Privacidad en Estados Unidos y Socialización en Cuba

Graham Sowa

Todo el que quiera practicar la medicina en Estados Unidos debe realizar el Examen de Licencia Médica de este país (USMLE). Uno de mis amigos, que estudia medicina aquí, realizó este examen recientemente. Cuando le pregunté los resultados, surgió la siguiente la conversación:

Yo: “¿Cómo te fue en el USMLE?”
Amigo: “Salí muy bien”
Yo: “¿Cuán bien?”
Amigo: “Lo suficiente para obtener el internado que quería”.
Yo: “Pero, ¿cuáles fueron tus resultados?”.
Amigo: “No es educado preguntar eso”.

Esta conversación y la reacción de mi amigo son usuales entre los estudiantes estadounidenses, incluso aquellos que estudian en Cuba.

La cultura académica cubana es todo lo contrario. Los resultados de los exámenes se leen o se publican con los respectivos nombres. Esto no es solo para abochornar o reprochar, sino también para que los profesores y los compañeros estudiantes vean donde se encuentran las debilidades y fortalezas del grupo.

Incluso las personas cubanas no mantienen en privado sus resultados académicos. Si le preguntara a cualquiera de mis amigos cubanos “¿cómo te fue en el examen?”, me diría su nota exacta. Allí no es de mal gusto preguntar.

Los estudiantes y la cultura académica trata los resultados de los estudiantes en los exámenes de forma diferente, basándose en las expectativas de privacidad de cada país.

Parece que los norteamericanos tenemos adicción por la privacidad individual. Somos paranoicos en relación a guardarnos nuestra información, como si todo lo que hemos alcanzado en nuestra vida fuera solo nuestra responsabilidad, a lo que mantenemos derecho exclusivo.

Cuando nos pregunten por qué necesitamos privacidad, la mayoría de los estadounidenses mencionarán uno o ambos de estos efectos: miedo al gobierno y/o a las corporaciones. Mantener estas desconfianzas sin causa específica es algo arrogante.

Sería como asumir que 1984 y Un Mundo Feliz no son novelas, sino proyectos sociales exitosos de una élite perfecta empeñada en alterar el protagonista moralmente puro. Los norteamericanos valoran la privacidad porque le dan más valor a ellos mismos que a la sociedad. Proteger la privacidad en si mismo no es una solución para nuestro propio egocentrismo, sino un síntoma de este.

Practicamente nuestro único privacidad.

Pero el valor norteamericano de la privacidad no es ni universal ni simple, y se complica con la hipocresía. Muchos de aquellos que golpean sus pechos a favor de la protección de la privacidad individual creen que los gobiernos y las corporaciones deberían operar con transparencia en todo momento.

Cuando el editor jefe de la revista de sociedad y tecnología, Wired, publicó una defensa de wikileaks “Why Wikileaks is Good for America” (Porqué Wikileaks es bueno para Estados Unidos) (http://www.wired.com/threatlevel/2010/12/wikileaks-editorial/) su argumento era que Wikileaks logrará que la democracia estadounidense sea mejor. En términos de privacidad: la revelación de información supuestamente privada para el gobierno de Estados Unidos es algo bueno.

Pero igual que muchos que defendieron a Wikileaks, Wired no siente lo mismo acerca de este tema. En el artículo “Facebook’s Gone Rouge” ( Facebook se ha alborotado) (http://www.wired.com/epicenter/2010/05/facebook-rogue/), la misma revista persuade de que Facebook ha violado la privacidad de lo usuarios al no permitir suficientes mecanismos para bloquear qué personas pueden ver determinada información que publicamos en la red social.

Parece que el argumento es que deberíamos eliminar todas las variables de la vida social, al ser capaces de controlar cada detalle de lo que se conoce sobre nosotros y quien lo conoce. Cualquiera que tenga un entendimiento posterior de las variables científicas, se percatará de que esto es completamente imposible.

Tanto Wired como otras que no pueden decidir en su definición de sociedad abierta, necesitan reconocer que el éxito de la sociedad americana depende, también, de la apertura entre los ciudadanos. Limitar el conocimiento en un escenario social por el bien único de la privacidad no es bueno para el gobierno, las corporaciones, ni para los individuos.

Incluso con el privilegio que tenemos de conectarnos a redes sociales como Facebook y Twitter, veo que los cubanos están mejor informados, en cuanto a su mundo social inmediato, que nosotros.

Nuestra solución no debería ser abandonar nuestra ampliamente comprendida idea del “derecho a la privacidad”, lo que realmente necesitamos es reconocer que solo porque nosotros creemos en este derecho, no significa que la privacidad sea un requerimiento e incluso una necesidad.

Aquellos que estamos en el campo de la medicina deberíamos estar al tanto de los beneficios y la necesidad de abandonar la privacidad. Cuando realizamos un examen clínico revelamos a una persona por completo. Conocemos bien la frustración de tener un paciente que no es franco y abierto en nuestra búsqueda de su historia.

Los pacientes que mantienen su privacidad no nos permiten obtener buenos resultados en cuanto a la Salud de ellos. Pero cómo podemos culpar a esos pacientes desobedientes cuando la misma idea de la privacidad no permite que nos digamos unos a otros los resultados de un examen.

Graham

Graham Sowa: He vivido en Cuba durante tres años. Me gustaría achacar la pérdida de cabello, que se ve claramente en esta foto actual, a los rigores de la vida aquí y a la escuela de medicina, pero probablemente se deba a cuestiones genéticas. Las amistades más fuertes que he hecho durante mi estancia en Cuba han sido con otros autores de este sitio web. La fuerza de esas amistades casi ha restaurado mi fe de que el mundo en la red puede traer cambios tanto fuera de esta como en la vida real. Me he ajustado a utilizar Internet una o dos horas al mes. Mientras tanto he redescubierto cosas tales como pasar páginas de libros, escribir cosas a mano alzada, y tener que admitir que no sé algo en vez de buscar rápidamente la respuesta en Google mientras el profesor no está mirando.

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3 thoughts on “Privacidad en Estados Unidos y Socialización en Cuba

  • Muy interesante el articulo, pero no concuerdo en ciertos aspectos contigo. Primero, si creo que es diferente la privacidad personal a la de las corporaciones o conglomerado de poderes(con esto me refiero a todo lo que tiene poder , define o influye en la vida de gran numero de personas). Porque es esto, la privacidad personal no afecta a nadie, es solamente influyente en tu vida personal y la de tu familia, pero cuando un gobierno o una transnacional guarda muchos secretos relacionados con operaciones que hace entonces no es justo porque podria afectar a personas que dependen de ella. En el caso de facebook que proporcionas es diferente, estas tratando con la privacidad de las personas, que pueden querer o no compartir con otros, o que simplemente eligen con quien compartir su informacion.
    Estoy de acuerdo contigo en que en EU las personas son asi, coincido en que en parte se debe a las explicaciones que mencionas, pero en el caso particular que pusiste creo que se debe mas a la competencia profesional que desde niños se les inculca en tu pais, eso aqui es muy diferente, aunque aqui existe competencia laboral y profesional nunca va a se como la estadounidense, la lucha por salir adelante alla es mas evidente y disculpame el termino “sanguinaria” por decirlo de algun modo, aqui esa competencia no es tan evidente, porque es dificil repartir cuando no hay nada, pero te aseguro que en cuanto alla por repartir sera igual que en los demas lugares.
    Pero tienes razon en una cosa, a los cubanos no nos interesa que todos conozcan nuestras notas, y cuando las de alguien son malas nos reimos o lloramos todos(esto incluye al dueño de la nota), dependiendo de quien sea la nota.

  • Aprovecho esta tribuna para expresar mi deseo que me acompañen a hacer la revolución mundial del fútbol con la realización del primer Campeonato Mundial de Fútbol Súper Selección de Selecciones (SSS) Cuba 2016. Solo y sin vuestra ayuda, no podré hacer nada…….Proyecto SSS…….

  • Vaya que HT, da por sentado que eso de la pluralidad debe considerarse a rajatabla aún cuando se demerite la calidad de los textos a publicar.

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