La estrategia de la hiena

Francisco Castro

HAVANA TIMES — Pocas veces en la vida he tenido la oportunidad de ser víctima de lo que pienso. Y digo oportunidad porque, al ser víctima, se añade una razón de peso a ese criterio, objeto de ataque.

La División de Dramatizados de la Televisión Cubana tiene un Grupo de Creación, integrado por directores, asesores y escritores, que se encargan de analizar los guiones de dramatizados unitarios que posteriormente compra la División para su producción.

Los criterios de análisis y selección que se manejan en este grupo han sido criticados por casi todos los directores o escritores que se han visto afectados por las decisiones tomadas en las sesiones de trabajo, (aunque nunca han sido críticas constructivas, y menos se han hecho frente al grupo) a algunas de cuyas sesiones he asistido con el objetivo de unirme al grupo y participar activamente, cosa esta que me haría visible en el grupo y me proporcionaría trabajo.

Luego de advertir que los análisis que se realizan allí, en efecto son cuestionables, (se emiten criterios como: “me gusta”, “yo cambiaría el final”, “este personaje no tiene mucha fuerza”, e incluso “ay no me acuerdo de ese guión”).

Pues, salvo mínimas excepciones, no se habla de estructuras dramáticas, paradigmas de Syd Field, caracterizaciones psicológicas, y mucho menos se hace justicia al nombre del grupo, pues no se “crea” nada, (cuando se supone que en un verdadero grupo de creación se analice un guión desde la idea primigenia, y se emitan criterios que impulsen la escritura hasta un final feliz) decidí expresar mi opinión sobre lo que creía que funcionaba mal en el grupo, y que era la causa primera de una producción cuando menos mediocre.

Lo que luego se me vino encima me recuerda un texto que José Milián pone en boca de Virgilio en su obra Si vas a comer, espera por Virgilio: “Y cuando se me ocurrió dar mi opinión, honestamente, por poco soy devorado por unos defensores del arte de la confusión cultural, probablemente biznietos o tataranietos… de la mediocridad”.

Pero ese ataque que recibí (luego se comentaría por los pasillos que me habían puesto como un zapato viejo, y me habían llamado hasta autosuficiente, cosa que es mentira) no alcanzó connotaciones de bajeza y falta de ética hasta hace poco, cuando se informó en el grupo que se estaba gestando un programa para Cubavisión, la revista del audiovisual cubano, en el que se visualizarían las obras realizadas por la televisión y el resto de las productoras del país, precedidas por un análisis temático realizado por especialistas de diferentes disciplinas, entre otras secciones.

La idea fue aprobada por todos, y se interesaron en saber quién dirigiría el programa. Al enterarse de que era yo, enseguida pusieron el grito en el cielo y dijeron que cómo alguien que evidentemente no creía en el trabajo que ellos realizaban, (lo que dijeron fue que yo decía que lo que ellos hacían era una mierda) se iba a encargar de promocionar sus obras.

Y enseguida, sin mediar otro análisis, y sin ser notificado, fui eliminado como director del programa, después de haber trabajado en la rescritura del proyecto y en la búsqueda y clasificación de obras realizadas de forma independiente.

Como a Virgilio, en la obra que antes mencioné, sentí deseos de escupir mi malestar, y pensé en llegarme al grupo y armar tremendo escándalo. Pero por suerte, pasé antes por las manos de tres amigos que me persuadieron de no hacerlo, pues solo estaría dándoles motivos para mi expulsión del ICRT.

Deseos de desaparecer de allí no me faltaban. Por suerte una de mis virtudes es que escucho a mis amigos, y después de que se me enfrió la sangre, me di cuenta de que es otra y mejor la forma de demostrar que ellos están equivocados.

Francisco Castro

Francisco Castro: Todo se vuelve más simple cuando uno cruza la línea de los treinta años. Que no significa que sea más fácil, sino más bien, todo lo contrario. Ahí estoy yo, del otro lado de la línea, tratando de averiguar, con lo poco que sé de arte, política, economía…, vida, cómo seguir sin romper algunos juramentos que parecían esenciales, cómo no claudicar, cómo hacer de los años vividos, un faro hacia el futuro.

4 thoughts on “La estrategia de la hiena

  • No siempre será así Fran. Saludos

  • A ver, mi niño. ¿A usted alguien le pidió opinión sobre lo que a su juicio funcionaba mal en ese grupo?

    Hay que tener un poquito de humildad en la vida. Vas ahí esperando conseguir trabajo y te pones en planes de destruirlos (así lo vieron ellos) ¿Aún esperas que te den un voto favorable de vuelta? Así no funciona la vida.

    Esa gente probablemente lleva años ahí, casi seguro que tienen tantos, o más, años de estudio que tú, mal que bien gozan de la confianza de los dueños de la finca ICRT. El que pretende entrar tiene que acoplares a lo que hay, o se queda fuera.

    ¿Quien gana o pierde más?

  • ¡Hola Francisco!

    Lamento mucho lo que cuentas.

    Ha sido sabia la decisión de escuchar a tus amigos. Cuando se pierde una batalla no está dicho que se haya perdido la guerra. La sabiduría popular dice que “lo que no te mata te hace más fuerte”.

    Cierto que, en un ambiente asfixiantemente mediocre e hipócrita además de idelógicamente maniatado, es muy difícil poder trabajar con dignidad sea creativa que personal. Lo importante es que esa atmósfera nunca te contagie y que tú puedas estar siempre en paz con tu conciencia.

    Te envío mis mejores deseos para que puedas obtener nuevos éxitos profesionales.

    Saludos.

    Dhaniel.

  • Un recorrido por el ICRT es capaz de hacer nacer en cualquiera el deseo de coger una lancha para Miami, simplemente. Los canales habituales del ICRT: Cubavision, Telerebelde, etc no tienen arreglo, las mejorías en la televisión han sido si no todas , la mayoría, producto de la creación de nuevos canales, como Canal Habana, donde la gente joven puede ir a trabajar, en un ambiente un poco mejor, lejos de los mediocres que abundan en el edificio central que terminan formando piñas que finalmente se convierten en mafias.

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