El rockero Iván Latour actuó en el lugar equivocado

Irina Pino

Ivan Latour (c) y su grupo en La Casa de la Amistad

HAVANA TIMES – Con un sello distintivo de rockero-trovador, Iván Latour, el músico cubano que deleitó a una generación en los 90, armado de buenos textos y música bien empastada, estuvo ayer en la Casa de la Amistad.

Siendo líder de la banda Havana, gozó del favor del público, con canciones que expresaban momentos que vivía el país con el llamado Período Especial, que en realidad fue nefasto para todos los menos favorecidos.

Textos plagados de metáforas, una poética para el amor, la soledad, la búsqueda de respuestas, más otros temas que reflejaban situaciones duras, han servido para que no nos olvidemos de su quehacer. Recuerdo, especialmente, aquel hermoso tema donde Cristo es la figura protagonista (Cristo, buena fe), y él lo invoca a modo de salvación, vinculándolo a las carencias morales, al dolor cotidiano.

Además de todo eso, su imagen: chico rubio, agraciado y de preciosos ojos azules, se puede decir que lo tenía todo.

Como muchos músicos de su generación escogió emigrar, como avance económico, fama, u otras razones; sin embargo, ya varios de ellos han regresado a la Isla de manera definitiva, luego de pasar las pruebas mercantiles que demanda una industria que cada vez se torna más voraz, donde lo que predomina es la música de contenido banal, y lo que más vende, por supuesto.

El rockero-trovador Ivan Latour

Latour, que ya ha realizado conciertos en Cuba, escogió mal y en el espacio equivocado: en la peña de la banda La vieja escuela, como un grupo telonero.

No se discute que estuvo acompañado por excelentes músicos, aunque pocos lo atendieron. Solo una pequeña parte (sus invitados y algunos fans), reaccionaron ante su repertorio. La mayoría no le hizo caso a sus canciones, a pesar de tener buenos textos, y otras más asimilables, por ser más pop-rock y pegadizas. El aburrimiento fue el plato fuerte. Los que estaban a mi lado querían que terminara.

Hubo canciones como La Habana, que refleja su amor por la ciudad y la emoción del retorno, y Adria. Que pertenecen al fonograma Flores de mayo.

Errado. Pienso que no debió actuar allí, más con un público que está acostumbrado a los covers en inglés.

En aquel sitio la gente quiere divertirse y bailar, no le interesan las reflexiones existencialistas.

Pienso que tendrá más suerte en la FAC (Fabrica del Arte Cubana), salas de teatro, y cafés privados.

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