Permiso de Salida de Cuba (IV)

By Irina Echarry

Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 14 marzo — Antes de ir a la oficina de Inmigración a solicitar el Permiso de Salida (Tarjeta Blanca), la Nena llamó a uno de esos números que salen en las Páginas Amarillas, quería estar segura de todos los documentos que debía presentar. Pero la información en ese teléfono no fue suficiente.

Un primer viaje a Inmigración, en el que la primera pregunta que le hicieron fue si había llevado el cheque de viaje (o sea, el comprobante de los 150 cuc (165 usd) que debía pagar en el Banco,  imprescindibles para hacer la Solicitud), fue en vano.

Como mi amiga no tiene puesto laboral fijo con el Estado, debía llevar entonces una carta del anterior centro de trabajo. La oficial que le atendió la miró incrédula.

“¿Y tú no eres graduada universitaria?”

No creyó la respuesta negativa de la Nena y se le quedó mirando por un rato cuando ella se preocupó, “¿Es que debo traer alguna constancia de que nunca me he graduado en la Universidad? Quizá no debió hacer esa pregunta, porque la Oficial le respondió que la carta de su anterior centro laboral tendrían que enviarla de modo Oficial.

“Solo cuando nos llegue esa carta puedes empezar tu trámite,” dijo.

Todos conocemos cuánto puede tardar un trámite burocrático, pero por suerte en el anterior centro de trabajo de la Nena no se quedaron dormidos en los laureles y le entregaron enseguida la famosa carta donde declaraban que ella no tenía deudas con ese sitio, y que ya no trabajaba con ellos.

En realidad, le dijeron también en su anterior centro laboral, nosotros no hacemos envíos oficiales; así que la carta puedes llevarla tú misma.

Y así fue.

Mi amiga volvió a la oficina del reparto Mañana, la Oficial miró con dudas la carta, pero la recibió y cuando la Nena creyó que todo iba bien, “descubrieron” que si en la planilla del pasaporte había puesto que era escritora y pertenecía a la UNEAC, debía traer una carta.

“Pero, ¿una carta diciendo qué?”

“Una carta de la Uneac.”

“Si, pero que diga ¿qué?, yo no trabajo allí, solo pertenezco a eso.”

“Bueno, pues una carta de la Uneac.”

El diálogo se mantuvo así por un rato, la Oficial no se decidía a decir algo diferente y mi amiga salió atolondrada en busca de una nueva carta. Le tomó algunos días más para resolverla, una en la que decía que era miembro de esa organización. La entregó, con verdaderas dudas, y no estaba equivocada.

“Pero estas dos cartas están mal. En ninguna de las dos dice que no eres graduada universitaria. Tienes que repetirlas.  Mira, apunta ahí, te voy a dictar lo que tienen que decir las 2 cartas”; dijo la oficial.

La Nena se sintió como en una de esas pelis en las que una pareja de policías interroga a alguien, uno asume el rol del “policía bueno” y otro el del “policía malo”. Solo que en este caso la oficial había sido “mala” por 3 visitas y solo en la 4ta se decidía a ser “buena”.

Ahora, como buena oficial le dijo que igual le haría la Entrevista, y preguntó varios detalles sobre esa persona que le había puesto la Carta de Invitación, sobre la familia de mi amiga, si por casualidad trabajó en algún momento en el Ministerio de Salud.

Solo quedaban 6 días para la fecha del pasaje (en caso de que le dieran la Tarjeta Blanca). Mi amiga se animó a preguntar cuánto tardarían en dársela en caso de que trajera las cartas escritas al modo “correcto”. La buena Oficial respondió casi alegre, en tono muy bajo.

Si la traes tempranito ese mismo día te la dan.

Unos cuantos días más, llenos de ansiedad, que nunca es fácil dar con los jefes que deben firmar documentos “importantes”, y fue como vaticinó la Oficial.

La Nena llegó a la Oficina, bajo un provechoso aguacero, con sus cartas escritas correctamente. Dos horas después otra Oficial le entregaba su pasaporte, la tarjeta de embarque y la Tarjeta Blanca con un sonriente, “Buen Viaje”.

P.D. Son muchas las historias de horror y misterio sobre la entrega de la Tarjeta Blanca, pero en estos días quedé sorprendida. Un amigo llegó a Inmigración un miércoles y le dijeron que fuera ese mismo viernes a recogerla. Así de sencillo. Ya ven, no hay nada escrito.

Irina Echarry

Irina Echarry: Me gusta leer, ir al cine y estar con mis amigos. Muchas de las personas que amo han muerto o ya no están en Cuba. Desde aquí me esforzaré en transmitir mis pensamientos, ideas o preocupaciones para que me conozcan. Pudiera decir la edad, a veces sí es necesario para comprender ciertas cosas. Tengo más de treinta y cinco, creo que con eso basta. Aún no tengo hijos ni sobrinos, aunque hay días en que me transformo en una niña sin edad para ver la vida desde otro ángulo. Me ayuda a romper la monotonía y a sobrevivir en este mundo extraño.

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5 thoughts on “Permiso de Salida de Cuba (IV)

  • Felicidades!!!por cuanto tiempo estaras de viaje?

  • madre mia que lio para salir de cuba jajajaj, a mi me tardo 28 dias pero bueno de eso hace 12 años

  • No acabo de ver como se puede demostrar que uno no es graduado universitario.

    Es como intentar demostrar que no existen marcianos mostrando una foto de un no-marciano.

  • Gabriel, en ese caso lo importante era que en las cartas dijera que en la relación de la persona con el centro no ocupaba una plaza de graduado universitario., o algo así. Es que los graduados universitarios la carta no es del centro, si no del ministerio.

  • Solo quiero que sepan que mi hijo llevo todos los papeles en regla, y ha ido mas de 6 veces y le dicen que todavía no está hecha. Esto es Cuba, que horror.

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