Holguín, la tierra de mi padre

Osmel Almaguer

Cuando alguien llama a mi casa y pregunta por Osmel el Viejo se está refiriendo a mi padre, que vive en la Habana pero nació en Holguín, la provincia más al norte del oriente del país. Allí radica casi toda su familia, menos mi hermana Caridad y yo.

Osmel el Viejo no ha visitado a su familia oriental en muchos años. La última vez lo hizo conmigo y con mi hermana, también viajó mi madre, que por aquel entonces todavía era su esposa.

Han pasado casi 25 años, y la memoria ha borrado y distorsionado muchos de los eventos que allí viví. No obstante, mantengo una impresión general del lugar y de la experiencia del viaje, lo que me hace querer volver, y de paso indagar un poco más en mis raíces.

Mi abuelo paterno murió antes de que yo naciera. Era adicto al alcohol. La madre de Osmel el Viejo aún vive en la ciudad de Holguín, aunque es oriunda de las lomas, de un pueblecito conocido como Mayarí Arriba.

Cerca de mi abuela viven los muchos hermanos de mi padre, con los que apenas he tenido el roce de mis viajes de la infancia. Está claro que en la época en que mi abuela era joven las mujeres cubanas parían como los curieles, porque no había planificación familiar ni se conocían los métodos anticonceptivos. Cosa lógica en un lugar en el que casi no había qué comer.

Después del 59 aquello ha mejorado algo, pero todavía, a la altura de los años 80, conservaba grandes desventajas en relación a la capital. Cabe decir que los baños eran un hueco en la tierra, algo que aquí se le conoce como letrinas. Tampoco existían acueductos, el agua a consumir era de un pozo. Qué decir de los refrigeradores, eran pocos los que habían.

A pesar de todas estas limitaciones, mis recuerdos son bastante placenteros.  Solo tenía seis años y aún recuerdo el cuerpo adolescente de mi prima Judith, el día que nos bañamos juntos.

Otra cosa que no olvidaré son las fiestas de bienvenida que nos hicieron en las que nuestros familiares sacrificaban sus pocos animales de corral.  También paseamos por la ciudad, pero de eso recuerdo muy poco, solo que había muchos parques.  (Holguín es conocida en todo el pais como “la ciudad de los parques.”)

En mi próximo viaje quisiera ver mejorías en cuanto a lo que no me gustó de la primera vez. También quisiera que la limpieza de las calles y barrios se mantuviera, al contrario de mi ciudad, que cada día está más sucia, y que la gente siga siendo tan sencilla y elegante como mi padre, en contraste con la degradación creciente a nivel mundial.