Bravo por Venezuela

Erasmo Calzadilla

A propósito del accidente nuclear en Japón, mientras algunos países vacilan y otros (Francia, EEUU) se aferran, el presidente Chávez ha ordenado la inmediata  interrupción de un proyecto de planta nuclear en territorio venezolano.

Chavez es un presidente autoritario que a mi entender y el de otros representa más un escollo que un paso adelante en el camino de la emancipación latinoamericana y humana, pero no por ello dejaremos de celebrar sus aciertos. La decisión de abortar la construcción de la central nuclear merece reconocimiento y mención.

Creo que me hubiera vuelto medio chavista por un día si la guanza destinado a la explotación petrolera se reencauzara hacia la obtención de energía no solo más limpia y verde sino también más compatible con el modelo de vida comunitario.

La “electricidad atómica” (también la petrolera) no es solo criticable por el peligro siempre latente de escape radiactivo, sino también por reproducir y perpetuar una dinámica social alienante, excluyente, consumista, elitista, explotadora, en fin la dinámica de la sociedad que la descubrió y la puso en marcha.

Sabe dios y el comité de asesores de Chávez cuáles fueron los motivos reales de este, pero haciendo abstracción de ellos, esta vez dio en el blanco.

A pesar de Marx, parece que la emancipación humana no viene montada en el camión del desarrollo de las “fuerzas productivas.”