Por un 8 de marzo menos enajenado

Irina Echarry

HAVANA TIMES — Hoy, en más de 50 países ha tenido lugar un gran Paro Internacional de Mujeres. Exigen determinados puntos que consideran ignorados, mal enfocados o desestimados en las agendas políticas de sus países. Reclaman el ejercicio pleno de sus derechos, lo que repercute en una vida mejor para todas las personas.

En Cuba, como hace años, las mujeres solo celebramos.  Hay muchos motivos para eso, lo sé. Debemos estar orgullosas de las luchas que a lo largo de la historia han asumido las cubanas, muchos de sus frutos los disfrutamos hoy: el derecho al voto, a decidir sobre nuestros cuerpos, a la atención médica, al trabajo y la educación, al divorcio, a la Patria Potestad, a igual pago por el mismo trabajo para ambos sexos, al amparo legal durante el embarazo; etc.

Son logros importantísimos, por los que todavía se batalla en otras partes del mundo. Pero ¿debemos conformarnos? ¿No hay nada por qué luchar?

Creo que falta mucho por hacer en todos los espacios; en el doméstico y en el público, así como en lo personal. Para exigir cambios, urge salir de la apatía y preguntarnos sobre nuestros deseos e incomodidades.

¿Queremos seguir con una sola organización que nos agrupe, sin opciones? ¿Queremos que nuestros hijos sigan recibiendo adoctrinamiento político en las escuelas, que sigan siendo obligados a adiestrarse en el servicio militar? ¿Queremos que la figura de la mujer se resalte solo por su belleza o su supuesta ternura, que los videos clips que promociona la televisión pública sigan cargados de mensajes sexistas? ¿Queremos seguir sin conocer los índices de criminalidad del país, muchos relacionados con violencia de género?

¿Queremos que el alto por ciento de mujeres que integran el Parlamento siga sin representar nuestros intereses específicos?

Hay muchas preguntas que hacerse. Es importante despertar la capacidad de reaccionar frente a las injusticias. No es honesto levantar la voz solo cuando de un macho dominador se trata. Debemos también hacerlo si el Poder, el que sea, pone sus garras sobre cualquiera de nosotras, algo que sufrimos todo el tiempo y hemos naturalizado. Por ejemplo, por no buscarnos problemas o porque dejamos que el gobierno piense por nosotras permitimos -y muchas veces participamos en- golpizas y maltratos públicos a mujeres indefensas. Varias generaciones de cubanos y cubanas hemos crecido viendo esos abusos.

¿Cómo pretender que alguien entienda que eso no es justo? ¿Cómo hablar luego de lo inaceptable de la violencia física o psicológica que sufrimos en el hogar? ¿Cómo esperar un futuro mejor?

Si despertamos ese sensor de la injusticia, no estaremos tranquilas recibiendo las frívolas felicitaciones por el 8 de marzo mientras una sola persona sufra, ya sea por violencia doméstica o por la que ejerce el gobierno contra los que piensan diferente.

Irina Echarry

Irina Echarry: Me gusta leer, ir al cine y estar con mis amigos. Muchas de las personas que amo han muerto o ya no están en Cuba. Desde aquí me esforzaré en transmitir mis pensamientos, ideas o preocupaciones para que me conozcan. Pudiera decir la edad, a veces sí es necesario para comprender ciertas cosas. Tengo más de treinta y cinco, creo que con eso basta. Aún no tengo hijos ni sobrinos, aunque hay días en que me transformo en una niña sin edad para ver la vida desde otro ángulo. Me ayuda a romper la monotonía y a sobrevivir en este mundo extraño.

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4 thoughts on “Por un 8 de marzo menos enajenado

  • Que pena, que vergüenza.
    Se te olvido mencionar que la reproducción asistida no existe para las madres solteras. Entre otros problemas (feminicidio… Violencia doméstica entre parejas casadas, etc.)

  • Excelente Irina, has tocado todos los puntos de violencia física o moral contra la mujer en Cuba.Asignatura pendiente que el gobierno cubano no quiere asumir.

    El 6 y 7 de marzo la Delegación cubana rindió cuenta sobre la Convención contra las desapariciones forzadas en la ONU y la joven de la delegación cubana que contestó a una pregunta sobre las políticas de protección a las mujeres cubanas en estado de vulnerabilidad, fue: “no somos un país perfecto” pero tenemos 175 casas de atención a la mujer en Cuba y nada más. Por lo tanto las golpizas públicas y privadas contra las mujeres no tienen ninguna protección en Cuba.Las casas sólo brindan asistencia psicológica para enfrentar los golpes pero la legislación es muy blanda contra los golpeadores y no existen refugios para las golpeadas.Es más escandaloso aún, y ocultado por la delegación cubana en la ONU, la violencia estatal contra las Damas de Blanco que son política del estado y del gobierno cubanos.

  • Gracias Iri por este buen post tan bien compensado. No me imagino a ningún otro medio cubano haciendo algo parecido. Los Granma van a resaltar los “logros”, y los Cubanet van solo se acordarán de los “malogros”.

  • Hola tocaya, como siempre con tus artículos memorables y contundentes, no podemos conformarnos con unas migajas, queremos derechos totales para las mujeres. Pienso que aún no existe una representación real en el poder, tampoco en las leyes.
    ¿Veremos esos logros algun día?
    Besos para tí.

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