El Cine Actualidades de La Habana
HAVANA TIMES – El deterioro de los cines en Cuba es un dolor compartido por todos los que nacimos en esta Isla. En la Ciudad de la Habana, mi ciudad, la pena te sobrecoge cuando menos lo esperas, y un día de paseo puede transformarse en un rencuentro con la historia y la indolencia.
Transitar por la calle Monserrate y encontrar el cine Actualidades con sus vidrieras cubiertas de tablones de maderas, sumido en un abandono total, habla por sí solo.
Documentado como el primer cine de Cuba, abrió sus puertas en 1906. Desde entonces su influencia en la vida cultural del país no se detuvo. Tras él una onda expansiva de cines inundó la capital.
En las salas de este emblemático sitial descubrió Cabrera Infante, Premio Cervantes de Las Letras, el sortilegio del cine. Encantamiento que lo llevaría a recrearlo en sus crónicas y en diferentes revistas y periódicos de los años cincuenta. Posteriormente relataría su influjo en sus célebres novelas: Los tres tristes tigres y La Habana para un infante difunto.
Venerado por la gente común de los barrios habaneros, inspirador, cautivador, catalizador del despertar espiritual, el cine devino en sitio de disfrute de las familias y amigos. Lugar de sondeos amorosos y besos furtivos, donde muchas parejas encontraron el amor, se abrió paso en la memoria de la ciudad.
En el mes de diciembre del año 1979 comienza una nueva etapa para el Actualidades. El inicio del Festival de Nuevo Cine Latinoamericano lo convierte en una de sus sedes principales. Sus salas se colmaron desde entonces de una juventud amante del cine, labor que desempeñó con dignidad y el respeto de todos los cinéfilos hasta después de la década de los 90.
Para esa fecha el deterioro de su mueblería, unido a las plagas de chinches, la falta de agua de sus instalaciones sanitarias, y el desprendimiento de sus techos, llevó a su cierre. Cierre que delata desde esa temprana fecha la desidia, la falta de gestión y conocimiento de las autoridades culturales de la ciudad. A pesar de estar entre uno de los proyectos de reconstrucción de la Oficina del Historiador de la Ciudad, duerme el sueño eterno esperando el toque de Midas.