Necesitas ser feliz
HAVANA TIMES – Toparse con edificios en ruinas en la Habana Vieja es habitual. Pero si la edificación en cuestión ostenta un grafiti con la frase: ‘’necesitas ser feliz’’, de seguro el ritmo de tu día se trasforma.
Durante el resto de la mañana me mantuve enfocada en descifrar la intensión del grafitero: ¿un llamado de alerta?, ¿un recordatorio de que la felicidad es un derecho humano?
En el contexto de la Cuba de hoy la Felicidad es un estado cuestionable. Todos sabemos que la Felicidad es subjetiva y depende de cómo miramos la vida, de nuestra capacidad para enfrentar los desafíos, los planes y objetivos que nos trazamos y de nuestras prioridades. Pero ¿qué sucede cuando no podemos llevar a cabo nuestros planes por impedimentos que escapan de nuestro alcance, cuando no podemos alcanzar la plenitud emocional porque estamos enfrascados en sobrevivir?
Lograr y mantener la sanidad mental en un entorno que te priva de las necesidades básicas, es una utopía. Enfrentar la realidad sin afeites requiere una resiliencia que no todos poseen.
Hablar de la Felicidad cuando el día a día del cubano es una avalancha de incertidumbres es una afrenta que vale la pena enumerar: escasez de alimentos, de medicinas, de agua, de trasporte, salario insuficiente, falta de atención a los ancianos y familias fracturadas por la emigración.
Si la carencia nos provoca estrés, si no podemos conciliarnos con la realidad que nos impide alcanzar nuestras metas, si la positividad se limita a decretar que conseguiremos al menos arroz con frijoles para almorzar y comer, que poseamos luz y agua al menos por unas horas, que nuestros equipos no se rompan con los apagones… Pues entonces invito a la Felicidad que pase una temporada en Cuba, de seguro al marcharse se irá hermanada con la pesadumbre.