Consumir helado y refresco: ¿un avatar?

Irina Pino

Cafetería particular donde siempre hay refrescos
Cafetería particular donde siempre hay refrescos

HAVANA TIMES — Con frecuencia visito La Habana Vieja para encontrarme con una amiga y colega de Havana Times. Ella lleva su laptop, y yo mi disco externo. Buscamos un lugar tranquilo para intercambiar películas, literatura y periodismo, además de conversar sobre cosas que nos interesan.

Nos sentamos en una plaza o en el lobby del Hostal de Los Frailes, donde podemos permanecer varias horas sin que nos molesten.

Cuando decidimos comer algo, no consumimos mucho, apenas helados y refrescos, sin embargo, las vicisitudes para conseguirlos son dignas de la mejor comedia, pues no deja de ser increíble lo que nos sucede.

De los refrescos, preferimos la cola, y a ambas nos gusta el helado de chocolate. Pero es un verdadero avatar encontrarlos juntos. No sé si es pura coincidencia, que todos los establecimientos tengan el refresco de cola caliente, y donde lo tienen frío cuesta 1 CUC.  Sin mentirle a nadie, hemos recorrido timbiriches y cafeterías por más de una hora sin conseguir comprar ni una latica de cola bien fría.

El helado es punto y aparte, a veces no tienen cucharitas o no pueden cambiar un simple billete de 5 CUC, y hay que entregar el dinero exacto. La mayoría de las veces los helados están derretidos o no pueden venderlos porque no tienen los códigos.

De igual modo, en El Vedado nos han ocurrido experiencias similares; el otro día andaba con otros amigos y llegamos a la tienda de una gasolinera Cupét donde tenían helado, pero no podían despacharlo, porque habían fumigado y tenían que esperar 45 minutos para entrar. ¿Es acaso conveniente fumigar durante el horario laboral? Es dinero que se pierde, pero a quién le importa, si ellos cobran el mismo salario aunque no vendan.

Luego, al llegar a un “Rápido”, mi amiga preguntó: ¿Tienen cucharitas? La respuesta afirmativa la asombró, y dijo con ironía, sin apenas creerlo: entonces tienen cucharitas…. La empleada sonrió: ¡Sí, tenemos cucharitas, pero ahorita se acaban, así que apúrense y compren el helado que están de suerte!

A los empleados es inútil reclamarle, te tratan como a un perro callejero o te dicen que vayas a comprar a otro sitio. También se escudan alegando que la mercancía la acaban de traer o que la nevera no enfría lo suficiente, y miles de excusas. El motivo real es que hay truco con la mercancía, los refrescos se los venden a los que tienen negocios de restaurantes y cafeterías, ellos, por supuesto, los venden más caros y siempre tienen, aunque vayas de madrugada. Los empleados estatales cobran su regalía, y todos tan contentos. Existe una falta de unificación en los precios, que oscilan de 0. 65 centavos ,1 CUC, y 30 CUP, la latica.

El helado Nestlé, casi derretido, ya no es confiable, a veces parece como si le hubieran sacado varias cucharadas, o como si fuera helado rellenado.

¿Tendremos que resignarnos a no consumir helado y refresco? La medida no es mala, quizás sea más saludable salir de casa con un jugo de fruta y un pan en la cartera. Pero ya el sabor de la fruta no es el mismo, y el pan, si es el de la bodega, está ácido.

Entonces, ¿cómo se detienen estas irregularidades? ¿Botando a los empleados? Les dejo las conclusiones a ustedes, los lectores.

Irina Pino

Irina Pino: Nací en medio de carencias, en aquellos años sesenta que marcaron tantas pautas en el mundo. Aunque vivo actualmente en Miramar, extraño el centro de la ciudad, con sus cines y teatros, y la atmósfera bohemia de la Habana Vieja, por donde suelo caminar a menudo. Escribir es lo esencial en mi vida, ya sea poesía, narrativa o artículos, una comunión de ideas que me identifica. Con mi familia y mis amigos, obtengo mi parte de felicidad.

Irina Pino has 301 posts and counting. See all posts by Irina Pino

6 thoughts on “Consumir helado y refresco: ¿un avatar?

  • La respuesta es muy fácil: botando a los que mal gobiernan el país.

  • Cada pueblo tiene lo que el mismo se forja

  • chica yo he viajado a varios países y no me he encontrado con cosas como esas… ah si, ya recuerdo, cada vez que voy a Cuba me pasa pero lo encuentro hasta gracioso porque me sirve para contar historias… es como ir de viaje y ver una avalancha o un volcán o pirámides o carnavales o monumentos.. pero en Cuba todo es una historia, basta conque se te ponche el carro y algo que en el resto del planeta tierra se arregla en 1 minuto en Cuba te puede costar todo un día de penurias… un fin de semana en Cuba y tienes historias absurdas de por vida.

  • Nunca se me olvidara que , cuando fui a Cuba en 2009, se me ocurrio merendar en el cafe “La Columnata Egipciaca”, que esta al costado del Palacio de los Capitanes. El sandwich que comi estaba correcto para el precio y bastante agradable; pero, no me pusieron servilletas; las pedi, y al rato viene la camarera con una sola servilleta en la mano; y me dice: “Se salvo, esta es la ultima que queda” Si esto sucede en un local que es solo en CUC, no veo como pueden estar a la altura de cualquier pais del mundo en cuanto a calidad de servicio al turista o a cualquiera. Simplemente kafkiano.

  • no importa siquiera que impongan capitalismo de estado (que ya esta mal funcionando alli) simplemente el sistema no funciona, no importa de la manera que lo intenten. mientras los dos viejitos no paren de joder al pueblo de cuba, no habra helado ni la cabeza de un guanajo que sirva para algo. hay que resignarse a que la muerte resuelva el problema de cuba.

  • La chapuceria se ha impuesto como estilo de trabajo en Cuba al mismo ritmo que la chusmeria. Recuerdo cuando comenzaron las tiendas y los negocios en divisas para el pueblo, que daban un servicio de más calidad del que recibíamos en moneda nacional. Después paulatinamente como el cáncer la chapuceria tambien invadió este sector estatal en divisas.

    Cuando sales de Cuba ya sea al tercer o el primer mundo lo primero que notas en cualquier lugar que entras, es que comienzan a tratarte como cliente y no como usuario.

Comentarios cerrados.