Amor y sorpresas

Irina Pino

Foto: Angel Yu
Foto: Angel Yu

HAVANA TIMES — A menudo se dice la gente que entre una pareja de edades diferentes suceden choques generacionales, es cierto, esto pasa la mayoría de las veces, aunque, del mismo modo, a las muchachas jóvenes le atraen los hombres de más de 40, y viceversa. Surge de esta manera, una especie de arrobamiento; entonces acude a mi recuerdo, una pareja famosa como Charles Chaplin y Oona O’Neill, ella con 18, y él con 54. Pero este no es el caso.

La anécdota la tengo muy cercana; una vecinita del barrio, que me ha tomado como su ayuda espiritual, se apasionó con un hombre maduro, alguien que conocimos una noche en que fuimos juntas a la Fábrica de Arte Cubano.

Primero lo vimos en la sala teatro, después compartimos en un concierto de rock, en la Nave 4. El hombre nos invitó a bebidas, y luego a comer pizza en el bar. Muy amable, conversamos en el patio, de arte y de miles de cosas; él es diseñador gráfico, y tiene solvencia económica, también posee una vasta cultura, lo cual le permite desarrollar una conversación fluida, algo que lo hace mucho más atractivo.

Laura (no es su nombre real), quedó encantada con el tipo, que hasta nos acercó al barrio en su auto. Yo, por supuesto, me di cuenta que a él le gustaba mi amiguita, pues no dejaba de mirarla de arriba abajo, y la seguía con los ojos cuando se alejaba un poco. A ella le era casi imposible establecer una retroalimentación con él, ya que no le interesa leer, y es renuente a ver buen cine, en general tiene poca cultura, y solo está para la diversión. Lo que pasa es que es perezosa, y piensa que aprender es perder el tiempo.

Por fin salieron, la llevó a museos, y a comer a restaurantes. Y tuvieron sexo, mucho sexo, según me cuenta ella. En seguida, le pidió que se mudara con él, pues se había enamorado. Laura también estaba enamorada, era un hombre maravilloso, protector, se preocupaba de su salud, la complacía comprándole lo que a ella se le antojara. Era su niña mimada. No tenía que estudiar ni trabajar, pues él le regalaba el dinero.

No pensé que aquello durara, por la diferencia de edad y de objetivos.

Dejé de verla, pues siempre que la llamaba por teléfono para concertar una cita, me decía que se preparaban para salir, que si se iban para una casa en la playa los fines de semana, y miles de trabas para no reunirnos.

Nos alejamos. Dejé de verla por varios meses. Hasta que un día, que pasaba cerca del apartamento, decidí hacerle una visita inesperada.

Me lo contó todo, mientras lloraba de vergüenza; al principio aquello parecía el gran amor, hasta que él le propuso tríos con jovencitas, y con hombres, lo mismo jóvenes, que maduros. Y lo peor fue que accedió por complacerlo, se había convertido en su juguete sexual. Estaba asqueada de aquellas orgías.

Le dije que lo acusara, pero se negó, tiene 23 y ya es mayor de edad, él no la obligó a hacerlo, solo la convenció de manera inteligente.

A pesar de que le aconsejé que terminara con esa relación enfermiza, siguió con él por un tiempo, tenía una especie de dependencia, su autoestima se había resquebrajado. Necesitaba ayuda terapéutica, por lo que me ofrecí a llevarla. Se puso violenta y me botó de la casa.

Luego me enteré por un amigo común que lo había dejado, pero el daño ya estaba hecho.

Irina Pino

Irina Pino: Nací en medio de carencias, en aquellos años sesenta que marcaron tantas pautas en el mundo. Aunque vivo actualmente en Miramar, extraño el centro de la ciudad, con sus cines y teatros, y la atmósfera bohemia de la Habana Vieja, por donde suelo caminar a menudo. Escribir es lo esencial en mi vida, ya sea poesía, narrativa o artículos, una comunión de ideas que me identifica. Con mi familia y mis amigos, obtengo mi parte de felicidad.

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6 thoughts on “Amor y sorpresas

  • Ni le metas mente a eso, ella lo hizo por decisión propia.

  • Tropezar es humano, enamorarse de la piedra (que te hizo tropezar) es estúpido.

  • que envidia le tengo al tio ese, yo tuve una jovencita tambien, pero lo unico que lograba en la relacion es que ella me pegara y me quitara el dinero, yo era el objeto proveedor de la nena, hasta que me canse y me tire por el balcon mientras le gritaba “me voy porque me da la ganaaaaaaaaa’

  • cual de esos dos mojones resultó más grande? na, el tipo, el tipo, la edad le da ventaja, fue más mierda él que la chiquita… pero ella va que vuela para grande, y grandeee…

  • Que decir de la chica? Mitad infantil, mitad burrita. Hay niñitas como esas por todas partes. Nada, que le salio el tiro por la culata por venderle su alma al diablo.

  • El viejo le llevaba ventaja y la chiquilla pagó el precio del aprendizaje.

    Ahora le toca capitalizar la experiencia, si es que no es muy bruta.

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