La plataforma petrolera y el amigo Frank

Erasmo Calzadilla

Plataforma petrolero. wikipedia.org

Rondaba los 20 cuando me llamó el servicio militar y mi buena salud y mucha inocencia me llevaron a pasarlo de buzo en la Marina de Guerra Revolucionaria.

Otros muchachos del mismo pre entraron conmigo en la marina, entre ellos uno con quien no tenía mucho roce y al que sus padres nombraron Frank Cordero.

Una vez pelados al rape, la chola de Frank parecía muy picuda hacia arriba, como la de las estatuas de las islas de Pascua, pero los reclutas que no tenían ese referente comenzaron a llamarlo cariñosamente Cabeza de pinga, en realidad todos teníamos un nombrete.

Al principio creíamos ilusos que como “delfínes” nos sobrarían las aventuras, y las hubo, solo que acompañadas de mucha hambre, malacrianzas de los jefes y guardias nocturnas tan seguidas que el cuerpo pedía comida y cama, mas no agua.

Como era de esperar verde no fue tan guai como lo imaginamos, sobraban los malos ratos y los mosquitos en la bahía del mariel, pero casi a punto de concluir el tiempo reglamentario apareció de la nada una interesantísima misión y quiso la gracia que a Frank y a mi nos tocara ir juntos.

Ya en aquel momento nuestra mentalidad se había templado, sobre todo jugando a “piedra, tijera papel” durante los entrenamientos bajo del agua.

La misión consistía en velar por la seguridad de una plataforma petrolífera a varias millas de las playas de varadero, (semejante a la que recientemente explotó en el golfo de México), pero tan lejos que no se veían las costas.

Pasábamos varias semanas arriba de un yate rondando la plataforma que era como un  gigantesco mogote sobresaliendo del mar. Tenía un aspecto impresionante, particularmente en las noches cuando sus luces brillaban en la negritud del océano circundante. Acostados en el techo del yate, justo bajo otro más de estrellas pasábamos Frank y yo buen rato de la noche metiéndonos mentira y soñando. Mientras tanto la radio anunciaba el constante entrar y salir de lanchas rápidas desde y para los EEUU: corría el año 1994.

Pero por el día la cosa se ponía emocionante, sobre todo cuando nos acercábamos a las playas de los cayos, llenas de iguanas, jutías y turistas semidesnudas… ¡con el ataque que teníamos!, pero las tres especies resultaron ser demasiado huidizas y teníamos que contentarnos con mirar de lejos.

El trabajo lo matábamos rápido: una vez al día nos lanzábamos con tanques a revisar las 4 piernas de la plataforma, bajo cuya sombra guarecíanse miles de peses y varias decenas de impresionantes picúas. Las picúas o barracudas, señoras de aquel oasis acuático, formaban, ¿curiosas o celosas? un círculo a nuestro alrededor, y así se mantenían hasta que abandonábamos su coto de caza. A nadie atacaron nunca.

Fueron muchas las historias que vivimos juntos y que hicieron nacer una buena amistad entre el cabeza de pinga y yo, luego también coincidimos en la Universidad y en el mismo piquete de intranquilos amiguitos.

Hoy todos los chicos de ese grupo han emigrado hacia los más inimaginables rincones del orbe, pero Frank es el que más lejos ha llegado: viviendo en Portugal, una noche, al regreso de una fiesta, se desplomó y nunca regresó, los médicos no han podido explicarlo.

Si es cierto que en el instante final uno recuerda completa su vida, estoy seguro que el ex delfín dedicó unos milisegundos a recordar aquellas aventuras que pasamos en Varadero pagadas por la Marina de Guerra Revolucionaria y el petróleo que brota del fondo del mar.

Erasmo Calzadilla

Erasmo Calzadilla: Qué difícil me resulta introducirme en público; lo he intentado muchas veces pero no me sale. Soy más menos lo que aparento en mis post, añada algunas cualidades impresentables y revuelva; con eso debería bastar para un primer acercamiento. Si quiere profundizar un poco más pídame una cita y espere respuesta.

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One thought on “La plataforma petrolera y el amigo Frank

  • Rectifico. Las “aventuras” en Varadero fueron pagadas no por la Marina de Guerra Revolucionaria sino por nuestro trabajo allí, que aunque agradable era también peligroso.

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