Eres fuerte

Necesitas un tiempo de paz, encerrarte en una burbuja para dejar de lado el dinero que no alcanza.

Por Fabiana del Valle

HAVANA TIMES – Eres fuerte, eres fuerte, repites el mantra cada noche acostada en la cama y aprietas los ojos para espantar imágenes que te agobian. No los abras, te dices, el sueño llegará a su fin.

Necesitas un tiempo de paz, encerrarte en una burbuja para dejar de lado el dinero que no alcanza, regresar a la casa con manos vacías después de varias horas en cola, los trámites legales pendientes que no avanzan porque ya nadie quiere hacer bien su trabajo. De paso intentas aplacar el dolor dejado por aquellos que se fueron, unos buscando esperanza, otros perdidos en el camino de lo desconocido.

Te sientas esa noche con tu pareja y deciden juntos marginar las paredes que se filtran o los agujeros del suelo, esas remodelaciones urgentes aplazadas cada mes. Diciembre se acerca, tienen prioridad en el plan del nuevo año.

Comparten unos tragos frente a la laptop viendo videos de esas bandas de rock que les gustan y se sienten bien. Sonríen, se besan, desdeñan la tecla Delete porque no funciona, el falso contacto del mouse y las bocinas, el precio del ron.

La comida esta lista y se enfría pero después de comer solo queda acostarse a dormir, es temprano aún. Una señora en la otra cuadra vende paquetes con galletas, son caros pero no quieren pensar en eso. La noche es para olvidar.

Él se pone los zapatos, coge el dinero, da dos pasos, solo dos pasos para quedar envueltos en la oscuridad absoluta. El tiempo se detiene e intentan ubicarse en la habitación iluminada levemente por la pantalla de la laptop.

Entonces ríes, tu carcajada lo contagia. Deberían vociferar, hablar mal del gobierno pero no pueden. Se sienten ridículos en el intento de pasar unas horas tranquilas, más chistosos que los payasos del circo sin carpa que en esos días se presenta en el pueblo.

Se bañan y comen en la penumbra, en la cama espantan los mosquitos mientras ven videos en youtube. Entre tutoriales de peceras, feministas humilladas, declaraciones contra la dictadura, mascotas chistosas, restauraciones, se quedan dormidos.

A las 5:00 am suena la alarma, debes levantarte para ir a la casa de tus padres. Son treinta kilómetros y como vas a llevar peces prefieres salir temprano a luchar un transporte lo más rápido posible. No sabes a qué hora llegó la luz.

Antes de entrar al baño te envuelve de nuevo la oscuridad. Esta vez no ríes, de tu boca salen emojis de ira. Eres fuerte, repites en silencio y te calmas.

Se alumbran con la linterna del móvil para pasar los peces desde las peceras hasta las bolsas. Recoges todo lo que necesitas y sales para la autopista. Ese día encuentras transporte rápido, te despides de tu pareja.

Todavía faltan cinco kilómetros para llegar, avanzas dos en un coche a caballo. Esta vez la espera será larga. Acomodas la jaba con los peces, vigilas que sigan con oxígeno, rezas por una mano milagrosa que te saque de ahí.

Después de una hora levantas la vista, en el horizonte las montañas azules te llaman. Valoras el peso de la carga. Eres fuerte y das el primer paso.

El sol ya está caliente, cambias la jaba de mano para aliviar los dedos pero no te detienes. Esquivas los huecos en el asfalto, el excremento que intenta manchar tus tenis blancos y sigues porque parar no es opción, los milagros no existen.

Esta es tu lucha, tu día a día, el camino continúa y no puedes desistir. Eres fuerte, morir no es opción cuando queda aún una chispa de vida.

Al fin llegas a casa.

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Fabiana del Valle

Fui una niña que soñaba con colores y letras capaces de lograr las novelas más leídas o esos poemas que conquistan a corazones rebeldes. Hoy cerca de los cuarenta, con los pies firmes en esta isla, dejo que el pincel y las palabras sean eco de mi voz. Esa que llevo apretada, prisionera de las circunstancias y mis miedos.