Fumar o no fumar…

Irina Echarry 

HAVANA TIMES — El Estado cubano sigue auspiciando el consumo de cigarro de muchas formas; las industrias tabaqueras intentan aumentar sus ventas, y las personas continúan escogiendo el cigarro como modo de vida, y lo hacen cada vez más temprano.

Un artículo publicado en Infomed enumera los riesgos a la salud que se asocian al tabaquismo:

  • El cáncer, en diferentes manifestaciones como el de pulmón, boca, faringe, laringe, esófago, estómago, páncreas, cérvico-uterino, renal y vesícula.
  • Enfermedades del sistema respiratorio como bronquitis crónica y enfisema.
  • Enfermedades del corazón como deficiencia coronaria e infarto.
  • Enfermedades cerebrovasculares, como aneurisma y problemas circulatorios e hipertensión.

Según el Anuario Estadístico de Salud 2015, estas son, también, las enfermedades de mayor incidencia y mortalidad en Cuba: enfermedades del corazón, sistema respiratorio, la hipertensión y el cáncer. No hay que ser tan inteligente para concluir que el tabaquismo nos está matando.

Sin embargo, nada cambia

¿Cómo puedes fumar -pregunté a mi hermano- si nuestro padre murió de cáncer de pulmón? ¿No tienes miedo?  Para mi sorpresa, tomó tiempo para responder: sí, cuando pienso en eso siento miedo, pero es que soy un irresponsable.

Mi hermano fuma casi treinta cigarros por día, a pesar de su miedo y de la oposición de su familia.

Muchas personas consideran que fumar es un acto de libertad, una decisión personal que los otros deben respetar. Es interesante que un mismo discurso sirva tanto para justificarlo como para combatirlo. Pero, teniendo en cuenta que yo soy de las que quieren eliminar el cigarro de la faz de la tierra, me voy a centrar en su denuncia.

Claro que es un acto de libertad escoger los pasos que una va a dar en la vida, decantarse por lo que más le guste o mejor le convenga, pero cada decisión personal va acompañada de una gran carga de responsabilidad. Por eso, con dolor, tuve que decirle a mi hermano que no solo es irresponsable con su persona, sino con la vida de todos.Fumar no es un acto privado, sin consecuencias para los demás, al contrario.

Según la OMS, “el tabaco mata cada año a casi 6 millones de personas, de las que más de 5 millones son consumidores del producto y más de 600 000 son no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno”.

Así, eres libre de fumar si no te interesa que el alquitrán obstruya tus pulmones y te genere trastornos respiratorios o que el maldito hábito te provoque algún cáncer, pero podrías tener en cuenta que el humo del cigarro afecta a los que te rodean. El “ingenuo”acto de encender un cigarro genera consecuencias: el humo de su combustión contiene más de 4000 componentes, de los cuales varios son considerados tóxicos, cancerígenos o posibles cancerígenos.

La industria del cigarro necesita papel en abundancia para envolver cada uno de los cigarrillos y para las cajetillas, este papel y el acetato de los filtros no son biodegradables, por lo que tardan años en desaparecer y aumentan el volumen de los residuos sólidos. Además, una sola colilla de cigarro puede contaminar hasta cincuenta litros de agua; los peces, las aves o cualquier tipo de animal que se ponga en contacto con esa agua podría morir.

Fumar produce contaminación, contribuye al cambio climático, y puede provocar incendios forestales (por negligencia). Las regulaciones para no fumar en lugares cerrados no resuelven el asunto, pues siempre, más allá del lugar donde se fume, se producirán emisiones de gases y tóxicos contaminantes a la atmósfera.

Por eso no me queda otra cosa que pensar: hemos perdido el respeto por la vida. Incluso, los no fumadores somos cómplices de esta tragedia cuando permitimos, por ejemplo, que un adulto venda cigarros a un menor –iniciándolo temprano en el mundo del humo- y lo justificamos diciendo que “hay que luchar” o “es que los padres lo mandan”. Cuando aceptamos que le vendan cigarros a una embarazada, sabiendo que puede provocar daño directo al feto que está gestando. No se trata de que el médico tenga olor desagradable en las manos con que nos ausculta o que dentro de la panadería, la tienda o la guagua nos moleste más el humo, etc., sino de que nos están enfermando a todos, a las personas y al planeta.

Somos cómplices porque no nos unimos para exigir al Estado que priorice una ley antitabaco en Cuba.

Claro, a estas alturas, si se realiza una consulta popular, no sé quién se lleve la ventaja: ¿fumar o no fumar? That is the question.

Ilustración por Carlos
Ilustración por Carlos

Irina Echarry

Irina Echarry: Me gusta leer, ir al cine y estar con mis amigos. Muchas de las personas que amo han muerto o ya no están en Cuba. Desde aquí me esforzaré en transmitir mis pensamientos, ideas o preocupaciones para que me conozcan. Pudiera decir la edad, a veces sí es necesario para comprender ciertas cosas. Tengo más de treinta y cinco, creo que con eso basta. Aún no tengo hijos ni sobrinos, aunque hay días en que me transformo en una niña sin edad para ver la vida desde otro ángulo. Me ayuda a romper la monotonía y a sobrevivir en este mundo extraño.

Irina Echarry has 216 posts and counting. See all posts by Irina Echarry

2 thoughts on “Fumar o no fumar…

  • Este artículo es de Irina Echarry. Lo habíamos puesto equivocadamente como Erasmo Calzadilla.

  • Irina, coincido totalmente contigo. Ya no se puede respirar aire puro. Yo soy una partidiaria de extinguir los seguidores de esta politica. Al final, lo gastos que se invierte en formar medicos y en medicinas, son en vanos. No son consecuentes… Que quedara para las actuales y proximas generaciones.

Comentarios cerrados.