Cierran histórico mercado habanero Cuatro Caminos

Graham Sowa

El mercado Cuatro Caminos luce cerrado.

HAVANA TIMES — ​​Durante la última semana de enero, Cuatro Caminos, el más famoso mercado de La Habana , cerró sus puertas al público después de más de 100 años de actividad bajo los  modelos económicos tanto capitalista como comunista.

Aunque vivo a pocas cuadras de este local, que se encuentra en el punto más bajo de la Calzada del Cerro/Monte entre Capitolio y el municipio del Cerro, no escuché los rumores de su cierre hasta principios de febrero.

Los primeros detalles emergieron mientras escuchaba, a escondidas, en la guagua. Todo el que charlaba convino en que el mercado estaba cerrado y que el edificio de dos pisos, que abarca toda una manzana, está programado para ser restaurado. Pero el consenso general terminó ahí.

Un señor mayor  dijo que un inversionista italiano estaba pagando por la restauración; otros  que son los chinos quienes pagarán la factura.  Unos expresaron que demorará dos años, otros comentaron que cuatro. A la mayoría de los pasajeros no parecía importarles en lo absoluto, mucho menos comentar sobre el tema.

Yo, sin embargo,  era uno de los pocos que tenía interés. Lo consideré de provecho periodístico, y algo de lo que podría escribir para Havana Times. Además, realizaba mis compras en Cuatro Caminos.

Así que para conseguir un poco más de información, decidí caminar unas pocas cuadras cuesta abajo y hurgar un poco.

Lo primero que noté mientras me acercaba al mercado, fue la ausencia de vendedores no oficiales en las aceras y en las escaleras del lugar. Por lo general,  realizaba la mitad de  mis compras antes de  entrar en el mercado, comprándole a la gente que  vende cosas ilegalmente.

Pasillo del mercado Cuatro Caminos.

El edificio estaba cerrado como esperaba.  De alguna manera me sorprendió que, junto con las verduras y las carnes del mercado, cerraran también las otras tiendas que existían a lo largo de toda la periferia.

Había cerrado incluso el banco para cambiar dinero, dejando un letrero en la puerta  que informaba que el último día de servicio sería el 27 de enero.

En ese momento me percaté del impacto económico que tiene sobre muchos trabajadores, no pocos vendedores de verduras y carnes están siendo trasladados a otros mercados de la ciudad.

Todos los mercaderes no oficiales habían desaparecido,  lo que significaba que no habría más  queso a precios moderadamente buenos o galletas de chocolate reenpacados o bolsas de plástico de venta.

También faltaba ahora el aroma de los bocaditos de carne de cerdo y la harina de maíz frita que ayudaban a disminuir el hedor de los espesos gases de diesel  de la calle.

Los ancianos que revenden periódicos para hacer unos pesos diarios ya no se apiñaban en los escalones ni cojeaban por toda la calle. Las muchachas de la esquina que venden flores, tal vez los únicos colores pasteles naturales en esta parte de la ciudad, también se habían ido todas.

Había cantidad  de orina y excremento en cada esquina o rincón; bien visibles cuando se seguían las manchas procedentes de la acera hacia el edificio… Supongo que algunas cosas nunca cambian.

Para los que opinaron en la guagua, no vi ningún trabajador chino ni escuché a ningún italiano hablando entre las pocas personas que pululando por el lugar.

No había máquina alguna o signos de restauración que fueran visibles desde las ventanas aseguradas con barreras  de acero improvisadas.

Vi algunos hombres con máscaras de soldar,  pero rápidamente llegué a la conclusión de que estaban allí para poner más barras y para sacar algunas piezas útiles del edificio, tales como instalaciones eléctricas y de plomería.

La gran estructura ahora no es más que un pedazo de cemento y una cubierta de acero.

Un policía que se encontraba en la esquina me dijo más o menos lo mismo que escuché en el autobús: cerró el mercado, tal vez por dos años; y sí, los chinos quizás tenían algo que ver con todo.

Entonces el oficial del orden público me señaló una tienda que vende leche, carne y productos secos, en divisas, al otro lado de la calle.

Algunos guardias de seguridad con miradas aburridas  que se encontraban en la parte trasera del edificio me dijeron lo mismo: el mercado va a ser restaurado.  ¿Adónde fueron todos los trabajadores? Fueron enviados a otros mercados de la agricultura.

En realidad, nadie parecía saber más de lo que ya había escuchado. Si ellos sabían algo más no iban a abrir la boca con un tipo de aspecto súper turístico como yo.

Añadiendo el hecho de que no me sentía con deseos de entablar una larga conversación  “de llegar a conocerte” ni abrir una botella de ron con los guardias solo para obtener más chismes.

Recurriendo a otras fuentes me percaté que Internet no era mucho más revelador.

El único artículo que encontré después de una gran búsqueda en Google fue un artículo de Cubanet, publicado el 17 de febrero, alegando que el mercado de Cuatro Caminos será convertido en un museo, nada más y nada menos que por el historiador de la ciudad, Eusebio Leal.

Igual que muchos otros proyectos cubanos, es probable que no sepamos los detalles hasta que se haga el trabajo, lo que quiere decir que no será sino hasta dentro de mucho tiempo.

Graham

Graham Sowa: He vivido en Cuba durante tres años. Me gustaría achacar la pérdida de cabello, que se ve claramente en esta foto actual, a los rigores de la vida aquí y a la escuela de medicina, pero probablemente se deba a cuestiones genéticas. Las amistades más fuertes que he hecho durante mi estancia en Cuba han sido con otros autores de este sitio web. La fuerza de esas amistades casi ha restaurado mi fe de que el mundo en la red puede traer cambios tanto fuera de esta como en la vida real. Me he ajustado a utilizar Internet una o dos horas al mes. Mientras tanto he redescubierto cosas tales como pasar páginas de libros, escribir cosas a mano alzada, y tener que admitir que no sé algo en vez de buscar rápidamente la respuesta en Google mientras el profesor no está mirando.

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5 thoughts on “Cierran histórico mercado habanero Cuatro Caminos

  • ¿Museo entonces? La mierda que esto se va quedando en los huesos, salao… se va la gente, se desaparecen las costumbres y las buenas maneras, se va lo que valía, que no se vayan los edificios con su función original sería una rareza… ¡porque no se van estos contraijoe… que tienen este caimán al punto de fiambre!

  • La noticia me deja un rara mezcla de alegría y tristeza, pues el “Mercado Único de Cuatro Caminos” marcó mi mayoría de edad laboral, fui allí a trabajar por unos meses, en enero de 1997, y me quedé por 7 años, en ese reciento enorme de concreto viví las más disimiles experiencias; desde estar casi 24 horas trabajando, hasta trabajar a alguien que después no te pagaba. Uno de mis compañeros decía que aquello era “Un Combinado Chiquito”. Dura la vida en el mercado, espacio donde se juntaban lo peor del capitalismo con lo peor del socialismo. Ojala y lo transformen en algo nuevo y eficiente, aunque pienso que debe de seguir siendo un mercado.

  • Mi niñes corrió por esas calles, inundadas de aguaceros, tambores y gente sonriendo siempre. Aún recuerdo claramente a los floreros y amoladores de tijeras con la flautica, nostalgia bella.

  • ¿Que funcionó bajo el modelo capitalista y bajo el modelo comunista? Esa insistencia en llamar comunismo al desastre en Cuba solo puede tener la intención de desdenar el vocablo. Creo que cualquier periodismo que se intente serio debe usar las palabras con propiedad. En Cuba hes tenido y tenemos un capitalismo monopolista de estado, acaso el peor de los capitalismos. Por favor un poco de respeto para las Ciencias Sociales.

  • Ya se ve que a los centrohabaneros nos pega hasta la médula esta mierda… es como se sigue pudriendo esta vaina.

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