Visita al vertedero Calle 100

Erasmo Calzadilla

Aura agonizando.

HAVANA TIMES, Jan. 24 — Presenciar el vertedero de una ciudad es una experiencia sobrecogedora.  Sobre todo si está al aire libre y decenas de personas más cientos de animales pululan sobre ella.

Al aterradero de Calle 100 va a parar hace 35 años el  80 percent de los residuos sólidos de la capital.  Pasaba casualmente por la zona con un amigo y alertado por un artículo de Juventude Rebelde acerca de la existencia de este foco de pudrición y agravio ambiental decidimos contemplar el sublime espectáculo con nuestros propios ojos.

Polvo en el basurero.

Mientras nos acercábamos al sitio por veredas entre herbazales el panorama se iba poniendo impresionante.  La bienvenida nos la dio una tiñosa (buitre) padeciendo.  Miles de aves de varias especies hacen su vida y embellecen de algún modo el basurero.

Esta cabezicalva pudo enfermar de cualquier cosa, pero probablemente bebió de las charcas pestilentes que bordean el basurero y la carga de los metales pesados no le ha dejado levantar el vuelo. Afirman los expertos que los niveles de metales en las aguas que lixivian del vertedero (y que pasan luego al manto freático y los ríos) son incompatibles con la vida.

Trabajando.

Andábamos medio perdidos sin saber qué trillo tomar, así estuvimos un rato hasta que de la nada apareció una anciana que nos indicó el camino.  Era de tez negra, pero de tanto polvo que traía encima (cabeza y pestañas incluidas) más bien parecía ceniza.  Quedamos mudos por un rato y a ninguno de los dos se le ocurrió hacerle una foto; ni ayudarla con el saco de latas que había cosechado en la jornada.

Ya en las mismas puertas del averno la cosa se puso en verdad fea.  Los camiones pasaban con su carga y levantaban tal polvoreada que era imposible ver ni respirar; por suerte ninguno de los dos es asmático.

Basura.

Hacia zonas menos traficadas y más habitadas, varios piquetes de mujeres y hombres hurgaban entre la basura, buscando supongo, objetos que pudieran luego vender.  Desconozco si eran trabajadores oficiales u obreros por cuenta propia y no me atreví a preguntarles, pero en verdad no parecía gente triste o incómoda con su labor.

Cocker.

Al contrario jaraneaban todo el tiempo y se burlaban de nuestra facha de campistas.  ¿Alguien les habrá explicado los riesgos de su peculiar oficio? ¿Será que no les queda otra opción o es que se han adaptado tan bien que ya no buscan mejoría?

A punto de la retirada volvimos a topar con la guadaña merodeando ahora a un perrito que alguna vez fue un lindo Cocker.  En ese momento no supe qué hacer por él, pero su imagen me viene a la cabeza todos los días, sobre todo cuando llueve y hace frío.

Erasmo Calzadilla

Erasmo Calzadilla: Qué difícil me resulta introducirme en público; lo he intentado muchas veces pero no me sale. Soy más menos lo que aparento en mis post, añada algunas cualidades impresentables y revuelva; con eso debería bastar para un primer acercamiento. Si quiere profundizar un poco más pídame una cita y espere respuesta.

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One thought on “Visita al vertedero Calle 100

  • Qué tal conciudadano, te dejé escrito ayer un comentario aquí pero parece que no ocurrió bien el proceso para postearlo, o qué se yo. un saludo. escribe algo filosófico para echarla.

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