Como una chispa que reanima nuestro espíritu

Irina Echarry

Luego las sembramos en bolsitas de plastico y esperamos que se empinen en busca de la luz.

Cuando era niña, mis padres me llevaban a Cienfuegos (provincia donde nació mi madre), a un pueblo llamado Guaos.  Allí me divertía con mi hermano y los primos, pero cuando comenzaba a acercarse la tarde y llegaban los mosquitos, mi alma se iba poniendo tan oscura como el lugar.

Los mayores conversaban animadamente, los otros niños (mucho más grandes que yo) buscaban algún entretenimiento.

El caso es que quedaba sola, metida bajo el mosquitero, llorando.  Hasta que al día siguiente volvía a correr, divertirme y conocer lugares distintos.

Me gustaba el campo solo de día.  Me gustaba ver cómo los guajiros sembraban, cómo daban de comer a los animales.  Lo que más me complacía era ver la tierra agradeciendo el agua del riego, las gotas intentando penetrar en las grietas.

Posturas
Germinando.

Al crecer, seguí los pasos de mi madre en la siembra y mantenimiento de plantas ornamentales, llegamos a tener tantas que regalábamos a las amistades.

Hacía varios años que mis manos y mi alma no tenían el deleite de sembrar. Desde hace unos meses me dedico a ratos a esta labor. Junto a Erasmo  recolecto semillas de diferentes plantas y las germinamos. Descubrir un nuevo atisbo de vida cada vez que miramos las semillas es algo indescriptible. Es como una chispa de electricidad que reanima nuestro espíritu.

Mi arbolito.

Luego las sembramos en bolsitas de plastico y esperamos que se empinen en busca de la luz. Cuando estén listas, buscaremos un sitio donde puedan crecer en paz.

Los arbolitos que ya están en algún terreno han sufrido la embestida de odio o desamor o desinterés de varios vecinos. Pero no nos desalentamos, seguimos regando, algún día la gente comprenderá que atentar contra un árbol es ir también contra el ser humano.

Mucho me gustaría ahora tener una casita en Guaos.  Ya no hay motivos para llorar por las noches,  saber que cerca de mí está surgiendo alguna vida no permite que me sienta sola.

Irina Echarry

Irina Echarry: Me gusta leer, ir al cine y estar con mis amigos. Muchas de las personas que amo han muerto o ya no están en Cuba. Desde aquí me esforzaré en transmitir mis pensamientos, ideas o preocupaciones para que me conozcan. Pudiera decir la edad, a veces sí es necesario para comprender ciertas cosas. Tengo más de treinta y cinco, creo que con eso basta. Aún no tengo hijos ni sobrinos, aunque hay días en que me transformo en una niña sin edad para ver la vida desde otro ángulo. Me ayuda a romper la monotonía y a sobrevivir en este mundo extraño.

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2 thoughts on “Como una chispa que reanima nuestro espíritu

  • cómo los envidio, espero q a mi regreso podamos seguir con el plan de extender el territorio de siembra. A lo mejor para ese entonces varios fervientes lectores de Havana Times se han contagiado con el espíritu de ustedes, han olvidado diferencias de criterios y se han unido a este noble empeño. Al final es la Tierra Madre lo que más importa, sin ella no existiríamos, y mucho menos ni el mejor ni el peor de los sistemas sociales. Así que buena suerte y no me dejen fuera, que llegaré con bastante ímpetu.

  • qué volá iri, me alegro que hayas encontrado algo que te haga sentir acompañada, pero he de decirte hermana mía, y creeme, sin ánimo de retorcerlo, que si construyes a fondo te darás cuenta que no hay manera de estar acompañado, cuando más, en compañía de la soledad. Para no condicionarte mucho y mucho menos joderte tu nueva verdad te dejaré como regalo , si es que se puede llamar así, una pregunta.
    ¿Desde que me doy cuenta que solo puedo certificar mi existencia cómo puedo entonces decir que tengo compañía de algo más que ya no soy yo mismo?. un beso. y que te sigas sientiendo acompañada.

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