Carta abierta a los estadounidenses que viajan a Cuba en grupos de intercambio Pueblo-a-Pueblo

Graham Sowa

Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 30 mar — Queridos compatriotas: Por estos días hemos recibido, en la Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana, varias vistas semanales de grupos de intercambio Pueblo-a-Pueblo. Como es probable que el número de estas visitas aumente me gustaría decirle algunas palabras a los que estén realizando el viaje.

Me encanta que hayan decidido visitar la Isla. Sé que no fue fácil decidirse a venir aquí, y algunos de sus amigos lo habrán mirado de forma extraña cuando dijeron dónde iban. También sé que el viaje no es barato, pero a pesar de los obstáculos, están en camino.

Debido a las actuales restricciones de viajes a Cuba, probablemente ustedes vendrán con una licencia de viaje específica que permita el intercambio pueblo a pueblo. Yo también tengo que usar una licencia de viaje para viajar de Cuba a Estados Unidos.

Igualmente, los cubanos también necesitan un permiso del gobierno para salir de su país. Mi punto de vista es que a todos los que vamos o salimos de Cuba (estadounidenses y cubanos) nos han impuesto restricciones de un lado y del otro. Tengan esto en cuenta como la primera de las muchas áreas de solidaridad que pueden utilizar para relacionarse con sus anfitriones cubanos.

Cuando lleguen a La Habana y suban al autobús se estarán adentrando en un calendario rígido y apretado. Los invito a tener dos cosas en mente:

La primera es, que el Departamento de Estado de los Estados Unidos todavía prohíbe el “turismo” en Cuba; por lo tanto, el proveedor de viajes, en colaboración con una empresa estatal cubana de viajes, han realizado un gran esfuerzo para cumplir con estas reglas y evitar problemas legales a todos los involucrados, especialmente a ustedes.

Esto se logra programando el tiempo en intercambios culturales y viajes informativos, mientras se evitan las cosas “turísticas” como los mojitos en la playa.

Lo segundo que deben conocer es que sus guías turísticos son cubanos a los que se les paga para darles una gira por de su país. A nadie le gusta hablar mal de su casa con extraños.

¿Creen ustedes que si fueran parte de un grupo de turistas que visita  Washington DC,  la guía les diría algo como “esta es la Casa Blanca, aquí yace la base del imperio del mal, que lleva a cabo la globalización capitalista”?

Foto: Caridad

No, ustedes nunca escucharán eso de un guía turístico; lo mismo sucede con los guías cubanos, que serán respetuosos y estarán orgullosos de su país.

Ahora, queridos compatriotas, temo haberlos preocupado un poco. Ustedes podrían estarse preguntando para qué venir a Cuba si no van  poder “poner los pies en la tierra” o  aterrizar en la  “vida real” de la situación cubana.

Para suavizar esos temores y preocupaciones les voy a ofrecer algunas sugerencias y así lograr que sus viajes, extremadamente regulados, sean un poco más … libres. (Por lo menos en espíritu, no así en cuanto al costo)

– Traten de familiarizarse con sus guías inmediatamente, preguntándole por sus familias. Los guías turísticos se pasan 20 horas al día, o más, trabajando para ustedes, durante todo el tiempo que permanecerán en Cuba. Eso quiere decir que los guías no podrán estar cerca de sus familiares, muéstrenles que reconocen eso.

– Pregunten a los trabajadores de turismo qué trabajo realizan cuando no están en las giras. Probablemente se encuentren con un ingeniero, un lingüista, o un profesor. Quizás hasta encuentren a alguien que realiza la misma profesión que ustedes realizan en casa. No tengan miedo a compartir sobre lo que tienen en común.                                                                                                                          

– Cómprenle bebidas a las personas. No tengan miedo a establecer una conversación con un desconocido. Recuerden que incluso si es aburrido o difícil comunicarse, la apretada agenda de viajes los alejará pronto. Usen esto como ventaja y sean sociables, sin temer enredarse durante todo el día o la noche hablando con la misma persona.

– Escabúllanse. Deben hacer esto sin que el ómnibus tenga que esperar por ustedes, así no le faltarán el respeto a los demás invitados y al anfitrión. Una forma de hacer esto es excusándose para ir al baño y luego aparece a la hora prevista, cuando se supone que el autobús debe partir. Esto les dará la oportunidad de alejarse del grupo sin que tengan que salir a buscarlo. Recuerde que el perdón es más fácil que el permiso.

– Propina, propina, propina. Yo no sé por qué los estadounidenses asumimos que fuera de nuestro país nadie necesita recibir propina. Algunas personas que trabajan en la industria turística cubana tuvieron que pagar para obtener sus empleos. La única manera de poner comida sobre la mesa es con los pesos convertibles. Propina.

Por lo tanto, compatriotas, espero que después de leer esto tengan algunas ideas de cómo sacar el máximo provecho de sus viajes a Cuba. Si se sintieran frustrados, intenten recordar que sus viajes son extremadamente regulados por nuestro gobierno. Tal vez deban usar esa frustración cuando lleguen a Estados Unidos,  expresando sus preocupaciones, a sus funcionarios elegidos, acerca de la regulación de los viajes a Cuba.

Voy a concluir con una invitación. Si por casualidad se encuentran en la Escuela Latinoamericana de Medicina, pidan permiso para ir al baño a penas lleguen. Si ven a un tipo alto y flaco, en la parte superior de las escaleras, usando un saco con una bandera estadounidense cosida en la manga, no duden en pedirle un recorrido por el campus. Me aseguraré de que regresen al autobús a tiempo.

¡Buen viaje!

Graham

Graham Sowa: He vivido en Cuba durante tres años. Me gustaría achacar la pérdida de cabello, que se ve claramente en esta foto actual, a los rigores de la vida aquí y a la escuela de medicina, pero probablemente se deba a cuestiones genéticas. Las amistades más fuertes que he hecho durante mi estancia en Cuba han sido con otros autores de este sitio web. La fuerza de esas amistades casi ha restaurado mi fe de que el mundo en la red puede traer cambios tanto fuera de esta como en la vida real. Me he ajustado a utilizar Internet una o dos horas al mes. Mientras tanto he redescubierto cosas tales como pasar páginas de libros, escribir cosas a mano alzada, y tener que admitir que no sé algo en vez de buscar rápidamente la respuesta en Google mientras el profesor no está mirando.

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2 thoughts on “Carta abierta a los estadounidenses que viajan a Cuba en grupos de intercambio Pueblo-a-Pueblo

  • Grahan, este post esta mejor !

    Como tu estoy de acuerdo que las restricciones de ambas partes son malas. Los únicos que sufren con ellas somos nosotros.
    Con respecto a la propina es necesario recordar que la inmensa mayoría de Cubanos recibe como salario menos de 1 dolar por día. Por lo que cualquier ayuda es buena aunque sea poca. Creo que es preferible poca ayuda a muchos que mucha ayuda a uno.

  • jejejee Siempre tienes algo entre manos.. bueno o no.. interesante este post..

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