El Maxim Rock se inundó de Margaritas vivas

Irina Pino

Richard Fortus en guitarra con The Dead Daisies en La Habana.

HAVANA TIMES — La noche del pasado miércoles 25 de febrero, la banda The Dead Daisies (Las margaritas muertas) estuvo en el Maxim Rock en La Habana. Esta agrupación contó con el auspicio del Instituto Cubano de la Música y la Red de Redes Cuba en Defensa de la Humanidad.

Cada uno de sus integrantes han formado parte de míticas bandas de rock: Bernard Fowler y Darryl Jones (Rolling Stones), Jon Stevens (INXS), Richard For­tus (Guns N’ Roses, Thin Lizzy), Dizzy Reed (Guns N’ Roses), Marco Mendoza (Thin Lizzy, Whitesnake) Brian Tich (Whitesnake, Ozzy Osbourne), John Corabi (Motley Crue) y David Lowy (Red Phoenix and The Angel).

La esperada actuación despegó a las 9 y 30 de la noche, los músicos fueron recibidos con gritos eufóricos y aplausos. Ánima mundi fue la banda telonera, y actuaron además, integrantes de Miel con limón.

The Dead Daisies en el Maxim Rock

El local, que antiguamente fue un cine, bien pudo contener a más de 700 personas. Con un público de diversas edades, pero todos con la misma pasión por el rock. Se trataba de bailar, pero resultaba casi imposible, apenas se podía dar un paso. Un calor sofocante hizo que los chicos se despojaron de sus camisas y pullóveres, a la par del carismático guitarrista Richard Fortus.

El drummer Briam Tich se lució con el fuerte toque de sus palillos, tirándolos luego al público, y tocando con los puños desnudos un repiqueteo rítmico y brutal. Los músicos lanzaban agua, monedas y toallas mojadas de sudor. Los cubanos devolvían agua y cerveza, y coreaban canciones con entusiasmo.

Afuera del Maxim Rock con la esperanza de entrar para el concierto de The Dead Daisies.

Con un repertorio de hard rock, heavy metal y rock clásico, hicieron temas de su primer álbum The Dead Daisies, publicado en el 2013, entre los que se encuentran: It´s gonna take time, Washington, Talk to me y Yesterday, así como canciones más actuales: Face I love, Angel in your eyes y Your karma, de gran éxito. Y otros temas como Simpathy for the Devil, de los Rolling Stones, y Helter Skelter de los Beatles.

Pero no todo fue color de rosa, antes del concierto la calle estaba totalmente abarrotada, y muchos temían no poder entrar, pues los visitantes trajeron todo su aparataje de producción, que incluyó consolas, luces y cables de fibra óptica que ocupaban buena parte del espacio, por lo que se vendían las entradas por tandas.

The Dead Daisies en el Maxim Rock.

Hubo gente que discutió con la directora de la agencia, alegando que llevaban horas esperando y no iban a marcharse con las manos vacías. Algunos boletos se revendieron en 5 cuc, por detrás del tapete, y los amigos convidados entraron sin pagar. Finalmente hubo un consenso y se llenó a tope. Sin embargo, se quedó afuera un gran número de rockeros, incluyendo a personas que vinieron desde provincias.

No se entiende que en un lugar reducido como este se haga este tipo de eventos, cuando en plazas y estadios se permite el acceso a multitudes.

Esperemos que sigan marcando el ritmo, y la historia de esta apertura nos traiga más bandas de rock. Y quizás vengan los Rolling Stones o Aerosmith para el año que viene.

 

Irina Pino

Irina Pino: Nací en medio de carencias, en aquellos años sesenta que marcaron tantas pautas en el mundo. Aunque vivo actualmente en Miramar, extraño el centro de la ciudad, con sus cines y teatros, y la atmósfera bohemia de la Habana Vieja, por donde suelo caminar a menudo. Escribir es lo esencial en mi vida, ya sea poesía, narrativa o artículos, una comunión de ideas que me identifica. Con mi familia y mis amigos, obtengo mi parte de felicidad.

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4 thoughts on “El Maxim Rock se inundó de Margaritas vivas

  • Gracias por la cronica Irina… Que bueno que tuviste la oportunidad de verlos. Te falto decir el precio de la entrada. Para alentar a los amantes de la buena musica en el sitio debo decir que los de Anima Mundi son mejores musicos que estos muchachones, espero no causar revuelo con este comentario jeje

  • No te pongas bravo tigre, pero ese comentario está fuera de “foco”, por decirlo de alguna manera. Robertico y sus muchachos de Anima Mundi son geniales, pero en su nicho, los Dead Daisies son otra cosa. Comparar esas bandas no tiene sentido. Ahora, generalmente, los grupos foraneos tienen mayor calidad que los de aquí en casi todos los niveles, es decir, hablando de este que vino y en el rock (claro), y por diversas razones largas de explicar acá, lo que no quiere decir que aquí no haya talento para llegar que es otra cosa. Por supuesto que tienen buenos, regulares y malos. Este que vimos es de los buenos. Y lo otro que desconozco si lo eres, es que tendrías que ser músico para dar tal opinión en último caso. Yo soy colega de Robertico y no se que diga o piense de tu comentario. Gracias a la periodista por el artículo y que siga escribiendo de R´n roll que mucha falta que hace.

  • Yo soy un fanático -sino el más- del ROCK de los 70´s, 80´s y 90´s y no sé cuánto hubiera dado por haber estado en ese concierto de los “The Dead Daisies”, especialmente en el de la Tropical. Y mira que he estado en las presentaciones de grandes bandas por todo el mundo, pero el que el público rockero cubano es ÙNICO (y soy enemigo acérrimo de los chovinismos) pero lo he comprobado: Ni el chileno de Villa de Mar, ni el de Madrid o Barcelona, ni el japonés…El cubano hace de cada concierto de Rock en la isla -grande o pequeñito- casi un acto de fe sin importarle sacrificio. Porque más que un disfrute, a un acto -casi- contestatario por reclamar lo que nos ha pertenecido como generación y nunca nos hemos dejado arrebatar a pesar de sanciones absurdas, marginaciones, redadas policiales, ninguneos oficiales, prejuicios políticos prefabricados justo por quienes nos lo prohibían masivamente, pero lo permitían a sus hijitos en sus acomodadas residencias o lo disfrutaban a escondidas ellos mismos; cuando se quitaban el zafari, uniforme militar o guayabera de censor anticapitalista.

  • Miren lo que publicó un excelente y viejo amigo de luchas rockeras sobre el concierto.
    Por Nestor Caballero Escano
    Hace mucho que tenía idea de escribir, dar mis criterios y no hallaba algo que me motivara lo suficiente. Los Dead Daisies me lo dieron.
    Ha sido una semana cargada de emociones. Tuve la oportunidad de estar en los ensayos-clases magistrales que dieron en el Maxim en horas de la tarde del miércoles 25 de febrero. Iba por las entradas para su concierto esa noche, y en esos momentos llegaban ellos. Los trabajadores del local abrieron las puertas y todos los que estábamos fuera pudimos pasar. Fue inusual, estaban muchos músicos de las diferentes bandas de por acá y los demás pensábamos que solo era para ellos el acceso. Fue una agradable sorpresa, nunca había pasado esto.
    Mientras hacían la prueba de sonido, Marcos Mendoza rompió el hielo con los que estábamos abajo del escenario que estábamos maravillados como sonaba la música, ver tantas estrellas del Rock en un mismo escenario, y ser este el del Maxim creo que ha sido una experiencia extraordinaria para muchos de los allí presente. Una muchacha en la barrera le dio su bolígrafo y una hoja de su libreta rayada a Mendoza y él gentilmente se la hizo llegar al resto de los integrantes de la banda, mientras el lanzaba púas personales al público. Después sentados, dialogaron a micrófono abierto, y cada cual expresó ideas e inquietudes, fue una charla muy amena, sin fronteras de por medio.
    Llegó la hora del primer concierto. Mientras me preparaba para ir, mis pensamientos saltaron a mi juventud, allá por los 70, que corríamos en La Lisa detrás de los grupos del momento, léase Almas, Secciones, Nuevas Generaciones y “las guerrillas” de los diferentes barrios capitalinos. Cuanto añorábamos ver tocar a los Stone, Led Zeppelin, Black Sabbath (mi favorito) y los demás grupos que oíamos a hurtadillas en la WQAM y la KWAY en los radios rusos de la época. Cuanta nostalgia….
    Llegamos al Maxim y fueron superadas con creces las expectativas. La conexión músicos-público fue espectacular. Tuvieron unos teloneros de lujo: Anima Mundi, banda que merece más respeto dentro de nuestro país. Estuvieron a la altura de siempre, como son músicos de grandes posibilidades. Dejaron la escena preparada a los Dead Daisies.
    Fui testigo de unos de los conciertos más extraordinarios por estas lares, los allí presente resistimos el calor reinante en el local, apenas podíamos movernos de la cantidad de personas allí convocadas. Por primera vez el sonido no jugó una mala pasada (recuérdese Audioslave y Sepultura en el protestódomo). Los músicos disfrutaban su trabajo, el repertorio fue bien pensado, los cantantes con voces frescas y registros fantásticos: Bernard Fowler (Rolling Stones) y John Corabi( Motley Crue).
    Los instrumentistas saben muy bien lo que hacen—los bajistas Marco Mendoza y Darryl Jones, guitarrista David Lowy y tecladista Dizzy Reed, destacándose el batería Brian Tichy para mí, no solo por el break que hizo con las manos, sino por el total dominio del instrumento. Mendoza fue un gran puente entre músicos y público, él elogiaba a los músicos cubanos por los cual siente un gran respeto. También actuaron con gran acierto los integrantes de Tesis de Menta (otras de las bandas cubanas que merecen mejor suerte con el público de aquí) quienes cantaron: Roberto Perdomo, “All Right Now” y Beatrix López, “Helter Skelter”. Llamó mucho la atención general el guitarra Richard Fortus (Guns N’Roses). Y también participo la percusionista cubana Yaimí Karell con gran aciert.
    El final guardaba los mejores momentos—el público enloqueció con los covers de “Sympathy for the Devil” y “Jumping Jack Flash.” Fue una noche inolvidable, quedaba pendiente el concierto del sábado.
    Llegó el ansiado día, el público se congrego desde horas tempranas. Vinieron de todos los lugares del país. Después del pasar el túnel policiaco, vimos el Salón de La Tropical lleno de personas de diferentes generaciones. Para mí siempre ha sido muy importante el poder aglomerador de la música.
    Abrió el concierto David Blanco con su repertorio habitual. Me hubiera gustado que hubiesen subido a escena otros músicos que han defendido al Rock por siempre, pero gustó, sobre todo a los más jóvenes.
    Fueron llegando los Dead Daisies y la algarabía fue general. Fueron fluyendo los temas y el público magnífico. El tiempo corría, y le pedían diferentes temas cada cual a su gusto personal. Subió de nuevo Roberto Perdomo, momentos antes me comentó que se sentía muy emocionado aun desde el Maxim, por compartir escena con esos músicos. Después subió Beatrix Lopez, y lo hizo a la altura de la ocasión tanto que volvió al escenario a petición de los músicos.
    En este el repertorio superó al del Maxim. Se notó que estaban más identificados con el público cubano. Para los finales versionaron una canción que desde que Bob Dylan la escribió expresaba lo que estaba ocurriendo esta noche en este lugar: Knocking on Heaven’s Door, al estilo de los Gun N’ Roses. Después vinieron las aclamadas versiones de los Stones, y sentí que el alma de Mick Jagger rondaba por aqui, seria realizar unos de mis sueños ver a los Rollings por aquí.
    Hace mucho que tenía idea de escribir, dar mis criterios y no hallaba algo que me motivara lo suficiente. Los Dead Daisies me lo dieron.
    Ha sido una semana cargada de emociones. Tuve la oportunidad de estar en los ensayos-clases magistrales que dieron en el Maxim en horas de la tarde del miércoles 25 de febrero. Iba por las entradas para su concierto esa noche, y en esos momentos llegaban ellos. Los trabajadores del local abrieron las puertas y todos los que estábamos fuera pudimos pasar. Fue inusual, estaban muchos músicos de las diferentes bandas de por acá y los demás pensábamos que solo era para ellos el acceso. Fue una agradable sorpresa, nunca había pasado esto.
    Mientras hacían la prueba de sonido, Marcos Mendoza rompió el hielo con los que estábamos abajo del escenario que estábamos maravillados como sonaba la música, ver tantas estrellas del Rock en un mismo escenario, y ser este el del Maxim creo que ha sido una experiencia extraordinaria para muchos de los allí presente. Una muchacha en la barrera le dio su bolígrafo y una hoja de su libreta rayada a Mendoza y él gentilmente se la hizo llegar al resto de los integrantes de la banda, mientras el lanzaba púas personales al público. Después sentados, dialogaron a micrófono abierto, y cada cual expresó ideas e inquietudes, fue una charla muy amena, sin fronteras de por medio.
    Llegó la hora del primer concierto. Mientras me preparaba para ir, mis pensamientos saltaron a mi juventud, allá por los 70, que corríamos en La Lisa detrás de los grupos del momento, léase Almas, Secciones, Nuevas Generaciones y “las guerrillas” de los diferentes barrios capitalinos. Cuanto añorábamos ver tocar a los Stone, Led Zeppelin, Black Sabbath (mi favorito) y los demás grupos que oíamos a hurtadillas en la WQAM y la KWAY en los radios rusos de la época. Cuanta nostalgia….
    Llegamos al Maxim y fueron superadas con creces las expectativas. La conexión músicos-público fue espectacular. Tuvieron unos teloneros de lujo: Anima Mundi, banda que merece más respeto dentro de nuestro país. Estuvieron a la altura de siempre, como son músicos de grandes posibilidades. Dejaron la escena preparada a los Dead Daisies.
    Fui testigo de unos de los conciertos más extraordinarios por estas lares, los allí presente resistimos el calor reinante en el local, apenas podíamos movernos de la cantidad de personas allí convocadas. Por primera vez el sonido no jugó una mala pasada (recuérdese Audioslave y Sepultura en el protestódomo). Los músicos disfrutaban su trabajo, el repertorio fue bien pensado, los cantantes con voces frescas y registros fantásticos: Bernard Fowler (Rolling Stones) y John Corabi( Motley Crue).
    Los instrumentistas saben muy bien lo que hacen—los bajistas Marco Mendoza y Darryl Jones, guitarrista David Lowy y tecladista Dizzy Reed, destacándose el batería Brian Tichy para mí, no solo por el break que hizo con las manos, sino por el total dominio del instrumento. Mendoza fue un gran puente entre músicos y público, él elogiaba a los músicos cubanos por los cual siente un gran respeto. También actuaron con gran acierto los integrantes de Tesis de Menta (otras de las bandas cubanas que merecen mejor suerte con el público de aquí) quienes cantaron: Roberto Perdomo, “All Right Now” y Beatrix López, “Helter Skelter”. Llamó mucho la atención general el guitarra Richard Fortus (Guns N’Roses). Y también participo la percusionista cubana Yaimí Karell con gran aciert.
    El final guardaba los mejores momentos—el público enloqueció con los covers de “Sympathy for the Devil” y “Jumping Jack Flash.” Fue una noche inolvidable, quedaba pendiente el concierto del sábado.
    Llegó el ansiado día, el público se congrego desde horas tempranas. Vinieron de todos los lugares del país. Después del pasar el túnel policiaco, vimos el Salón de La Tropical lleno de personas de diferentes generaciones. Para mí siempre ha sido muy importante el poder aglomerador de la música.
    Abrió el concierto David Blanco con su repertorio habitual. Me hubiera gustado que hubiesen subido a escena otros músicos que han defendido al Rock por siempre, pero gustó, sobre todo a los más jóvenes.
    Fueron llegando los Dead Daisies y la algarabía fue general. Fueron fluyendo los temas y el público magnífico. El tiempo corría, y le pedían diferentes temas cada cual a su gusto personal. Subió de nuevo Roberto Perdomo, momentos antes me comentó que se sentía muy emocionado aun desde el Maxim, por compartir escena con esos músicos. Después subió Beatrix Lopez, y lo hizo a la altura de la ocasión tanto que volvió al escenario a petición de los músicos.
    En este el repertorio superó al del Maxim. Se notó que estaban más identificados con el público cubano. Para los finales versionaron una canción que desde que Bob Dylan la escribió expresaba lo que estaba ocurriendo esta noche en este lugar: Knocking on Heaven’s Door, al estilo de los Gun N’ Roses. Después vinieron las aclamadas versiones de los Stones, y sentí que el alma de Mick Jagger rondaba por aqui, seria realizar unos de mis sueños ver a los Rollings por aquí.

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