Adiós tía Aurora

Irina Pino

Mi tía y mi sobrina,

HAVANA TIMES – El año pasado me trajo diversas alegrías: se publicó mi último libro, viajé, compartí con amigos y familiares, eventos todos que dan impulso a la vida.

Acontecimientos dolorosos me ha reportado este 2019, enfermedades, accidentes, también han muerto personas que significaban mucho para mí.

Cada vez que aparece la enorme luna, ocurre un hecho desagradable o triste. Ayer fue uno de esos días, mi tía Aurora dejó este mundo, se marchó callada.

Residía en un home en los Estados Unidos; sus condiciones no eran buenas, ya no caminaba, estaba flaca; por último, había perdido su apetito; el otro apetito, el de vivir, se desvanecía, un adiós se le dibujaba en su fragilidad, en su forma de permanecer quieta, quería dejar su cuerpo inútil y pasar a otra forma de vida.

Su historia se parece a la de muchos cubanos: después del triunfo de la Revolución envió a su hijo a los Estados Unidos, con la llamada Operación Peter Pan, pues temió que le fueran a arrebatar la patria potestad. El niño permaneció al cuidado de unos parientes, hasta que ella se marchó del país y lo fue a buscar para unirse con él.

Pasó más de una década desde que mi madre dejó de ver a su hermana, hubo un alejamiento…, hasta que en los 70, gracias al programa de la comunidad cubana en los Estados Unidos y al presidente James Carter, las familias de las dos naciones tuvieron la oportunidad de reencontrarse.

Arribaron a La Habana mi tía Aurora, mi tío político y mi prima, cargados de maletas y recuerdos. Mi prima es estadounidense de nacimiento y a veces intercalaba en su diálogo palabras en inglés, lo cual resultaba peculiar.

Se hospedaron en el hotel Nacional por una semana, esa noche comimos en la mesa bufet, saciamos un poco el hambre vieja que padecemos los cubanos de a pie.

Todos hablaban sin orden, estábamos nerviosos, principalmente yo, que había nacido después de su partida. Pero todo fue bien, porque mi tía era una persona de temperamento fuerte y natural, que se burlaba de las convenciones sociales.

Aquella visita fue inolvidable, mi papá le regaló un cuadro gigante que tenía un bote pintado (ironías del destino). Dos hermanas, ella y mi madre, rememoraron el pasado: su niñez en un solar de La Habana Vieja, su adolescencia, al quedar huérfanas de padre, y como, por necesidad, tuvieron que buscar diferentes trabajos para apoyar a la economía familiar.

Mi Tía, mis sobrinos y su padre, recién llegados a USA

Tantas memorias en un país fragmentado. El dolor de la separación.

Durante el Periodo Especial la ayuda de mi tía resultó fundamental, nos enviaba paquetes con ropas, más tarde, remesas. Se encargó de proveer con la canastilla a casi todos los bebés de la familia.

No solo nos benefició a nosotros, sino a todos los amigos y parientes que se iban para los Estados Unidos. Y sin esperar nada a cambio.

No le gustaba escribir cartas, decía que no era su estilo, sin embargo, llamaba por teléfono por lo menos dos veces al mes, para ponernos al tanto de la gente de allá.

Cuatro veces invitó a mi madre a Miami, no quería dejarla ir. Al menos pudieron estar juntas por algunos períodos de tiempo.

Nunca nos echó a un lado, como otros que cortan el cordón umbilical con los que se quedan en la Isla.

Nos acostumbramos a sentirla cercana, con sus bromas, su voz cálida; su personalidad y su cariño siempre estaban presentes. Por eso esta angustia por su pérdida.

No sé qué más decir, solo quisiera decirle gracias, porque sabe que la amamos y la recordaremos. Su espíritu noble nos acompaña.

Irina Pino

Irina Pino: Nací en medio de carencias, en aquellos años sesenta que marcaron tantas pautas en el mundo. Aunque vivo actualmente en Miramar, extraño el centro de la ciudad, con sus cines y teatros, y la atmósfera bohemia de la Habana Vieja, por donde suelo caminar a menudo. Escribir es lo esencial en mi vida, ya sea poesía, narrativa o artículos, una comunión de ideas que me identifica. Con mi familia y mis amigos, obtengo mi parte de felicidad.

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2 thoughts on “Adiós tía Aurora

  • siento tu perdida, esta tragedia que lleva con nosotros tanto tiempo, de un pueblo dividido por un hombre.

  • Lindo homenaje a tu tia. Muy bien expresado ese dolor que lego la megalomania de un dictador delirante!

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