Las salchichas de mi vecina

Esther Zoza

HAVANA TIMES – En un edificio multifamiliar se comparten todos los ruidos, si descargas el baño se escucha el sonido del agua, también los murmullos del amor y, por supuesto, las conversaciones, máxime cuando se eleva el tono de la voz.

Esta semana ocurrió algo inusual en el mío: la casa de mi vecina, habitualmente tranquila, se convirtió en un gallinero. La llegada de su hijo siempre fue motivo de regocijo para toda la familia, pero en esta ocasión, producto de la irrupción de los perros calientes (salchichas) en la libreta de abastecimiento, la fiesta habitual se transformó en un verdadero guirigay, como dicen los guajiros.

La querella familiar versaba sobre la venta en la carnicería de los paquetes de salchichas. Nada, que desinformado el hijo de mi vecina, preparó sendos panes con dos pe-rri-tos calientes para él, su mujer y su hija. En Cuba, la mayoría de los jóvenes no están al tanto de los sin sabores de los productos alimenticios y delegan las compras en sus esposas o madres. En la provincia de Matanzas, donde vive el hijo, aún esta modalidad de vender las salchichas racionadas no se había puesto en práctica, además hacía mucho que no se vendían ni en las tiendas en divisas.

Cuando mi vecina llegó a la casa puso el grito en el cielo. En un núcleo familiar de cinco personas solo tocan dos paquetes de 10 salchichas, es decir, cuatro salchichas por personas.

La disputa puso sobre aviso al resto de los inquilinos, que escuchaban por los balcones, mientras la muchachada comenzó a cantar: ¡tocan cuatro, cuatro perritos por persona! Claro, que los paseantes no podían imaginar que aquella algazara estuviera relacionada con las traviesas salchichas, que después de gozar tantos años de libertad en los comercios, ahora regresan cada tres meses a la carnicería, como otro producto controlado por la libreta de abastecimientos. 

Esther Zoza

Nací en la década del 60. Amo a mi país y a su gente sencilla y sacrificada. Gusto de las artes, en particular la literatura. En la música disfruto de la trova tradicional y contemporánea, también de la ópera y la música instrumental. Respeto todas las religiones. Me gustan los temas esotéricos y místicos, además disfruto de los enigmas del universo. Creo sobre todas las cosas en Dios. Soy persistente y disciplinada para cumplir mis metas. Me gusta el campo. Vivo cerca del mar. Creo en las relaciones de pareja y en el amor en todas sus manifestaciones.

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3 thoughts on “Las salchichas de mi vecina

  • Para que tanto alboroto por alimento tan dañino, no lo entiendo. Ni que fuera pescado. En verdad el pueblo está tan hambriento que celebra con migajas, como cuando los reyes en la Edad Media le arrojaban huesos a los sirvientes.

  • Esos perros son muy malos, principalmente el brasileño que sabe a pellejo y grasa de pollo. Lamentablemente no hay otra opción.

  • Ya se ha normalizado el producto de la discordia…pero que bochorno consumir este producto considerado comida chatarra como plato fuerte en la mesa del cubano…tan rico un bistec de res con papitas fritas…el cerebro y sus neuronas recibirían una buena tranfusión…

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