Havana Trans-Suana

Esteban Diaz

 Havana Bus, photo: Irina Echarry
Autobus en la Habana, foto: Irina Echarry

En Cuba es muy difícil decir cuando comienza el verano y cuando termina, en las guaguas (transporte urbano) se cuaja la gente y se forma una caldosa de disímiles sudores que parece incrementarse en cada parada en el repechar de la gente que intenta escapar o abordar el trans-sauna que nos lleva al destino buscado.

A todo esto se le suma el “calentamiento global,” “la disminución de recursos energéticos,” “la crisis económica,” “el bloqueo a Cuba” y el plan del Estado, de no utilizar aire acondicionado en ciertas horas del día para ahorro energético, para así “combatir juntos la crisis económica.”

Si bien no esta en nuestras manos, de manera completa, resolver todos estos problemas, no podemos estar ajenos a dar una crítica a algunas contradicciones que se presentan en las calles de La Habana.

La mayoría de los trabajadores han aceptado el “plan energético” poniéndolo en práctica sin que esto deje de notar la gota de transpiración que cae por las mejillas, que se mantiene con orgullo cubano; pero esto tiene un limite y se observa en los gestos de la gente cuando decide salir con su familia, comer afuera y, quizá disfrutar un relajante fin de semana.

El tener que hacer la cola de mas de 40 minutos, saber que en esa salida se va esfumar todo su sueldo de 350 pesos cubanos para tener que comer en un restaurante que presenta un clima de 39 ºC con 90 % de humedad y en “algunas veces” el ambiente esta tan denso que ni el que trabaja allí logra soportarlo creando un ambiente más hostil. Sin terminar aquí, ya que a la vuelta a casa los espera el trans-sauna.

Acaso hay derecho a queja alguna, recordando las situaciones tan adversas en las que se encuentra Cuba; si lo vemos así, deberemos admitir que no.

Pero que pasa cuando uno observa que hay centros para turistas con el aire acondicionado todo el día encendido habiendo tan solo un turista en todo el centro, mientras que vemos un restaurante lleno de gente, dentro y fuera, esperando para pasar un agradable fin de semana sin ninguna posibilidad a esta alternativa.

Si es que el problema es energético, se debe entender que en este último caso habría más gente que aprovecharía su gasto, sin dejar de dar una ganancia para el Estado, que debe ser de los trabajadores.

Para terminar, sin cambiar la lógica que predica el Estado, he visto una “recuperación económica de Cuba” en estos siete años, que se presenta de manera cada vez más desigual; solo hay que salir a la calle y mirar como han aumentado el numero de vehículos de ultimo modelo en estos años  pertenecientes a particulares, MININT, FAR y demás burocracia del Estado que sigue acomodada con carro, celular, aire acondicionado en la casa, buena ropa y lo mas importante, autoridad incuestionable.

Muchos dicen que Cuba tiene un pueblo con coraje, yo diría que hay que tener coraje para vivir estas contradicciones y no explotar.

Debemos recordar que han pasado 50 años de esfuerzos y luchas por parte de los trabajadores cubanos, la resistencia del trabajo muscular y psicológica tiene un limite que solo puede ser fortalecida con bocanadas de aire que desde de Cuba se darán realizando una revolución política -derrocando a la burocracia y elevando a los trabajadores en un pleno control de la sociedad- y que solo tendrá un resultado autentico si se combina con revoluciones sociales fuera de Cuba.

Así estas revoluciones podrán fortalecerse mutuamente para un desarrollo de la revolución mundial.