Gobierno cubano responde a la Marcha Cívica por el Cambio

¡Militares a la calle!

Por Irina Echarry

HAVANA TIMES – Desde que se hizo pública la iniciativa ciudadana de marchar pacíficamente el 20 de noviembre, las expectativas han ido creciendo. En las calles he escuchado comentarios diferentes sobre el tema, lo mismo hay quien no piensa salir ese día de su casa “por si acaso”, que quienes esperan el mes de noviembre con ansias.

Una amiga me decía que seguro habría algunos infiltrados para crear problemas y así justificar la intervención de la policía. Mi amiga daba por hecho que permitirían la manifestación porque “si tantas personas la solicitan, el gobierno no podrá negarse”.

El artículo 56 de la Constitución plantea: Los derechos de reunión, manifestación y asociación, con fines lícitos y pacíficos, se reconocen por el Estado siempre que se ejerzan con respeto al orden público y el acatamiento a las preceptivas establecidas en la ley.

Entonces, en Cuba, manifestarse es un derecho, como lo es expresarse libremente, siempre que el discurso no dañe al otro. Lo reconoció públicamente el presidente del Tribunal Supremo Popular, Rubén Remigio Ferro, cuando el 24 de julio en conferencia de prensa dijo que pensar diferente, cuestionar la realidad y expresarse no constituye delito, porque está respaldado por la constitución.

Pero ya estamos acostumbrados a que en la isla hay realidades diversas que marchan a la par. La mayoría de los detenidos a raíz del 11 de julio continúan presos, algunos en cárceles de máxima seguridad y muchos esperando condenas excesivas. Por eso no sorprende que este 7 de octubre, luego de que varias provincias hayan hecho entrega formal de la carta, solicitando el permiso para la marcha, el gobierno anunciara una jornada bélica para el 18, 19 y 20 de noviembre, implicando a los militares y su armamento, declarando precisamente el 20 de noviembre, Día de la Defensa Nacional.

Además, los activistas que promovieron la marcha han sido objeto de acoso, represión y descrédito por parte del gobierno desde que se presentó la primera solicitud en la Habana.

Como colofón, el presidente del país twiteó horas después una frase de Ernesto Guevara: “Seamos la pesadilla de los que pretenden arrebatarnos los sueños”. Eso, después de enviar a los militares a la calle, puede considerarse una incitación al odio, al enfrentamiento, sobre todo luego de haber visto la represión del 11 de julio. Recordemos que ese día, el presidente, evidentemente sorprendido por las protestas en varias ciudades del país, dio la orden “a los revolucionarios” de salir a la calle a combatir.

Ahora que están alertas, que han tenido tiempo de preparase ¿qué serían capaces de hacer?

Dan miedo los comentarios, en la página del medio digital oficial Cubadebate, que replica la nota del MINFAR, y los que publican algunas personas en sus redes sociales, pero son resultado de esa agresividad con que el gobierno trata los asuntos cívicos.

La marcha tiene un objetivo bien definido: exigir que se respeten los derechos de todos los cubanos, la libertad de los presos políticos y abogar por un diálogo democrático.

El gobierno no entiende que los tiempos han cambiado, continúan jugando a la política con propaganda barata e imposiciones. No saben lidiar con los ciudadanos de otra manera. A un gesto pacífico, legítimo, convocado por cubanos, que incluso publicaron una guía de comportamiento para evitar disturbios, el gobierno responde con armas y militares en la calle.

Nota: La fecha de la Marcha Cívica por el Cambio se trasladó para el 15 de noviembre. Estamos esperando que fluya la creatividad gubernamental, a ver qué se les ocurre ahora.

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