Hershey, Cuba

Dmitri Prieto

Hershey, Cuba
Hershey, Cuba

Hace poco, pude ver por la TV nacional una entrevista conducida por Alfredo Prieto -un colega de HT- al notable historiador norteamericano Louis A. Perez Jr.  El Dr. Pérez es investigador de la influencia de los Estados Unidos en la formación de la nacionalidad cubana, y autor del grueso libro “On becoming Cuban”, del cual poseo un ejemplar regalado y dedicado por el autor.  Ese libro recientemente fue traducido al español y se editó en la Isla, agotándose rápidamente la tirada.

Escuchando la conversación de Alfredo con Louis A. Pérez, no pude dejar de pensar en un lugar que existe -o, mejor dicho, vive- a sólo unos 2 km de mi hogar. Es el poblado habanero Hershey, famoso por su antiguo central azucarero, por su relación con la famosa marca de chocolates, pero sobre todo por ser el punto medio del único ferrocarril eléctrico en Cuba.

El “Tren de Hershey”, elemento inconfundible de nuestro patrimonio, corre entre las ciudades de La Habana y Matanzas, dando servicios también a unos cuantos pueblos del hinterland de la capital.

Ir en sus lentos pero acogedores vagones por entre las lomas y los campos aún sembrados de caña es una experiencia inolvidable, que con su inevitable dosis de paciencia repiten numerosos trabajadores y “pueblo en general”, en el curso de sus “luchas” diarias. Si Ud., lector, visita a Cuba, de veras se lo recomiendo.

Precisamente de Hershey trata otro libro, recientemente publicado por nuestra editorial provincial.  Es de la investigadora Amarilys Ribot, ferviente defensora de Hershey como ineludible parte de la historia habanera. De esa investigación, de las conversaciones con mi amiga Amarilys y otros habitantes de ese pueblo, y de mis propias vivencias trata lo que sigue:

Hershey es el “último pueblo modelo” de Cuba. Tiene un gemelo en Pensilvana, pues ambos fueron concebidos y fundados por el empresario norteamericano Milton S. Hershey.  Cuando uno camina por Hershey (Provincia La Habana, Cuba) sus casas de techos verdes y dotadas de chimeneas, la forma de las ventanas, el diseño urbanístico, la vegetación tupida, todo transmite la impresión de encontrarse en Hershey Chocolate Town (Pensilvana, USA). Es como un pedacito de tierra norteña trasladado al Municipio Santa Cruz del Norte, del cual Hershey forma parte.

Pero no nos equivoquemos: es tierra cubana, lo habitan cubanos (pero de muy diversos orígenes: desde Jamaica hasta la República Checa), y en su tiempo hasta cambió de nombre, pues su denominación oficial es Camilo Cienfuegos. Aunque todos lo conocen con el nombre antiguo: Hershey, que también marca la estación central de la línea del tren electrificado.

También lo llaman “El Central”, y es alusión a la fábrica de azúcar cuyas chimeneas aún se alzan por sobre el paisaje.  Hershey se constituyó como batey azucarero.  La firma necesitaba azúcar de la mejor calidad, y esa fue la razón por la cual el batey vino al mundo, en ese lugar tan bello, encima de la loma desde la cual se ve el mar, a unos metros del río Santa Cruz y varios manantiales que hoy forman parte de un hermoso parque natural (Jardines de Hershey).

Pero de algún modo no puedo jamás mitigar la tristeza cuando paso por allí: sé que el Central dejó de funcionar hace ya unos cuantos años, por decisión gubernamental relacionada con la reperfilación de la economía cubano y el redimensionamiento de la industria azucarera.

Este cierre no condujo al desempleo, pues la empresa azucarera se convirtió en agrícola, de cultivos varios; pero todo un conjunto de prácticas y vivencias pasaron inexorablemente al reino (realm) de la memoria.

Quienes conocemos a Cuba sabemos que la producción azucarera se asocia en la Isla con una espiritualidad aparte, con un modo propio de ver y sentir el mundo, con una actitud ante la historia, la naturaleza y el destino. Todo ello en Hershey se ha tornado ya pasto de la historiografía.

One thought on “Hershey, Cuba

  • Muy cierto y hermoso…es ese patrimonio material e intangible lo que en buena parte define nuestro sentido, siempre íntimo, de la cubanidad. Felicidades y abrazos Dima, me has llenado de recuerdos mi mañana dominguera.

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