Correos de amor

Por Esther Zoza

HAVANA TIMES – Ahora que el mundo se hermana en el dolor y la pérdida por la Covid 19, en Cuba, como en otros tantos lugares, la gente se envía mensajes de aliento y esperanza mediante correos o SMS.

A través de la historia de la humanidad se ha demostrado que en los momentos de crisis aflora lo mejor del ser humano. El altruismo y la compasión han desbordado los hogares de cientos de cubanos. Muchos jóvenes y no tan jóvenes se ofrecen como voluntarios para cuidar enfermos, llevar alimentos y medicamentos a los ancianos que viven solos, poniendo en riesgo su salud. Otros encuentran dentro de sí herramientas que desconocían.

Tengo una amiga que, tras lidiar con un día agotador, en el cual ha hecho crecer tallos, hojas y tubérculos en sus cacerolas y ha ejercido como árbitro de caracteres entre los cuatro miembros de su familia, se sienta a las doce de la noche a enviar correos esperanzadores e inteligentes a sus amigos.

El día que por fortuna recibí uno de ellos, me sentí bendecida.  No solo porque algunos de los textos que me llegaban me remontaban a una sabiduría ancestral, sino porque me los enviaba una mujer inmersa en una denodada lucha por sobrevivir y mantener la salud física y mental de sus seres queridos. Una mujer expuesta a situaciones límites en una casa muy pequeña, donde vive hacinada con su hijo adulto, su esposo, su madre y su hermano. Una mujer con un mundo espiritual que decidió compartir con otros, y de esa manera colaborar en la salud de muchos.

De más está decirles que inmediatamente sentí una inmensa necesidad de búsqueda, una sed insaciable de leer y de poner mis conocimientos al servicio de los demás; encontré una recopilación de frases que, aunque sacadas de contexto, muchas tienen valor y gran vigencia. Hay una del filósofo Epicuro de Samos, que quiero compartir, porque ayuda a ver la vida diferente: El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo.

En tiempos de crisis, el ser humano se conoce mejor a sí mismo, busca mecanismos para proteger su salud mental y la de sus amigos, conocidos y vecinos. Una lectura que nos lleve a un estado emocional positivo, que desborde en nosotros sentimientos de amor y fe, siempre es bien recibida.