ya hace varios meses. Primero pensé que de alguna manera lo resolvería, con un alquiler, o tal vez se fuera a vivir con un amigo, pero sigue aquí, hasta fecha indeterminada.
A pesar de que siempre hemos tenido diferencias, he logrado sobrellevarlo, tratando con él lo indispensable, aunque al final me he visto cocinando para otro más, limpiando un espacio que se ensucia el doble, y por supuesto, me siento cansada y con ganas de que se marche.
Mi madre alega que también es su hijo, lo que me ha colocado en una situación incómoda, pues si le digo que se vaya, puedo afectarla a ella.
Cuando demolieron nuestra casa natal, las circunstancias no lo tocaron muy de cerca, porque convivía con su mujer. Ahora el problema se agrava, ya que no se ha otorgado una vivienda transitoria por parte del estado, como sucede en casos como este. Cartas van y cartas vienen, y los burócratas dicen lo mismo: hay que esperar. Ya son tres años de paciencia, y mi hermano no tiene adonde ir. Y en medio de todo, mis hábitos se transforman.
Lo curioso es que se están repitiendo escenas que se habían olvidado y hoy se reflejan dejándome un saldo de inquietud. Mi madre, que solía cocinar para mi hermano, e incluso lavar su ropa, ha comenzado a hacerlo nuevamente, tal como lo hacía antes que se casara. Es lastimoso ver como una anciana sigue haciendo el papel de una amorosa sirvienta con un hijo de 56 años.
Y yo pregunto, ¿por qué mi hermano continúa debajo de las faldas de mi madre?
He hablado con ella y no entiende razones. La respuesta tiene que ver con la educación que le dan los padres a los hijos. Con la culpa de no enseñar la independencia desde la niñez. Error que si no se enmienda, provoca daños en la personalidad futura. Individuos que no son capaces de erigirse material ni espiritualmente.
Pero la casa es tuya o de tu mama? Con eso se resuelve todo, quién pone las reglas de la casa.
Es que si tu mandas lo puedes mandar pa la calle pero si es ella…. Sorry pero nadie me puede impedir que siga consintiendo a mis hijos así tengan 60 años.
Imaginate tu.
Hola Irina.
He analizado profundamente tu caso, y es bastante delicado, pero, al mismo tiempo, no tan difícil de solucionar. Primero que todo, quiero hacer alusión al título que le diste “Escenas cotidianas” y ahí está, en parte, la gravedad de la cuestión. Eso ocurre cada día en cualquier lugar de la isla, pero ¿sabes por qué? porque no hay un marco legal claro que te proteja a una violación de tu intimidad.
Iré por partes: él es tu hermano, pero no por ello tiene ningún derecho a estar, indefinidamente, asi como tal cual, en una propiedad de la que tú –me parece- eres dueña absoluta.
Es el un hombre adulto y TIENE que resolver su situación habitacional a como dé lugar y no crearte molestias extras, pues tú –mujer, creo que madre soltera…- lo has logrado.
Por otra parte, supongamos que no tiene otra opción dadas las dificultades de todo tipo en nuestro país, pues, al menos, debería sentarse -de persona a persona- (desligándote -en lo que puedas- del vínculo sanguíneo o sentimental) y exigirle que si va estar: tiene que cooperar al máximo en las responsabilidades, gastos y cuidados de la casa o, de lo contrario, que se vaya.
La actitud de tu madre es errada, pero comprensible para las personas de su generación. No obstante tienes que levantar la voz y reclamar el derecho que te asiste porque; sino; en vez de un hermano tendrás en tu casa a un “hijo bobo”.
Las relaciones familiares son muy peliagudas en Cuba, pero cuando estas ya afectan a la psiquis de la personas a las que le asiste el derecho de propiedad, la lástima no una buena opción, porque ella puede ser la antesala de un abuso de poder u otro mal peor.
Si crees que la situación se hace insostenible. Primero, habla fuertemente con él y, después –si no hay, toma de conciencia- expedita el caso en los tribunales, pues creo que la ley está a tu favor.
Si tu mamá lo quiere consentir es su problema, pero en este caso. Esa es tu casa.
No sé si comprendí bien que ese es el caso.
Saludos.
El Lapón Libre.
con todo respeto ms.pino dijistes que es su hermano y no Hermana asi que yo pienso que es normal que uds.lo matengan ya que el es hombre,pobrecito ya esta Viejo.
Si la casa es tuya siéntalo y ponle las condiciones para que se quede. Si es de tu madre, a aguantarse pues tan bajo su falda estaría él como tú. Si tu madre quiere ser su criada en su derecho está.
¡Gracias Fidel!
Irina, preparate psicologicamente para cuando le de por traer a la novia a vivir en su cuarto y la jebita no le guste hacer nada en la casa. Ve comprando un buen candado para el refrigerador que parece que la acampada va ser larga. Capacitacion en la Habana Vieja o Centro Habana con una pasantia de convivencia en los apartamentos con 2 y 3 familias.
Mal de fondo: El problema de la vivienda en Cuba
Así mismo es. el problema de la vivienda en Cuba ha provocado y provoca divorcios, broncas entre padres e hijos, hermanos; en una misma casa facilmente te encuentras tres generaciones conviviendo.Hay lugares que la gente más o menos encuentran un leguaje común, en otros la cosa parece un campo de batalla. Aún así creo que la búsqueda de solución parte, en primer lugar, de establecer quien es el propietario de la casa y de ahí establecer las reglas de juego. Por lo que entendí del artículo la casa es tuya (la natal, en que presumo habitaban tu mamá y tu hermano, fue demolida), si es así entonces tanto tu hermano como tu mamá deben «entrar por el aro» y seguir las normas de convivencia que tu establezcas. Si tu casa la obtuviste por propia gestión entonces aún más potestad real sobre ella tienes, caso que te la haya dado tu mamá la cosa cambia. Solamente tienes dos opciones: seguir aguantando por pena y lástima (con tu mamá e incluso con tu hermano) o «ponerte colorada» una vez y solucionar el problema.