La lección del Papa

Francisco Castro

Benedicto XVI en Cuba. Marzo 2012.

HAVANA TIMES — Para decir “renuncio” se necesita de gran valentía. Fue uno de los comentarios hechos por portavoces del Vaticano, ante la decisión de Benedicto XVI, de renunciar a su misión como máximo representante de la Iglesia católica.

Razones de salud lo llevaron a tomar esta decisión. Es lógico que, ante la imposibilidad de cumplir a cabalidad las tareas asignadas a su cargo, dé un paso al lado para que otro, con las condiciones adecuadas, continúe su labor.

La conmoción viene, sobre todo, porque hace más de cinco siglos que no sucede algo como esto. El fin de la misión del Papa lo decidía su fallecimiento. Pero esa no es la ley. Estos hombres están en todo su derecho a tomar esta decisión. Y yo diría que es su deber.

Creo que además de valentía, tomar esta desición implica también una gran responsabilidad, amor y respeto por la tarea a cumplir, por los beneficiarios de esta labor, deseos de que se cumplan correctamente estas tareas, de que las cosas funcionen bien, como debe ser.

Pero hay algo que, por encima de todo, hay que tener para llegar a la conclusión de Benedicto XVI: modestia.

La Historia está llena de dirigentes vanidosos que engrosa el Star System de los jefes. Estos individuos no están demasiado interesados en cumplir con su deber. Lo más importante es aparecer todos los días, en todos los órganos de prensa, varias veces. Ser los protagonistas de muchos titulares, hacer sonar sus nombres y mostrar las dentaduras relucientes en sendas fotografías.

No hablemos ya de las prebendas incluidas en el contrato. Esto, no por muy mencionado, deja de tener impacto. Dicho en cubano, hay que salvar la finquita. El carrito, la casita…, y por encima de todo, la inmunidad — ¿o debería decir impunidad?

Ya sabemos de las cientos de viviendas entregadas cada año en Cuba, las miles de escuelas primarias abiertas, los innumerables servicios de salud gratuitos que se prestan… todos los globos que se inflan uno tras otro, una y otra vez, y tantas veces.

Globos que terminan reventando en el aire, cuyas consecuencias las pagan, como es históricamente sabido, los más necesitados.

Que nos sirva a todos la lección. Si queremos hacer efectivo el sueño de un mundo mejor, midamos nuestras capacidades, y trabajemos en función de estas.

No hay nada de inteligente o heroico en comprometerse con una tarea que no podremos cumplir, solo por demostrar que podemos dar el paso al frente. Y mucho menos para sacarles provecho personal. Para egoísta Dios.

Francisco Castro

Francisco Castro: Todo se vuelve más simple cuando uno cruza la línea de los treinta años. Que no significa que sea más fácil, sino más bien, todo lo contrario. Ahí estoy yo, del otro lado de la línea, tratando de averiguar, con lo poco que sé de arte, política, economía…, vida, cómo seguir sin romper algunos juramentos que parecían esenciales, cómo no claudicar, cómo hacer de los años vividos, un faro hacia el futuro.

4 thoughts on “La lección del Papa

  • Muy buen articulo!!! Gracias Francisco!!!

  • Un verdadero líder no deja una tarea inconclusa, mas valentía es cobardía, renunciar no conlleva riesgos, hacer lo que tenia miedo hacer, acabar la corrupción en el Vaticano, aplicar medidas radicalices contra los pedofilos, y los curas homosexuales eso si requería valor, en una Roma Pontificia llena de hipocresía, el bien sabia que su vida estaba en peligro, como muchos otros bien intencionados que fueron acecinados en eso que llaman santa cede, y prefirió dejar el clavo caliente a otro y el pasar a una lujosa mansión de reposo.
    Cuba es ni mas ni menos igual que todos los países en cuanto a personas de bien y oportunistas, pero las mierdas que hablas desconociendo los logros de la revolución muchas veces tomados como ejemplo por organismos internacionales como la ONU, es una infamia, y no seria extraño salieran de la boca de un maricón.

  • Ojo, Demetro, que con el insulto vas a conseguir lo contrario a lo que te propones…

  • Fuera de insultar no se que otra cosa se propone Demetrio ademas de decir un bando de sandeces. Yo no se si el autor es homosexual o no ni me interesa pero lo peor es que eso no viene al caso, el articulo ni siquiera es sobre ese tema. Del resto de su comentario ni hablar…

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