Sufrir para celebrar
HAVANA TIMES – Se aproxima el cumpleaños de mi abuela, tal vez el último, y mi madre saca sus ahorros. Por su sonrisa pareciera que el pequeño bulto entre sus manos es de billetes de mil. Pero son billetes de 1 y de 5 pesos. Aun así le pregunta a la abuela qué quiere de regalo y ella contesta: un cake.
Años atrás, el cake lo hubiéramos hecho juntas y el momento hubiese sido de comunión: risas y remembranzas impregnarían el ambiente. La abuela no solo disfrutaría de un cake de chocolate o fresa, sino de una torta de amor.
Confeccionar un cake en casa requiere: huevos, leche, harina, polvo de hornear y aceite entre otras exquisiteces de la repostería, impensables para los que vivimos de trabajar. Así que con mi mejor sonrisa invité a mi madre al cajero automático y durante tres horas de cola fantaseamos con encontrar un cake barato.
Una vez concluido este amargo y sudoroso momento nos dimos a la tarea de sacar cuentas: jubilación de 1600 de mi madre, más mi salario de 5000, ambos para todo el mes. Resultando al cierre del balance un importe de 2000 destinados al cake. La tristeza de mi madre fue para mí un balazo. La abracé, le prometí que haríamos maravillas con el resto del dinero durante el mes y compramos un cake de 2700, un poquito más grande.
En la actualidad, comprar una panetela para agasajar a algún familiar es un acto que requiere de una gran dosis de desprendimiento y sacrificio. Es defender una forma de vida que nos han arrebatado. La miseria de la mayoría al servicio de una minoría.
Las interrogantes sobran: ¿Porqué no puedo decidir cómo quiero vivir? ¿Es que siempre tenemos que dejar algo para obtener otra cosa a cambio? ¿Es que la gente trabajadora, la que dora su piel a la intemperie, la que va de remiendos, tiene que renunciar no solo a comer digna y saludablemente, sino también a sus costumbres? ¿Es que acaso tenemos que padecer la desmemoria de maneras y tradiciones legadas por los que nos antecedieron?
Ninguna ideología se merece tanto sufrimiento de un pueblo, aunque está claro que el asunto no es de ideología ni de ideas, es de un grupúsculo que vive muy bien a costa del resto. Su abuela volverá a cumplir años, ya veremos si tendrá un cake para celebrarlo.