Pero se mueve
Erasmo Calzadilla
Conozco un ejemplo vivo y concreto de que las cosas están al fin cambiando ¿cuál, o más bien quién? Pues yo mismo.
Si, hay que ser optimista. Es cierto que me expulsaron de una escuela y me han negado la entrada a otra, pero aún sigo de profesor en una Universidad municipal, aunque sea de contrato.
En otras circunstancias por lo que escribo en el Havana Times ya hace rato estuviera de paticas en la calle, sin complicaciones ni explicaciones que para eso es una contrata.
Y al contrario, me pidieron el papeleo para el semestre que viene, y he matriculado en una maestría sobre pedagogía universitaria.
O me están dando cordel para luego recogerlo cuando menos lo espere, o me quieren de ejemplo de que las cosas están cambiando, o en verdad están cambiando.
¿Será que no se han dado cuenta? Difícil. Si hay un equipo eficiente en este país es el encargado de la vigilancia política.
Miremos en derredor. El ambiente sociopolítico no se parece a los 80, siquiera a los 90. Ya no se nos puede tratar como antes, ahora sabemos que las diferencias de criterio no son desviaciones de la recta verdad, y que protestar no es sinónimo de apoyar al imperialismo.
No es que los líderes se hayan vuelto generosos; con la ruina de la empresa estatal la gente ha ido raspando estillas de libertad y ha comenzado a ver el mundo de una manera distinta.
En estos días difíciles de alto desempleo y plazas laborales congeladas en toda la ciudad, es un alivio saber que estaré contratado, al menos durante el semestre que ahora empieza.
Eerasmo leo siempre todos tus trabajos, me gusta tu estilo y mucho más los temas espinosos que abordas; pero creo que eres muy pesimista, siento a veces que más que quejarte por el mal fucionamiento de nuestra sociedad llevas mucha amargura dentro.
El primer comentario parece que da al clavo… ha de ser amargura lo tuyo, no conozco bien a bien el remedio ante eso, sólo puedo decirte que quizá alguna infusión de hierba determinada podría ayudarte en ello, o en todo caso la siguiente propuesta:
Me parece que estás padeciendo algún estrés supremo, te estás viendo afectado por algún delirio de persecución OFICIAL o padecimiento similar. Mira, lo que te hace falta es innovar en Cuba algo similar a la fascinante idea promovida en la capital mexicana: «UN CLUB DE OPTIMISTAS»; uno de esos sitios a donde acuden los desempleados, exsecuestrados, profesionistas frustrados, madres solteras con hijos provenientes de una violación -hubo denuncia ante las autoridades, no atentida, eso cuenta-, alcohólicos en recuperación (no se sabe bien quién determinó que aquello era enfermedad), y demás seres de baja autoestima, claro, producto de sus paranoias, sus fobias y raquitismo espiritual más que la decadencia social y la innoperancia de las pseudoautoridades… por supuesto que asumimos que la gente que conformaría los «CLUBES DE OPTIMISMO EN LA HABANA» serían de distintos orígenes: doctores(postgraduados), disidentes políticos, profesionistas y estudiantes con capacidad crítica, y todo aquél ciudadano que siente pisoteado sus derechos civiles y de una u otra forma lo hace notar o no. En dichos centros de reunión se puede refritear cualquier discurso de aquellos donde se hace alarde de la gran capacidad que poseemos los seres humanos para lograr el mutis necesario dependiendo de la sociedad en donde nos desenvolvamos y a su vez se desarrolla una virtud denominada oídos sordos, partiendo del dominio de ambas técnicas todo llega a ser miel sobre hojuelas: se comienza a vivir para adentro -no preguntar cómo es eso, lo ignoro aún- bajo un estado de satisfacción y plenitud que sobrepasa las carencias materiales y el deterioro social. Claro que esta es sólo una propuesta, debe haber cientos de alternativas, cientos…
acere di el «Pero se mueve» bajito oiste.